jueves, 26 de febrero de 2009

El escándalo por las chuzadas del DAS- La vaguedad de Uribe

Por Carlos Lozano

Después de varios días de guardar silencio, por fin, hoy jueves 26 de febrero, a las ocho de la mañana, habló el presidente Álvaro Uribe Vélez desde la “Casa de Nari”, durante seis minutos, para declararse casi que consternado por las evidencias que no dejan la menor duda de las chuzadas del DAS a los magistrados de la Corte, periodistas y dirigentes políticos de la oposición, todas ilegales y como parte de la cacería de brujas muy propia de la “seguridad democrática”.

Seis minutos duró la alocución presidencial para un tema tan delicado y de tanta trascendencia, ni siquiera aceptó preguntas de los “comunicadores” como llamó a los periodistas que estaban presentes y a la espera de la rueda de prensa, anunciada con antelación. No hubo la más mínima autocrítica, como es la costumbre en él y en los uribistas. Como si el DAS no dependiera de manera directa de la Presidencia de la República. Para Uribe no existe responsabilidad política, todo le resbala en el colmo del abuso del poder. Seis minutos diletantes para un escándalo que removió los cimientos mismos de la institucionalidad ante la protesta digna de la Corte Suprema de Justicia.

En su lacónica intervención, Uribe Vélez prometió, por enésima vez, la reforma del DAS y la investigación hasta las últimas consecuencias. A las tres de la tarde de hoy jueves 26 de febrero, el director del DAS entregará un informe parcial de la investigación interna, en lo que más bien parece una maniobra dilatoria de las investigaciones penales y administrativas que adelantan la Fiscalía y la Procuraduría a petición de la Corte Suprema de Justicia. Como gran revolcón dijo que en adelante las chuzadas las hará la Policía Nacional, aún en los equipos del DAS, donados por Gran Bretaña y Estados Unidos, como si esa fuera una verdadera solución al problema. La Policía Nacional hace lo mismo, se dedica a chuzar teléfonos y correos electrónicos sin autorización judicial. Es conocido el grave episodio del general Santoyo en Antioquia, dedicado a esos menesteres abusivos, destituido por la Procuraduría y beneficiado de una medida por un tecnicismo jurídico, al quien, por cierto, mantuvo el presidente en la “Casa de Nari” a pesar de estar destituido y con quien trabajo siendo gobernador de Antioquia. Así que las coincidencias de Uribe Vélez con estas prácticas de espionaje de sus subalternos son de vieja data.

Uribe Vélez es el directo responsable de este escándalo del DAS. Organismo sobrado de corrupción y de actos delincuenciales. Nos es cualquier cosa que Jorge Noguera, ex director del DAS y consentido del presidente, esté en la cárcel procesado por hechos delictivos y complicidad con los paramilitares. Amén de la serie de escándalos en que han estado envueltos sus directivos en los últimos seis años de Colombia, los peores de este martirizado país en los últimos años de su historia republicana.

Todos los caminos de la responsabilidad conducen a la “Casa de Nari”. Alguien muy poderoso está detrás de estas chuzadas, que incluyen ministros y funcionarios del Gobierno, como en los tiempos del nazismo hitleriano o de Fujimori en Perú en la historia más reciente. En la “Casa de Nari” hay un Montesinos. Todos sabemos quién es el Fujimori colombiano, falta la prueba reina para desenmascarar al Montesinos. Todos sospechan quién es, pero no existe la plena prueba como dicen los abogados.

Carlos A. Lozano Guillén
Bogotá D.C. 26 d efebrero de 2009

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La OEA condenó a las FARC por la masacre de los Awás. No hay ningún reproche, pero ¿cuándo condenará al Gobierno de Uribe por los “falsos positivos”, las ejecuciones extrajudiciales y las chuzadas a los investigadores de la “parapolítica” y de la oposición política?

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Lucho Garzón en la entrevista de El Espectador del jueves 26 de febrero le dice a Carlos Gaviria que no es anticomunista. Que no reniega de su antigua militancia comunista en la que aprendió que a la restricción de la democracia se contrapone la apertura democrática, muy bien por reconocerlo. Hasta hoy no se había atrevido a mencionar su vieja militancia comunista, en la cual escaló importantes cargos de dirección, pero que prefirió siempre mantener en el olvido.

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El Informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos sostiene que el gobierno de Colombia mejora en derechos humanos. En contraste, Venezuela, Cuba y Nicaragua, donde no hay falsos positivos, penalización de la oposición política, guerra sucia contra el sindicalismo y los dirigentes sociales, escándalos por chuzadas y cacería de brujas, ejecuciones extrajudiciales, entre otras mañas de la “seguridad democrática”, retroceden en esta materia. La calificación es política, porque estos tres países no son de la férula yanqui y al contrario se niegan a aceptar el trato indigno y de sometimiento. El informe es del Gobierno de Obama. Qué tomen nota los que tanto entusiasmo demuestran por la obamanía y los “profundos cambios democráticos” que están en marcha en el imperio. Más dinero para el Plan Colombia para fortalecer la guerra, así lo aprobó el Congreso de mayoría demócrata. El informe aparece cuando el país y el mundo están escandalizados por los abusos del DAS, organismo que depende directamente del presidente.

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El Partido Comunista Colombiano ante el II Congreso del PDA




Unidad para construir un Gobierno de amplia coalición democrática y popular


De la naturaleza de la unidad: unidad para impulsar un cambio democrático


El PDA está frente a la opción de jugarse en la posibilidad de encabezar la creación de un Gobierno democrático y de ser una fuerza del cambio. Asumir tales decisiones responsables exige actuar con inteligencia y acierto. La complejidad de hoy no es reductible a soluciones del tipo de los llamados “acuerdos sobre lo fundamental” con el establecimiento oligárquico, concebidos como medio para garantizar la sobrevivencia, “un lugar bajo el sol”, como decía en otrora Alfonso López Michelsen, sino para plantearse las convergencias indispensables a los cambios sociopolíticos, de orientación económica, de paz y soberanía que reclama el país.

