martes, 28 de septiembre de 2010

Solidaridad de Carlos A. Lozano con Piedad Córdoba ante infame decisión


Apreciada Piedad:

Desde Manchester, donde me encuentro participando en la Conferencia Anual del Partido Laborista, no puedo menos que rechazar la nueva infamia del Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez, conocido por sus posiciones derechistas y reaccionarias, además de oscurantistas y retrógradas. El gran absolvedor de los corruptos uribistas te quiere cobrar tu firme compromiso y lucha permanente por las salidas humanitarias, políticas y pacíficas del conflicto colombiano, en medio de este frenesí guerrerista y triunfalista que embarga a la oligarquía colombiana.

La derecha estará de plácemes, celebrando este ajuste de cuentas a una mujer valerosa que ha enfrentado con dignidad y entereza todo tipo de ataques viles e insultos, inclusive en los grandes medios de comunicación al servicio de la desinformación.

Los colombianos y las colombianas de bien debemos unir esfuerzos para rechazar esta decisión absurda e injusta y acompañarte en estos momentos difíciles, con la seguridad que ¡no pasarán!

En Manchester, en el congreso laborista, donde tenemos tantos amigos por la paz de Colombia, presentaré hoy la denuncia de este atropello a todos los luchadores por la paz, porque lo que se busca en el fondo es golpear a "Colombianos y Colombianas por la Paz". Seguramente lograremos importantes pronunciamiento.

Recibe mi abrazo solidario a la distancia.

Manchester 28 de septiembre de 2010

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La paz es menos cara


Por Rodrigo López Oviedo

Según los datos conocidos, la muerte de Jorge Briceño, segundo al mando de las FARC, ocurrió en una operación militar en la que participaron 400 hombres, 30 aviones y 27 helicópteros, y se utilizaron 50 bombas y siete toneladas de explosivos. Con semejante despliegue, lo que en justicia puede decirse es que allí no hubo propiamente un combate que permitiera cantar victoria, y más bien sí un desborde de recursos y tecnología nunca antes conocido en nuestro país y contra el cual ningún poder humano hubiera podido hacer nunca nada.

Ignorante como soy en presupuestos bélicos, no me atrevería a señalar una cifra de costos de esta operación, pero sí podría aventurarme a conjeturar que si iguales fueran los montos que se requirieran para abatir al resto del estado mayor de esta guerrilla, necesitaríamos varios presupuestos anuales de educación o de salud para lograrlo, sin que con ello quedaran resueltos los problemas de la guerra, pues esta se encuba en los cinturones de miseria de los centros urbanos; en las laderas sin agua, sin luz y sin abono de las pocas parcelas que aún quedan en manos campesinas; en el creciente número de cambuches de desplazados y, en general, en todas las manifestaciones de pobreza que sufre nuestro pueblo.

Cuando la Corte Constitucional se manifestó imperativa sobre la necesidad de nivelar el POS subsidiado con el contributivo para eliminar la odiosa discriminación en salud que sufrimos los colombianos, el candidato Juan Manuel Santos se apresuró a incluir tal compromiso entre sus promesas de campaña. Sin embargo, por continuar sumiso ante los dictados imperiales, que son los que han impuesto sobre la paz las prioridades de la guerra, el hoy Presidente no tuvo empacho en hacerle el quite a ese compromiso, respecto del cual ha dicho que sí lo cumplirá, pero dentro de cinco años.

Por eso, en lugar de aprovecharse de este costosísimo golpe para prolongar una guerra en la cual se han utilizado las más sofisticadas armas con resultados favorables apenas sí esporádicos, Santos debería demostrar que efectivamente tiene en sus manos la llave de la paz y que puede utilizarla, pero no para exigir la rendición incondicional de una guerrilla que ha demostrado no tener ningún interés en proceder a ella, sino para tender puentes de acercamiento hacia la paz, aprovechando las reiteradas ofertas de la Iglesia, de los sectores democráticos y de la comunidad internacional. De seguro que estos caminos son menos caros en vidas y recursos y más efectivos en logros, si se abordan con sinceridad, con propósitos previamente concertados y sin las trampas que hicieron fracasar los diálogos del Caguán.

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jueves, 23 de septiembre de 2010

Piedad Córdoba llama al diálogo entre Gobierno colombiano y las FARC


La senadora Piedad Córdoba señaló que las operaciones militares contra grupos insurgentes colombianos no llevarán al camino de paz ni fortalecerá la democracia.

Tras la muerte del jefe militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Jorge Briceño, alías Mono Jojoy, la senadora liberal colombiana, Piedad Córdoba, hizo un llamado este jueves al Gobierno de Juan Manuel Santos y al grupo insurgente a dialogar para buscar la solución al conflicto armado que vive ese país desde hace más de 50 años.

"Hacemos un llamado al diálogo entre ambas partes, más que nunca sigo insistiendo en la negociación, en el diálogo político para la humanización del conflicto. Que el Gobierno de Colombia y las FARC se sienten a buscar la salida a la guerra para lograr la paz en Colombia", manifestó Córdoba.

Consideró que las operaciones militares contra grupos insurgentes, como la que se llevó a cabo en la noche de este miércoles en la región de La Macarena, Meta (centro) "no acabarán con el conflicto (Â…) La guerra va a continuar".

"Yo pienso que son hechos de la guerra y se generan en momentos de dificultad para el país. Ojalá en este hecho de guerra la muerte sobre la vida triunfe, deben sentarse a dialogar y a negociar", reiteró.

Expresó que aunque existen ciudadanos colombianos que "favorecen la guerra y la aplauden" hay personas mantienen la esperanza de que el camino de paz "sea el diálogo, no la muerte sobre la vida".

La senadora Piedad Córdoba opinó que "la guerra no fortalecerá la democracia", en Colombia.

Asimismo, pidió al grupo insurgente que entregue a las personas que se encuentran en su poder. "Que entreguen a los cautivos de acuerdo a los derechos humanos".

Telesur


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Ernesto Samper: No es el fin de las FARC sino momento de pensar en negociaciones



"Es un momento para obrar con calma, con serenidad y ofrecer una salida política a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)", remarcó el ex presidente Samper, en entrevista exclusiva con teleSUR, tras conocerse la muerte del guerrillero el Mono Jojoy en manos del Ejército.

El ex presidente colombiano, Ernesto Samper, aseguró este jueves que la muerte del guerrillero Jorge Briceño, el Mono Jojoy, en un operativo militar, no se traduce en que es el fin de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) porque pueden reconstituirse, sino en que es momento de buscar una salida negociada al conflicto interno del país suramericano.

La baja del Mono Jojoy, "no es materia para salir a pensar que esto se acabó, al contrario, (las FARC) tienen espacio para reconstituirse, para reconformarse", remarcó Samper en entrevista exclusiva con teleSUR, por lo que instó a la conformación de mesas de diálogo.

"No un hay conflicto importante en la historia reciente del mundo que no termine con un papel y dos firmas", enfatizó Samper.

Telesur

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