No ha cesado la "Uribe Noche". Mientras existan personajes como Ana Mercedes Gómez, directora de EL COLOMBIANO, un periódico al servicio del maniqueísmo, la doble moral y los intereses monopolistas, habrá oscuridad larga con sombras siniestras.
Esta escudera incondicional de personajes turbios como Fernando Londoño Hoyos, Fabio Valencia Cossio y Andrés Felipe Arias ("Uribito"), pretende que se le inicie una investigación penal al periodista Daniel Coronell -director de Noticias Uno en televisión- por haber tenido éste el valor civil de denunciar la falta de ética de la periodista de marras, al favorecerse de "AGRO INGRESO SEGURO", mediante un crédito blando por 82 millones sin informar de esto a sus lectores cuando defendió con vehemencia a través de editoriales, reseñas y notas, la mencionada política dirigida a "apoyar al pequeño y mediano campesino colombiano".
La iracunda dama pasó de acusada a acusadora al publicar un amplio informe el 7 de marzo de 2010, titulado "NTC, César Villegas e Imagen y Sonido", el cual sindica al periodista de nexos con el narcotráfico a través de su empresa NTC. Dicho informe, incoherente y arreglado, es desmentido por Coronell en una rápida réplica, pero la ilustre periodista-directora se niega rabiosamente a publicar. Cabe observar que Coronell siempre fue respetuoso en los términos de la denuncia que hizo, pues siempre fue claro en señalar que la digna dama no tuvo la ética a la que se debe un responsable periodista, nunca habló de irregularidades legales ni de demandas penales. Ahora, la señora se viene con todo su rencor contra el denunciante, lo acusa hasta de tener velas en el asesinato de un empresario condenado por el proceso 8.000. Es la bajeza y deslealtad con la que reaccionan personajes que fungen de cristianos, defensores de la moral, de la libre expresión y de los derechos del lector.
Se ratifica una vez más, la reacción resentida y revanchista de un arquetipo conservador, latifundista, amante del dinero y moralista, cuando lo acusan de algo que todo el mundo ve menos él. Con fastidiosa soberbia, aquella respetable dama de la elitista aristocracia antioqueña no sólo no reconoce su laguna ética -al engañar a su público-, sino que ordena una "investigación" a sus serviles periodistas de bolsillo, para publicar tres páginas con pésima redacción, con el fin de destruir moralmente al denunciante, para finalmente mostrarlo como un reo escapado de la justicia.
El pasado 11 de marzo de 2010, la diligente periodista tituló en la primera página de su órgano que, basados en su informe, "Anuncian investigacion preliminar en caso NTC", cuyo primer párrafo dice: "La Fiscalía General de la Nación anunció que iniciará investigación preliminar, con fines de extincion de dominio, a NTC". Da como un hecho que NTC sí es culpable de lo que EL COLOMBIANO le acusa, por lo tanto, sus propiedades entran en un proceso de extinción de dominio. Como quien dice, Daniel Coronell es un testaferro de los narcos, a quien no hay que darle ninguna credibilidad. ¡ Qué treta para desviar la atención sobre su propia indelicadeza !
No es de ahora que EL COLOMBIANO titula las noticias para vengarse, para estigmatizar, para criminalizar al contrario con el objetivo de quitarle validez a sus argumentos. Este periódico ha apoyado la violencia que el establecimiento siempre ha ejercido contra la oposición política y el pensamiento crítico; es un periodismo que criminaliza la protesta social, la denuncia civil, las prácticas democráticas. Esta casa editorial ha respaldado las políticas del régimen Uribe; en lugar de investigar como hizo la revista CAMBIO, tapó la corrupción CARIMAGUA (entrega de tierras destinada a desplazados, a poderosos empresarios amigos de Uribito); tapó el enriquecimiento intempestivo de los hijos del presidente al adquirir predios que se valorizaron al convertirse en Zona Franca; tapó el desvío de dineros que servirían de crédito a los campesinos hacia poderosos ingenios azucareros y empresarios como la propietaria de la próspera empresa periodística. EL COLOMBIANO ha sido cómplice de arbitrariedades gubernamentales que en realidad son crímenes infinitamente peores que aquellos que ese diario anuncia con exagerado despliegue. Este periódico fue "comprado" por este gobierno desde que Juan Gómez (hermano de la directora) fue elegido como representante de Colombia ante El Vaticano, Fabio Valencia Cosio (copartidario y afecto a la editora) fue elegido como Mininterior. Es decir, es un periódico que vendió su escasa alma al diablo, por lo tanto no defiende ningún interés público. La historia dará cuenta de estos auxiliadores y beneficiarios impunes de los crímenes oficiales.