El régimen vive la crisis política de su perfil dictatorial, la vergonzosa sumisión a la política neocolonialista del imperialismo, al TLC y al intervencionismo militar del Plan Colombia, la sustitución de las garantías sociales por limosnas, el ambiente de corruptela del narcoparamilitarismo y de los grandes negociados, en un momento de cambios democráticos en América Latina y de avances hacia la integración continental. Continuismo es el horizonte que ofrece el empeño de Uribe en su reelección. Pero, aún si Uribe no va más, los posibles sucesores se disputan entre sí por ver quién asume, más que los otros, la prolongación del modelo neoliberal y el guerrerismo de los últimos siete años, que consideran insustituible.
A esto se suma la quiebra del modelo económico capitalista neoliberal, en su versión narcoparamilitar mafiosa, en el contexto de la profunda crisis económica mundial capitalista. La crisis no es transitoria ni superficial. Acarrea materiales de fondo que remueven conformismo social, el asistencialismo demagógico destinado a propiciar la reelección de Uribe y la flamante “confianza inversionista”.
El peso de la guerra contrainsurgente

Ante esta decadencia del poder resulta mucho más dañino el peso de la guerra contrainsurgente, convertida en el centro de la política del Estado, que se agrega a las consecuencias desastrosas de la crisis económica general. Un cambio democrático tiene que modificar este rumbo para lograr una paz democrática, con reforma social agraria y urbana, apertura e inclusión democráticas, plena soberanía, alianza y amistad con los hermanos de América Latina y pasos decididos a la unidad continental.

El Polo es una confluencia de fuerzas diversas, aglutinadas en torno a un Ideario de Unidad, unos estatutos de partido y una táctica electoral. Es, inevitablemente, un componente básico de un proyecto mayor de unidad del pueblo en proceso de construcción.

El agravamiento de la situación social exige acciones inmediatas como el alza de salarios, subsidio a los desempleados, cese de las medidas de represión, detenciones masivas y agresiones del Esmad, restablecimiento pleno de los derechos laborales, control de capitales y de cambios, medidas dirigidas a estimular la creación de frentes de trabajo, estímulo a la producción nacional, a la pequeña y mediana industria, iniciativas de reforma agraria que favorezcan el retorno de los desplazados con garantías, crédito barato y protección del Estado, etc.

Superar las polémicas paralizantes que le hacen el juego al régimen

Existen en sectores de la izquierda visiones negativistas frente a las posibilidades de superar el actual estado de cosas, bajo la iniciativa y con un papel proactivo y dirigente del Polo. Algunos proponen alianzas, en primera instancia y preferentemente, con núcleos críticos del establecimiento, sin ruptura con el eje principal de la política de clase contra los trabajadores, la represión, la polarización y el macartismo, vinculados a la guerra interior. En su lógica, piensan que cualquier propuesta independiente desde la izquierda sería inviable y terminaría haciéndole el juego a la segunda reelección de Uribe.

En aras del llamado “posibilismo”, se subestiman, en particular, los cambios en el movimiento popular y las nuevas dinámicas de la lucha social en desarrollo. Por el contrario, las acciones huelguísticas y movilizaciones como la Minga nacional, en el segundo semestre de 2008, muestran un nivel alto de persistencia, participación, combatividad y radicalización. No han sido movimientos rutinarios. Indican el punto en que emerge un nuevo espíritu y una nueva actitud en el movimiento popular. Cegarse, desde la izquierda, ante esta realidad es una mala señal.

Hay quienes insisten en condicionar la unidad de las fuerzas democráticas a la condena permanente y repetitiva de la lucha armada. Sin medir el significado de las palabras reclaman la condena de lo que llaman la combinación de todas las formas de lucha, en el supuesto entendido de que tal concepto se reduce a la lucha armada, lo que es totalmente equivocado. Una cosa es considerar que la lucha armada no constituye en la actualidad una vía factible para los cambios democráticos irrenunciables y que existen otras formas más adecuadas y menos dolorosas para conseguirlos. Otra muy distinta es condenar la combinación de las formas de lucha como si se refiriera exclusivamente a la lucha armada y, además, fuese sinónimo de terrorismo, según la doctrina de la ultraderecha. La experiencia de la lucha popular colombiana ha sido, es y será mucho más compleja como para despacharse en condenas, estigmatizaciones y referencias formales frente a realidades existentes que solo pueden superarse con cambios políticos también reales. El Partido Comunista Colombiano ha rechazado por principio los métodos terroristas y por igual razón se ha opuesto al secuestro y a toda forma de retención arbitraria.


Para avanzar hacia la paz, no existe ningún sustituto razonable a la solución política con dos componentes indispensables: uno, el compromiso de reformas sociales, políticas y culturales que modifiquen las causas estructurales que originaron y siguen reproduciendo las condiciones del conflicto; dos, la inclusión de los insurgentes en los compromisos de reconstrucción, desarrollo, seguimiento, verificación y control de un proceso de paz a través del diálogo, la negociación y la creación de una nueva institucionalidad democrática con legitimación popular.

Sin renunciar a una actitud crítica frente a los movimientos guerrilleros, el Polo debe propiciar su reconocimiento como interlocutores de la sociedad y el Estado, en la búsqueda de una paz democrática, que es lo contrario de la paz romana.

Construir la fuerza de la convergencia para el cambio

El Polo tiene que poner en práctica una acertada política de alianzas sin renunciar a las propuestas claras de cambio. Priorizar, por lo tanto, la propuesta de un programa básico de cambios en el modelo económico, el tema de la paz y la reforma política. Y plantear una consulta abierta para escoger su candidato (a) presidencial propio, que debe ir hasta la primera vuelta presidencial. Consideramos el nombre de Carlos Gaviria como el más indicado para esta tarea.

Cinco son los ejes de un programa básico democrático. Primero, la renuncia al modelo neoliberal y la adopción de una política económica con un importante papel del Estado en la recuperación del control social sobre los recursos energéticos, las riquezas naturales y ambientales, la concreción de reformas agraria y urbana, el fortalecimiento del empleo y el ingreso para los sectores populares, el reforzamiento de la educación pública en todos los niveles y todo el territorio del país. Este viraje implica la renuncia al TLC con Estados Unidos, el control de capitales y de cambios, la reorientación hacia una cooperación económica estratégica en el marco de la unidad e integración latinoamericanas.

Segundo, una actitud decidida a ponerle fin a la guerra interior por una vía política y pacífica, que asocie las propuestas de reformas sociales y políticas con compromisos claros y verificables, acompañamiento internacional y garantías plenas para el diálogo, la vida de los rebeldes y la integridad de la población civil. Un paso en firme serán las medidas para el intercambio humanitario. El reto de este eje es el logro de un tratado de paz justa y democrática, que se acompañe de un proceso de verdad, justicia, reparación y compromiso de no repetición para las víctimas del conflicto armado, en toda su dimensión histórica. Tal acuerdo deberá ser ratificado popularmente en un plebiscito.

Tercero, una reforma política incluyente, que restablezca el derecho del pueblo a gobernar y a decidir; que permita neutralizar el control del gran capital privado sobre la administración pública; depurar el Congreso, las fuerzas armadas y de policía y el poder ejecutivo de las mafias del narcoparamilitarismo; garantizar elecciones transparentes y libres; conformar un estatuto de la oposición. En todo momento deben regir el respeto por los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.

Cuarto, la posición del Polo en lo internacional no puede albergar la ambigüedad, la neutralidad ni las posturas de tercera vía. Proponemos que se exprese la solidaridad con los procesos de cambio democrático en América Latina y reafirmar el rechazo a toda forma de intervencionismo militar y la injerencia en los asuntos internos, la terminación definitiva del Plan Colombia y la prohibición de la extradición de nacionales a los Estados Unidos.

Quinto, las sucesivas reformas a la Constitución de 1991 han modificado en gran parte sus aspectos positivos y acentuado sus ambigüedades y falencias. Creemos que la construcción de un nuevo poder democrático y popular implica la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente, de composición incluyente y representativa, con sujeción de sus conclusiones a la sanción ciudadana.

Una propuesta abierta al país

El Congreso del Polo debe elaborar y presentar su programa básico como una propuesta abierta a la discusión del país y el pueblo, que inaugure un nuevo momento en la lucha por la democracia. Con esto, el Polo abre la puerta al diálogo, al debate público e invita a la construcción conjunta del modelo de país democrático al que aspira. Proponemos generar escenarios de convergencia en los planos local, departamental y nacional con corrientes sociales y políticas interesadas en la discusión de los objetivos del cambio democrático.

Proponemos diseñar iniciativas de convergencia y unidad de acción, dirigidas a los sectores más dinámicos del movimiento popular, en la perspectiva de construir la fuerza en la lucha por la solución y salida democráticas de la crisis. La idea de organizaciones populares de impulsar un gran Congreso del Pueblo, que incorpore nuevos destacamentos al compromiso hacia una nuevo poder amplía el horizonte de la política de alianzas y acerca el Polo a las dinámicas crecientes de la movilización social.

En lo organizativo proponemos que se elijan las direcciones departamentales y locales durante el proceso de la consulta presidencial. Así mismo, conservar el actual número de integrantes de la Dirección Nacional y el Comité Ejecutivo.

Unidad para un gobierno democrático de la izquierda hacia un nuevo poder popular.

La propuesta del Polo es la conformación de un Gobierno para los cambios democráticos, con base en la convergencia pluralista de fuerzas en amplia coalición popular y abierto a la participación con las bases programáticas expuestas.

El Polo tiene la obligación de desarrollar un enfoque y un estilo de Gobierno que gane credibilidad en la perspectiva del cambio democrático. Tiene que sortear las limitaciones del llamado gobierno permanente, que es una rígida camisa de fuerza con espacio solo para el posibilismo de la llamada “gobernabilidad”.

El gobierno temporal, está sometido al Gobierno permanente y constreñido por las limitaciones del orden nacional y jurídico-político para desarrollar plenamente su propuesta. Sin embargo, no puede derivarse de allí que el Gobierno temporal se reduzca a ser administrador de las políticas impuestas desde el poder económico transnacional y su modelo neoliberal en crisis.

La noción de un gobierno democrático alternativo, es decir, en vía de cambio y ruptura con el régimen actual, requiere de unos derroteros claros de orden programático. La clave es que sus propuestas estén sintonizadas con los derechos del pueblo, que actúe consecuentemente para materializarlas, contribuya a la organización y concientización de las bases.

Desafortunadamente el choque va a venir de las políticas dominantes para descargar el peso de la crisis en los trabajadores y medios populares. El Polo debe promover medidas alternativas para contrarrestar y tratar de revertir los efectos destructivos, creando consciencia y organización social para ir a la raiz de los problemas sin camuflajes, con propuestas viables en el corto plazo, sin pretensiones de democratizar el capitalismo, pero con visión de reformas de fondo en función de los intereses de las mayorías y de los sectores más depauperados. El reto de un gobierno de izquierda es apoyarse en el pueblo y no en el gobierno permanente del poder actualmente dominante. Debe pensar en estrategias para convertir el poder popular en el poder permanente en la sociedad.

El punto guía es el Ideario de Unidad. El gobierno de la izquierda no se reduce a la lucha contra la corrupción. Con un estilo de gobierno diferente del que se ha servido el sistema tradicional el Polo tiene que gobernar también y principalmente con la izquierda popular, como una forma de gobernar en contacto con el pueblo.


PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO / PDA
Bogotá D.C. 24 de febrero de 2009


Entresacados:

« El PDA está frente a la opción de jugarse en la posibilidad de encabezar la creación de un Gobierno democrático y de ser una fuerza del cambio »

« Para avanzar hacia la paz, no existe ningún sustituto razonable a la solución política »

« El Polo tiene que poner en práctica una acertada política de alianzas sin renunciar a las propuestas claras de cambio »

« El Polo tiene la obligación de desarrollar un enfoque y un estilo de Gobierno que gane credibilidad en la perspectiva del cambio democrático »


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La seguridad


*Carlos A. Lozano Guillén

El concepto de “seguridad” en las sociedades modernas, aún con todas las lacras del capitalismo, incorpora varios elementos, que tienen que ver con la “seguridad ciudadana”, la “seguridad urbana” e inclusive la “seguridad democrática”, aunque bien entendida en su estricto sentido semántico y no uribista. Es, sin duda, uno de los desafíos políticos en cualquier proyecto de transformación democrática y social en el siglo XXI. Nada tiene que ver con la “seguridad democrática” de Uribe Vélez, que descansa en la guerra y en la represión. Tal interpretación es anacrónica, totalitaria y hasta fascistoide.

En las sociedades modernas involucra otros conceptos, como los de paz, tranquilidad urbana y rural, tolerancia, participación ciudadana y, además, un conjunto de derechos sociales (seguridad alimentaria, seguridad social plena, trabajo, buen trato y asistencia del Estado, seguridad ambiental, condiciones dignas de vida y reconocimiento humanitario, entre otros), es el derecho a ser “reconocido como ciudadano” (“citoyen”), según la Revolución Francesa. La “seguridad” no se logra a bala como lo cree el gobierno uribista.