Haciendo balance, no se refuta la acusación del valiente periodista sino que se contra ataca, se le vitupera, se le pone la honra en la picota pública. Así igual, actuó el ídolo-Mesias-Patrón de esta señora, el Dr. Alvaro Uribe, contra los periodistas William Parra, Jorge Botero (Telesur), Hollman Morris, entre otros. Está aún fresca la persecusión a la que fue sometido el digno periodista Alfredo Molano por parte del clan Araujo, amigos entrañables del Dr.Uribe. Es sabido también de la cerril intolerancia de la democrática directora que ha expulsado de su latifundio mediático a reconocidos periodistas que no pensaban igual a ella, como Héctor Abad Faciolince, Javier Darío Restrepo, Reinaldo Spitaletta y Gonzalo Medina. También resuena aún en el ambiente de la información democrática, el descabezamiento de María Elvira Samper y Rodrigo Pardo de la dirección de la revista CAMBIO. Pero más espeluznante aún es la labor de espionaje y acoso que el D.A.S (dependencia de inteligencia conectada directamente a la presidencia de la República) hacía a varios periodistas y personalidades de la rama judicial, caso conocido como "las chuzadas del D.A.S"
El periodismo camandulero, pueril, inquisitorial y parcializado que practica la señora Ana Mercedes Gómez, no representa el periodismo democrático, independiente, crítico, constructivo y ético que reclama la sociedad colombiana. Por eso, llamamos a los ciudadanos, intelectuales y periodistas demócratas a cerrar filas frente a todos estos personajes que sostienen ideológicamente el funesto "Uribato", un régimen con una mentalidad arcaica, excluyente, arrogante, cruel, injusta, huróna, hipócrita, canalla, cobarde y criminal. Es un deber denunciar a estos siniestros personajes -supuestamente intocables- para que la sociedad sea regida, algún día, por unos mínimos principios de decencia, dignidad y democracia.
EL COLOMBIANO parece ser una sucursal de la Santa Sede en Medellin (Colombia), pues son constantes sus cruzadas en pro de causas anacrónicas. Desde sus páginas ha pretendido desprestigiar la Clínica de la Mujer, una iniciativa de la Alcaldía de Medellín para acompañar y proteger la integridad de las adolescentes embarazadas. También ha hecho cruzadas para penalizar la dosis mínima de consumo de droga, para sancionar los abortos, para justificar el linchamiento de violadores, enfermos mentales y "desadaptados". Su actual Gran Cruzada se desarrolla contra la pelicula "Rosario Tijeras" que recrea desde la ficción la violencia criminal de la ciudad, debida a la exclusión social, la falta de oportunidades, el negocio del narcotráfico, la deslegitimación de las instituciones (corrupción, clientelismo y favoritismo) que conducen a la justicia por mano propia. Pretende tapar el sol con una mano, maquillar los problemas estructurales de una sociedad tercermundista.