Inclusive, si bien es cierto que el concepto de seguridad incorpora la necesidad del monopolio de las armas por parte del Estado, cuando éste es democrático y social, en contraste su esencia radica en un Estado desmilitarizado y en que, además, por ejemplo, la Policía Nacional debe ser un cuerpo civil de prevención del delito y de solución pacífica de las disputas entre ciudadanos, cualquiera que sea su entorno. No cabe la menor duda que la “seguridad ciudadana”, la “seguridad democrática” o la “seguridad urbana o rural” son conceptos aplicables a regímenes democráticos y de reconocida participación ciudadana.

En este contexto, se equivocan quienes creen que en “Colombia hemos avanzado en seguridad en los últimos años”, partiendo de la falsa premisa pequeño burguesa de que “se puede viajar de manera libre por las carreteras sin los retenes de la guerrilla o de los paracos” o de la manipulación publicitaria del régimen que quiere convencer al país y al mundo de que bajaron las tasas de homicidios, secuestros y de la guerra sucia contra la izquierda y los sindicalistas. Mientras el presidente de la CGT dice que bajaron los asesinatos de los sindicalistas en el último año, el presidente de la CUT, Tarcisio Mora, asegura, que “así se incomode el Presidente, hay que decirle la verdad sobre la situación de los sindicalistas”. Entre tanto, varias ONG reconocen el incremento de la desaparición forzada en los últimos 6 años, seguramente asociado a los “falsos positivos”. Tampoco se puede hablar de seguridad alimentaria, de equilibrio social o de mejores condiciones de vida, cada vez más distantes de los trabajadores y del pueblo colombiano.

(Publicado en Mirador, VOZ 2480 25 de febrero de 2009)

carloslozanogui@etb.net.co



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UN EJEMPLO DE DIGNIDAD Y RESISTENCIA


Cada vez que veo a mis hijos, Sé que tengo un compromiso con ellos, Denunciar cada vez con más fuerza el asesinato de su padre. EVARISTO AMAYA MORALES Hijo, Padre y Esposo Asesinado el 24 de febrero de 1994 15 AÑOS DE IMPUNIDAD

En Villavicencio El 24 de febrero de 1994 a plena luz del día, fue asesinado sin piedad el Dirigente Político Evaristo Amaya Morales, fue el primer personero municipal de La Uribe, ex secretario general de la Contraloría y candidato a la Alcaldía de este municipio de Uribe del Departamento del Meta, miembro del Partido Comunista y de la UP, asesinado por los grupos paramilitares.

Evaristo se destacó por ser un hombre íntegro, hombre de luchas inclaudicables como el derecho a la tierra, trabajo con la central pro- vivienda en adquisición de lotes urbanos donde logro obtén la vivienda para sus padres, desde muy joven sobresalió por su gran capacidad intelectual, fue dirigente juvenil, estudió diseño de dibujo, idioma ruso y enfermería, siempre quiso trabajar en el campo, por eso al conocer de cerca el municipio de URIBE Meta, se enamoró de ella y le apostó a ese cambio estructural que necesitaba esa región.

Pero el enemigo de la Paz, construye cada día estrategias de guerra que desde las esferas del sistema son estudiadas, analizadas y puestas en prácticas con miras de arrasar toda expresión de lucha, de movimientos sociales y de izquierda, por eso planearon el exterminio al movimiento político de la Unión Patriótica y del Partido Comunista colombiano, pero sabemos y estamos seguros que nuestras ideologías y nuestro pensamientos jamás podrán acallar, que seguirán naciendo en el mundo y en nuestro país hombres con principios revolucionarios para continuar luchando por esta nuestra patria Colombia.

La lucha continúa y los crímenes no pueden quedarse en la impunidad porque estamos vivos para dar la pelea y para contar la historia a nuestros hijos y nuestros hijos a sus hijos y sus hijos a sus hijos y jamás se callarán, la verdad se tiene que conocer y la justicia tienen que llegar, nuestro país se tiene que liberar de las balas asesinas.

Hoy no solo recuerdo a
EVARISTO AMAYA MORALES
También Recuerdo a

TRÁNSITO IBAGUE DE MORENO

MI MADRE
Asesinada el 30 de septiembre de 2000

9 años de impunidad

A

OSWALL MORENO IBAGUE

MI HERMANO

Asesinado el 3 de septiembre de 2002 7 años de impunidad
Por ellos y por todos nuestros compañeros asesinados, honor y resistencia.

¡Viva la memoria de nuestros compañeros!

AIDEE MORENO IBAGUE

Viuda de Evaristo




martes, 24 de febrero de 2009

Nueva maniobra de Noguera dejaría en la impunidad a cientos de crímenes de sindicalistas


Por Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo

Al parecer, con el propósito de evadir su responsabilidad política, social y legal por los actos cometidos por su defendido Jorge Noguera Cotes, su abogado defensor, presentó una tutela contra la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, para que el Consejo Superior de la Judicatura declare nulas todas las pruebas existentes en contra de su defendido y de esta manera le de la libertad.

Una vez más, Noguera Cotes intenta por vía jurídica esquivar su participación en los cientos de asesinatos de sindicalistas cometidos en la época en que era director de la agencia de seguridad del Estado, cuando según diversas pruebas y testimonios, facilitaba a reconocidos paramilitares, listas de nombres y ubicaciones completas de aquellos sindicalistas y defensores de derechos humanos a quienes "supuestamente" les brindaba protección, para que fueran asesinados.

De tal manera, con esta nueva actuación Noguera Cotes, pretende seguir, no solo estimulando la impunidad, sino continuar atentando contra los derechos de las víctimas, lo cual resulta en últimas una burla a la justicia, en un país, en el que los asesinatos de sindicalistas, defensores de derechos humanos y líderes de la izquierda, aumentan cada día.

Las cifras hablan por sí solas. Según el director de la Escuela Nacional Sindical, Luciano Sanin, una de las personas que asistió la semana inmediatamente anterior, a la audiencia del Congreso de Estados Unidos, en la cual se examinó la situación de violencia antisindical, "en los últimos 23 años se registraron en Colombia, 2.694 sindicalistas asesinados, 482 de los cuales, ocurrieron durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez"

Pero el problema no son sólo estas cifras. Lo que más preocupa, es el tema de la impunidad. Tal y como lo mencionó Sanin, el 60% de estos asesinatos, no han sido investigados y apenas en 90 casos ha habido una sentencia condenatoria, pero sólo de autores materiales, no de intelectuales.

Antecedentes Procesales

Infortunadamente, este proceso, que se inicia con la detención de Noguera el 22 de febrero de 2007, ha tenido, por cuenta del Fiscal General Mario Iguarán, varias irregularidades.

Fue así como, Noguera Cotes recuperó su libertad mediante un Habeas Corpus otorgado por el Consejo Superior De La Judicatura el 23 de marzo de 2007. Fue recapturado el 6 de julio de 2007 y llamado a juicio el 1 de febrero de 2008 por los delitos de concierto para delinquir agravado, en concurso heterogéneo con el de utilización de asunto sometido a secreto o reserva y abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto homogéneo.

Posteriormente y luego de una ruptura procesal, justamente en la etapa de juicio que se le adelantaba, volvió a recuperar su libertad, esta vez otorgada por la Corte Suprema de Justicia que consideró que la actuación era nula, ya que el Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán, no asumió de manera directa la investigación violándose así el Fuero constitucional de este alto funcionario.

Acatando la decisión de la Corte Suprema, Iguarán dicta nuevamente apertura de instrucción contra Noguera Cotes, lo llama a indagatoria, práctica decenas de pruebas más que siguen demostrando su responsabilidad e impone medida de aseguramiento el 12 de diciembre de 2008, fecha en la cual es detenido nuevamente y recluido en la Cárcel Picota de Bogotá.

No obstante estas fallas procesales, y a pesar que Noguera pidió la nulidad de la actuación, la sala penal de la Corte Suprema de Justicia, ha sido clara en afirmar, tal y como lo ha sostenido la jurisprudencia reiterada, que las pruebas tenían y tienen toda la legalidad y quedan incólumes, por cuanto se han practicado ajustadas al debido proceso, bajo las formalidades de ley.

Para la Central Unitaria de Trabajadores, CUT y para el Colectivo de Abogados "José Alvear Restrepo" como representante de las víctimas, es preocupante que Noguera Cotes intente por esta vía desvirtuar las pruebas del proceso, que no solamente hablan de los delitos mencionados en la medida de aseguramiento sino de haber colocado el DAS al servicio de los grupos paramilitares y en ese contexto haber elaborados listas de sindicalistas y líderes sociales que debían ser asesinados por los paramilitares dirigidos por Jorge 40, como efectivamente ocurrió con varios de ellos.


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sábado, 21 de febrero de 2009

Pobres a la lata


Por Lázaro Vivero Paniza

Mientras debatimos si existe conflicto armado en el país, si este o aquel es guerrillero o terrorista porque se atreve a cuestionar las políticas de estado o de gobierno, si Venezuela, Brasil, Bolivia, Chile o Ecuador tienen culpa y no el gobierno de turno en el manejo del tema de la guerrilla, lo que se puede percibir a lo largo y ancho de nuestra tierrita como dirían los oriundos de Boyacá, es que estamos con una bomba de tiempo al frente, al lado y por donde miremos, ya que los índices de pobreza están llegando al ochenta por ciento.

Desplazados, desmovilizados, reinsertados y además miles, perdón millares de jóvenes esperando que se les pare bolas, mientras que como el mejor ejemplo politiquero, se reparten subsidios a aquellos que por la falta de oportunidad se ven en la necesidad de golpear su propia dignidad, recibiendo miserias que además permiten hacer el espectáculo oficial en televisión, para poder ellos posar. A nadie le tienden las manos y lo peor, los condenan a que vivan más pobres que cuando se educaron.

Haciendo un recorrido por el litoral atlántico, estas tierras están condenadas al no futuro y sus gentes, de igual manera. Corrupción por doquier, rebusque es el camino a seguir mientras los funcionarios se encargan de inaugurar obras como si esos eventos culturales fueran la panacea al problema real de la cultura en el país. El problema es permítanme decirlo, cultural ,al aceptar durante muchos años que una clase que se dice política, llegara no a ejercer esa función de buscar a través de las normas, la solución. No, sabemos lo que han hecho y siguen haciendo la mayoría: esquilmar lo público para su propio beneficio.

Con bombos y platillos se inauguran obritas que no van a acabar con el problema mientras esa multitud de jóvenes no creen en nadie.

Llegan los funcionarios con comitiva nacional, departamental y local, pero el pueblo en general mirando la función del circo, porque nunca, terminan haciendo lo que realmente valdría la pena se hiciera, como es buscar la solución definitiva para no seguir mendigando cuanta obrita debería ser obligatoria por parte del ejecutivo.

Da grima e ira ver como cambian el discurso y las propuestas, sin dejar de ser lo que eran y son: manipulación para que la comunidad tenga la necesidad de seguir mendigando ante tantas necesidades.

Politiquería barata mientras las esquinas de nuestros pueblos se llenan de gente sin futuro, no porque lo quieran, sino porque no hay políticas serias para tratar el problema.

Mientras si Uribe va o no a otra reelección, legal o ilegalmente tramitada, el país se desbarata sobre la pobreza de sus habitantes y, su juventud, pensando todos los días si vale o no la pena estar respetando la normatividad que rige en el país, pero que no le garantiza nada a nadie y mucho menos a ellos.

Lo peor, risible, como se maneja el tema de que es Uribe o no es nadie, porque nos meten en el cuento de que los candidatos ahora deben ser copias del original y nadie aparece con luz propia. Tan mal estamos que no hay colombiano alguno capaz de gobernar el país, solo Álvaro Uribe Vélez puede hacerlo, según ellos.

Todo está muy bien maquillado y manipulado, pero la realidad, es otra.

viernes, 20 de febrero de 2009

El triunfo del sí derrotó a la derecha agresiva en Venezuela



Entrevista a Luciano Vasapollo:

El triunfo del sí derrotó a la derecha agresiva en Venezuela
El economista italiano, Luciano Vasapollo, profesor de la Università degli Studi di Roma La Sapienza y miembro de la coordinación de la Rete dei Comunista italiana estuvo en nuestro país como observador internacional en el proceso del 15 de Febrero.

Caracas, febrero, 2009. Redacción TP/FDA.

Modaira Rubio: ¿Cuál fue tu visión de las elecciones del 15 de febrero en tu rol de observador internacional?