Pero, es que esa empresa vendedora de "noticias", también parece un apéndice de la embajada de EEUU, pues usa el mismo lenguaje descalificador de aquel pais contra sus opositores. Ríos de tinta corren allí contra las personas que piensen distinto; pero lo censurable es la manera como lo hacen, usando un lenguaje insultante, recurriendo a la calumnia, al chisme y a lo anodino. Uno de sus columnistas estrella, Raúl Tamayo, (cuñado de la directora) es una de las mentes más fascistas de Colombia junto con otras enquistadas allí. El señor Tamayo llama "terroristas" y "auxiliadores de la guerrilla" a todo aquel que cuestiona las aberraciones de la "Uribe Noche", agrede constantemente a los funcionarios de la Alcaldia de Medellin, defiende a capa y espada a los militares que cometieron la masacre en la Comunidad de Paz San José de Apartadó, idolatra al Mesias, destila odio e intolerancia en sus escritos. También la han emprendido allí contra la Feria del Libro de la ciudad, organizada por prestigiosas instituciones culturales como Comfenalco, Corporación Otraparte, Tetro Matacandelas, Cooperativa Confiar, Secretaría de Cultura, Red de Bibliotecas, entre otras. Argumenta que en una feria del libro no deben tener cabida homenajes a la República de Cuba, casi que prohiben que leamos a los escritores cubanos.
La señora Gomez se siente poderosa. No es de despreciar. Tiene tentáculos en el Ministerio de Justicia e Interior, pues el Señor Ministro Valencia Cossio, es satélite de esa casa editorial. Tiene también un procurador afín ideológicamente; tiene influencia en los cuerpos armados del Estado pues los adula con lambonería chocante; tiene influencia en Radio Super, emisora antioqueña que en sintonia con EL COLOMBIANO agrede campañas civicas alentadas por la Alcaldia de Medellin y magnifica acontecimientos triviales. La directora tiene, también, resonancia en la Fiscalía General de la Nación, pues con una velocidad que brilla por su ausencia en denuncias que si ameritan, el encargado de esa rama anunció investigación contra NTC. O sea, ya empezó una intimidación contra el ejercicio de la profesión de Daniel Coronell, empieza a limitarse su libertad de desplazamiento, también se pone en riesgo su seguridad personal.
No dejemos solo al independiente y valeroso periodista Daniel Coronell. Exijamos a EL COLOMBIANO el derecho a réplica que le negó al denunciante, ahora acorralado por difamación e investigación.Defendamos el derecho a ser informados veraz e imparcialmente, el derecho a la libertad de pensamiento, el derecho a la libre expresión, el derecho a disentir, el derecho a la diferencia.
Ciudadanos por la decencia en los medios de comunicación
Marzo de 2010
Esta escudera incondicional de personajes turbios como Fernando Londoño Hoyos, Fabio Valencia Cossio y Andrés Felipe Arias ("Uribito"), pretende que se le inicie una investigación penal al periodista Daniel Coronell -director de Noticias Uno en televisión- por haber tenido éste el valor civil de denunciar la falta de ética de la periodista de marras, al favorecerse de "AGRO INGRESO SEGURO", mediante un crédito blando por 82 millones sin informar de esto a sus lectores cuando defendió con vehemencia a través de editoriales, reseñas y notas, la mencionada política dirigida a "apoyar al pequeño y mediano campesino colombiano".
La iracunda dama pasó de acusada a acusadora al publicar un amplio informe el 7 de marzo de 2010, titulado "NTC, César Villegas e Imagen y Sonido", el cual sindica al periodista de nexos con el narcotráfico a través de su empresa NTC. Dicho informe, incoherente y arreglado, es desmentido por Coronell en una rápida réplica, pero la ilustre periodista-directora se niega rabiosamente a publicar. Cabe observar que Coronell siempre fue respetuoso en los términos de la denuncia que hizo, pues siempre fue claro en señalar que la digna dama no tuvo la ética a la que se debe un responsable periodista, nunca habló de irregularidades legales ni de demandas penales. Ahora, la señora se viene con todo su rencor contra el denunciante, lo acusa hasta de tener velas en el asesinato de un empresario condenado por el proceso 8.000. Es la bajeza y deslealtad con la que reaccionan personajes que fungen de cristianos, defensores de la moral, de la libre expresión y de los derechos del lector.