Luciano Vasapollo: Como observador internacional hay que mantener una imparcialidad política y ese rol lo cumplí hasta después del proceso electoral. Tal y como lo señaló el informe de toda la misión de acompañamiento, las elecciones del 15 de febrero, reafirmaron la capacidad del Consejo Nacional Electoral venezolano de garantizar elecciones correctas, tranquilas y transparentes. El fuerte nivel de automatización permitió la rapidez de los resultados y la emisión del primer boletín. Estuve aquí antes en noviembre y hay grandes garantías de un proceso electoral perfecto, sin errores, lo que se traduce en no sólo una gestión tecnológica sino en la constatación de una democracia verdadera en Venezuela. Pienso que se puede hoy hablar de una gran diferencia entre la democracia representativa que hay en Europa, que está conformada por partidos que no representan el verdadero interés de las clases populares y la democracia popular y representativa que hay en Cuba, Venezuela y Bolivia ahora, la cual permite una votación clara, transparente, que cada día se va perfeccionando.



MR: ¿Y cómo dirigente de la izquierda, como dirigente comunista, qué pudiste observar?

LV: Te hablo ahora no sólo como profesor universitario, sino como miembro de la coordinación nacional de la Rete dei Comunistas, lo cual se me permite al terminarse mi rol de observador internacional.

La Rete dei Comunistas saluda positivamente esta gran victoria que no es sólo de Chávez, sino del pueblo venezolano y de todas las fuerzas políticas que apoyaron la enmienda constitucional. No es sólo el PSUV, que por supuesto es el partido mayoritario, sino también de organizaciones como el PCV que aportan un voto de conciencia política de clase.

Porque la convocatoria a la enmienda, era un llamado de carácter político. No era una propuesta, como se dice en Europa en sectores de la derecha y la socialdemocracia, de Chávez para poder reelegirse, era de reafirmación del proceso revolucionario .Un proceso que es real, democrático y que está reforzando justamente la democracia de clase, la democracia obrera, la democracia popular.

Esta victoria supone una afirmación y una interrogante. Es una victoria contra el imperialismo, contra la derecha, cuando vemos que aquí hay una derecha agresiva, una derecha mezclada con la violencia y el paramilitarismo en muchos casos. Esto que ocurrió el domingo, el incendio del centro de estudiantes de la Escuela de Trabajo Social de la UCV , es una muestra de eso. Es un acto de intimidación de la derecha, como el asesinato de los obreros de la fábrica Mitsubichi supuestamente por parte de la policía. En esta lucha de clases, hay infiltración en el ejército, en la policía, de grupos que están cercanos a esta derecha y que utilizan la violencia en forma de terrorismo contra el movimiento revolucionario. Esta victoria es contra esta derecha agresiva y contra la moderada que tiene relación con intereses foráneos, imperialistas. El voto popular para el sí, que alcanzó aproximadamente el 55% del electorado, demuestra una fuerza grande pero hay que saberla utilizar. Por ello, saludamos la victoria del Sí con gran respeto y entusiasmo.

La victoria del sí en Venezuela, es una victoria de los movimientos revolucionarios del continente latinoamericano. En la integración latinoamericana que persigue caracterizarse por la idea del socialismo en el siglo XXI, la tradición del movimiento de clase comunista internacional, con sus errores y aciertos, debe ser tomada en cuenta como referencia, las experiencias del pasado; el marxismo debe continuar actualizándose en esta nueva situación pero sin olvidar el camino ya recorrido.

En este sentido lo que está ocurriendo en Latinoamérica puede ser un estímulo para una Europa donde no hay una izquierda revolucionaria sino mayormente liberal o neoliberal.

En la fiesta de la celebración la noche de la victoria, el discurso de Chávez fue contundente, expuso estos elementos positivos para la marcha hacia el socialismo.



MR: ¿Y Qué debe venir después del triunfo del Sí para consolidar la propuesta socialista en Venezuela?

LV: Como revolucionario, como comunista amigo de este proceso, señalo algunos elementos fundamentales. Primero, esta victoria da una mayor tranquilidad. Se puede pensar ahora en el futuro, a largo plazo, se puede construir una prospectiva. Hay tiempo para construir un gobierno popular y una organización popular .Ya pasaron 10 años de grandes conquistas, como las misiones, la nacionalización de fábricas, pero en este punto se necesita la organización de clases. El PSUV debe fortalecerse. Por ahora es un intento de organizar un gran partido pero aún no está totalmente consolidado. Allí hay posiciones diferentes .Se tiene que dar una lucha en su interior para construir un partido de clase y eso significa combatir la lucha de clases no sólo al exterior sino al interior de la organización, contra la burocracia, el oportunismo, la corrupción, porque el PSUV debe transformarse en un partido organizado de la clase obrera, de los frentes sociales y populares, en una revolución que tiene un carácter socialista.

El gobierno popular significa que además de las conquistas importantísimas que ya se tienen gracias a Chávez y a las fuerzas revolucionarias, existe un punto fundamental: el gobierno de la economía popular. Sin eso, a mi modo de ver, no se pueden resolver muchas cosas. Hay que plantearse ¿cómo se van a construir las empresas socialistas, los distritos de producción socialista? ¿Cómo se va a diversificar la economía aún monoproductora y monorentista, dependiente del petróleo y de la oscilación de sus precios? Se trata de dar un impulso en la renta y la ganancia para lograr una redistribución justa, no de carácter asistencial sino productivo de esa riqueza, al mundo del trabajo, a los trabajadores y trabajadoras. Hay que promover al interior de las fábricas la organización política de clase, que es productiva pero a la vez se convierte en la célula ideológica del proceso.

Para hacer eso debemos considerar que la crisis capitalista a nivel mundial, como la hemos visto y analizado en la Rete dei comunistas, no es una crisis económica, es sistémica. Viene desde 15 a 20 años atrás, es una crisis estructural del capital, que empezó en el año 70, y es financiera, ambiental, de los derechos humanos y civiles, alimentaria, económica, moral. Significa que terminó su era. Eso no es que ya mañana llega el socialismo, eso no va suceder porque aún la subjetividad de clase revolucionaria hoy no es tan grande para impulsar un proceso de transformación mundial hacia el socialismo, esto particularmente en Europa.

En América Latina, donde se están dando estos procesos revolucionarios, se tiene que considerar esta crisis sistémica del capitalismo como una forma de empezar a construir el socialismo, pero eso sí, tomando los principios de la historia y los principios científicos porque sino no se dará el paso radical para superar el modo de producción capitalista.

No se puede decir o todo o nada. No es la lógica dialéctica. La reforma estructural hacia el socialismo debe colocarse en una idea estratégica de reforzar el socialismo con la organización de clase.

Por ejemplo, esta victoria que garantiza la continuidad del proceso, debería empezar por un fuerte proceso de nacionalización de los sectores estratégicos como la banca y las empresas básicas. En una crisis estructural del capital, en la que las grandes empresas de las finanzas no funcionan, en la que los organismos internacionales como el FMI fracasaron, en la que 4 mil millones de personas en el mundo padecen hambre, no es la empresa privada la que va a hacer una inversión para una transformación socialista La banca nacionalizada aseguraría los recursos para la inversión social y la reactivación de la producción interna, reforzar las empresas socialistas, las cooperativas, las empresas sociales. La banca privada no va a invertir en eso.

Los recursos, no sólo el petróleo, el hierro, la bauxita, etc se deben nacionalizar. Nacionalizar no solo en la producción sino también en la distribución, porque sino a la gente no van a llegar esos recursos por completo.



MR: ¿Y en cuanto otros aspectos, como el relacionamiento internacional?

LV: Hay un nuevo relacionamiento internacional. No podemos pensar que Europa por ejemplo, no es imperialista, sí lo es, diferente del imperialismo estadounidense pero siempre coinciden con la visión imperialista y cuando se está dando una competencia entre la Unión Europea y EEUU es por asuntos de expansión hegemónica del imperialismo.

Hay que crear la relación internacional con los movimientos de clase, sindicatos, obreros, con los que pueden movilizar a la gente con conciencia de clase. No sólo con los Estados, con sus gobiernos socialdemócratas y de derechas.

A nivel comercial es positivo relacionarse con gobiernos que no son esencialmente socialistas pero que son antagónicos al imperialismo norteamericano, como Rusia, Irán, Libia y China. Pero son niveles diferentes las relaciones diplomáticas y comerciales y el internacionalismo proletario. El socialismo venezolano tiene que interrelacionarse con estos movimientos. Estas no son críticas, son consideraciones para darle fuerza a un proceso que quiere caracterizarse como socialista. Es decir hablamos de una lucha de clase al exterior y lucha de clase al interior.

Por ejemplo, la relación de la Rete dei Comunista con el Partido Comunista de Venezuela (PCV), se está reforzando y es un punto de referencia para nosotros fundamental y con el Partido Comunista de Cuba (PCC). Así como con varios partidos y movimientos sociales con contenido de clase no necesariamente comunistas.

Porque sólo con la gestión, que ningún revolucionario puede abandonar, tener como punto de referencia todas las consideraciones de carácter económico, la plusvalía, el materialismo histórico y dialéctico y considerar la confrontación de clases, con la visión estratégica y táctica de la situación podemos lograr cambios concretos. Reforzar este tipo de relación es una gran fuerza, porque por ejemplo, ahora vamos a invitar al PCV, al PCC y a otros partidos progresistas de América Latina a un encuentro en Italia, porque la revolución no puede ser un sentimiento romántico, hay que ser concretos.

A pesar de las contradicciones, en América Latina se está haciendo un avance importante para la transformación del sistema capitalista en el mundo. Son procesos diferentes pero con la participación de la clase obrera, del movimiento sindical, del movimiento indígena, de los partidos de izquierda, y con ello América Latina significa una referencia necesaria para la construcción del socialismo en el siglo XXI

No es suficiente la solidaridad internacionalista. Eso lo puede hacer una asociación, una fundación, contribuir materialmente con un país que necesita apoyo. Se requiere la solidaridad política; que los movimientos sociales, como piensa la Rete dei comunistas, se coloquen en una dimensión internacional de la lucha de clase, como si existiera una quinta internacional socialista, que no existe formalmente pero existe en estas uniones estratégicas, en la realidad de los partidos comunistas y de los movimientos de clase. Sin ello no hay esperanza de construir un verdadero movimiento socialista que logre aprovechar la crisis capitalista sistémica para transformar el orden internacional.

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RESIDENCIA EN LA TIERRA

Alberto Mendoza Morales

Ya fuimos a la Luna. Ahora tenemos que volver a la Tierra. Sus habitantes, más de 6.000 millones, residentes en caseríos, aldeas, pueblos, ciudades, metrópolis, megalópolis, perdieron, en esos ámbitos cerrados, el vínculo cultural con la naturaleza.

Se impone superar el cerrado y caótico palpitar de la existencia urbana y abrir formas oxigenadas y libres de vivir por fuera de la dañosa, predominante y prevalente antítesis urbano-rural. Implica, por simple dialéctica, reconquistar para la humanidad la síntesis campo-ciudad, posible en la suma orgánica de espacios.

Resultará de un universal proceso simbiótico. Sumará urbanización y ruralización. El vínculo naturaleza-cultura existió cuando la población humana era escasa. Desde sus cuevas, abrigos y viviendas se relacionaba con bosques, aguas, praderas y animales. Crecimiento y evolución la encerró en urbes. La comprometió con valores endógenos. La llevó a la "explotación" de los recursos naturales, como dicen, y a extensas formas de violencia frente a sí misma y al medio que habitaron. La naturaleza, pródiga, herida, intervenida, resultó amenazada por acción propia de la urbanización rampante.

Las ciudades grandes -metrópolis y megalópolis- albergan poblaciones enfermas y caotizadas. Por complejidad y tamaño, ya no dan más. La experiencia diaria lo prueba. La situación reinante nos obliga a desencadenar una corriente de retorno a la naturaleza, un movimiento de contraevolución destinado a alcanzar una nueva forma de ocupar la Tierra. Propósitos: aceptar el territorio como es, un continuum; repensar el dasein de la especie, su ser, su estar, su existir; emprender creativamente nuevos caminos; retornar a la naturaleza.

Las ciudades serán rediseñadas con el concepto integral campo-ciudad. Lo propone la agrópolis. Significa conciencia renovada frente al espacio, reencuentro con la naturaleza, señal de que entendemos la situación reinante, la superamos y entramos a una etapa superior de la civilización, aceptada su vasta e integral magnitud y significación. La reasociación de cultura y sociedad constituirá fecunda realidad. Se fundará en el cuidado y cultivo del patrimonio natural. Campos, praderas, selvas, mares, ríos, paisajes, serán áreas de conservación y cuidado. El aire limpio. Las especies animales y vegetales protegidas, aceptadas en pacífica convivencia.

La fórmula campo-ciudad es ardua, pero necesaria de aplicar. Aceptada, significará que entendimos "la razón de la vida" señalada por Augusto Ángel Maya, destacado filósofo ambiental. Su reflexión nos lanza hacia el mundo desde de aquí, desde Guanahaní, hoy llamada América.


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miércoles, 18 de febrero de 2009

Rechazo a masacre de los Awá


La columna Antonio José de Sucre de las FARC reconoció la muerte de ocho de los indígenas Awá, asesinados en el departamento de Nariño, con el argumento de que fueron ajusticiados por darle información al Ejército.

No hay ninguna justificación para un hecho tan execrable. La masacre de los Awá merece todo nuestro repudio. Afecta el ambiente político favorable, creado por las recientes liberaciones unilaterales por decisión de Secretariado de las FARC y el empeño de “Colombianos y Colombianas por la Paz” por buscar salidas humanitarias y políticas. Las FARC deben comprometerse a no repetir este tipo de acciones contra civiles inermes.

Del mismo modo, las Fuerzas Militares no pueden seguir involucrando a los civiles, en este caso a la población indígena, en sus operativos militares y menos aún forzarlos a proporcionar información sobre la presencia de insurgentes. Ello los coloca en singular peligro por las retaliaciones en su contra.

Al repudiar este hecho criminal despreciable y el involucramiento de civiles al servicio de la inteligencia militar, hay que persistir en las salidas pacíficas, humanitarias y políticas del conflicto colombiano. Lo que está demostrado, con el nuevo aliento de las recientes liberaciones y del clamor nacional y mundial por el intercambio humanitario, es que el único camino para superar el conflicto es la negociación política y el diálogo que conduzcan a la paz y a la reconciliación nacional.

Todo acto que afecte esta firme decisión de los colombianos y las colombianas debe ser rechazado sin vacilaciones, porque de hecho estimula la guerra, las salidas de fuerza, la reelección y los métodos antidemocráticos y represivos ocultos en el agresivo mensaje belicista gubernamental.

Carlos A. Lozano Guillén

Bogotá D.C. 17 de febrero de 2009

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Claridad y honestidad en el debate


Editorial de VOZ, edición 2479 del 18 de febrero de 2009


El debate interno hacia el Segundo Congreso del Polo Democrático Alternativo que se realizará la próxima semana en Bogotá en medio de una enorme expectativa nacional e internacional, debe tener claridad y honestidad en todos los sectores que participan en él, porque es evidente la intención de la derecha de dividir la principal fuerza de oposición y de opción democrática y popular, a partir de la campaña de la “gran prensa” que fomenta las posiciones dubitativas y excluyentes de un sector que tampoco oculta el objetivo de sacar del partido a la izquierda que propugna por el poder para producir profundas transformaciones en el Estado y en la sociedad.

¿Qué es lo que quieren Petro y Lucho con el cañazo de que cuentan con la mayoría de los delegados y que por eso son ellos, sin contar con la izquierda, los que deben tomar las decisiones “en las alturas” mediante componendas políticas para llevar el Polo a la cola de acuerdos sobre lo fundamental con los sectores centristas y de la “derecha moderada”? Por lo menos Lucho ha sido más claro, porque sin mucha solvencia de ideas reduce todo a que en el Polo no deben cohabitar las fuerzas que lo componen ahora, sino adoptar con “realismo” el modelo español en que hay una “izquierda” reformista y procapitalista como el PSOE y otra “radical” como Izquierda Unida y ello debe aceptarse sin tanto dramatismo. Para llegar al Gobierno a cualquier precio, según Lucho es mejor la alianza con el centro y la derecha que con la “izquierda radical” o “extrema izquierda” como la califica Petro.

En este sentido, el senador Petro, adoptado transitoriamente como la estrella del Congreso por la “gran prensa”, se mueve con propuestas gelatinosas y al vaivén de las circunstancias. De proponer una alianza, inclusive con Uribe, para derrotar a la guerrilla que según él es el peor problema del país, ahora aparece con una propuesta que no le hace a la dirección del Polo sino al grupo de la familia Moreno Rojas y del senador Dussán, con el propósito desesperado de tener una mayoría que controle el Congreso y le permita la expulsión de la “extrema izquierda”. En su nueva propuesta, argumenta que los enemigos son Uribe y las FARC, cediendo un poco al reclamo de lo absurdo de su pretendida alianza con el uribismo.

Si hubiera un criterio unitario en Petro y su pequeño grupo, que dice tener la mayoría de los delegados, pues le haría la propuesta al conjunto del Polo para formalizar un acuerdo político democrático, que garantice la unidad en función del interés nacional y de salidas programáticas avanzadas a la crisis, independientes de la oligarquía y de sectores reformistas de derecha como los que él sugiere en la política de alianzas.

Lo peor que le ha podido pasar a este país es el uribismo, representado en dos gobiernos, que quieren ser más, precisamente estimulando la división de la izquierda y colocando como inexorable la reelección del mesías ultraderechista o en su defecto de su heredero. Es lo que se conoce como el uribismo sin Uribe. El Gobierno de la “seguridad democrática” profundizó la grieta social y la guerra, que en la actualidad, degradada y desenfrenada, no encuentra una vía política de solución negociada como lo proponen los sectores democráticos del país. El problema no es la guerrilla como lo cree Petro en su posición delirante, sino en promover la salida política del conflicto, que no puede ser otra que por la vía de un tratado de paz que asegure cambios políticos, económicos y sociales de fondo, más allá que retornar a la Constitución del 91 que es un objetivo precario y limitado. La Carta Política debe tener nuevos desarrollos constitucionales en el marco de la democracia avanzada y un viraje en la parte neoliberal que fue el aporte del gavirismo liberal a la misma.

El futuro del Polo está en la unidad. En su composición no puede haber exclusiones y excomuniones, sino acuerdos políticos reales que fortalezcan su papel de opción democrática y popular. El debate de ideas debe ser constructivo y democrático, lejos de la guerra sucia, como dice el maestro Carlos Gaviria en esta misma edición, porque mientras Petro se autoamenaza por unos artículos de Anncol, de sus señalamientos a la izquierda de tener alianzas con la guerrilla se derivan graves amenazas de las “Aguilas Negras” contra Carlos Gaviria, Carlos Bula y otros miembros de la dirección del PDA, que no han merecido el más mínimo rechazo suyo. El debate está viciado, pero aún es hora de rectificar si realmente lo que se quiere es un Polo conectado con el interés nacional y con la transformación democrática del país, lejos de componendas con la derecha y de alianzas con el reformismo burgués que pretenden mantener el bloque dominante a expensas de cooptar también a la izquierda con el cuento del “acuerdo nacional”.

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