Se ratifica una vez más, la reacción resentida y revanchista de un arquetipo conservador, latifundista, amante del dinero y moralista, cuando lo acusan de algo que todo el mundo ve menos él. Con fastidiosa soberbia, aquella respetable dama de la elitista aristocracia antioqueña no sólo no reconoce su laguna ética -al engañar a su público-, sino que ordena una "investigación" a sus serviles periodistas de bolsillo, para publicar tres páginas con pésima redacción, con el fin de destruir moralmente al denunciante, para finalmente mostrarlo como un reo escapado de la justicia.
El pasado 11 de marzo de 2010, la diligente periodista tituló en la primera página de su órgano que, basados en su informe, "Anuncian investigacion preliminar en caso NTC", cuyo primer párrafo dice: "La Fiscalía General de la Nación anunció que iniciará investigación preliminar, con fines de extincion de dominio, a NTC". Da como un hecho que NTC sí es culpable de lo que EL COLOMBIANO le acusa, por lo tanto, sus propiedades entran en un proceso de extinción de dominio. Como quien dice, Daniel Coronell es un testaferro de los narcos, a quien no hay que darle ninguna credibilidad. ¡ Qué treta para desviar la atención sobre su propia indelicadeza !
No es de ahora que EL COLOMBIANO titula las noticias para vengarse, para estigmatizar, para criminalizar al contrario con el objetivo de quitarle validez a sus argumentos. Este periódico ha apoyado la violencia que el establecimiento siempre ha ejercido contra la oposición política y el pensamiento crítico; es un periodismo que criminaliza la protesta social, la denuncia civil, las prácticas democráticas. Esta casa editorial ha respaldado las políticas del régimen Uribe; en lugar de investigar como hizo la revista CAMBIO, tapó la corrupción CARIMAGUA (entrega de tierras destinada a desplazados, a poderosos empresarios amigos de Uribito); tapó el enriquecimiento intempestivo de los hijos del presidente al adquirir predios que se valorizaron al convertirse en Zona Franca; tapó el desvío de dineros que servirían de crédito a los campesinos hacia poderosos ingenios azucareros y empresarios como la propietaria de la próspera empresa periodística. EL COLOMBIANO ha sido cómplice de arbitrariedades gubernamentales que en realidad son crímenes infinitamente peores que aquellos que ese diario anuncia con exagerado despliegue. Este periódico fue "comprado" por este gobierno desde que Juan Gómez (hermano de la directora) fue elegido como representante de Colombia ante El Vaticano, Fabio Valencia Cosio (copartidario y afecto a la editora) fue elegido como Mininterior. Es decir, es un periódico que vendió su escasa alma al diablo, por lo tanto no defiende ningún interés público. La historia dará cuenta de estos auxiliadores y beneficiarios impunes de los crímenes oficiales.
Haciendo balance, no se refuta la acusación del valiente periodista sino que se contra ataca, se le vitupera, se le pone la honra en la picota pública. Así igual, actuó el ídolo-Mesias-Patrón de esta señora, el Dr. Alvaro Uribe, contra los periodistas William Parra, Jorge Botero (Telesur), Hollman Morris, entre otros. Está aún fresca la persecusión a la que fue sometido el digno periodista Alfredo Molano por parte del clan Araujo, amigos entrañables del Dr.Uribe. Es sabido también de la cerril intolerancia de la democrática directora que ha expulsado de su latifundio mediático a reconocidos periodistas que no pensaban igual a ella, como Héctor Abad Faciolince, Javier Darío Restrepo, Reinaldo Spitaletta y Gonzalo Medina. También resuena aún en el ambiente de la información democrática, el descabezamiento de María Elvira Samper y Rodrigo Pardo de la dirección de la revista CAMBIO. Pero más espeluznante aún es la labor de espionaje y acoso que el D.A.S (dependencia de inteligencia conectada directamente a la presidencia de la República) hacía a varios periodistas y personalidades de la rama judicial, caso conocido como "las chuzadas del D.A.S"
El periodismo camandulero, pueril, inquisitorial y parcializado que practica la señora Ana Mercedes Gómez, no representa el periodismo democrático, independiente, crítico, constructivo y ético que reclama la sociedad colombiana. Por eso, llamamos a los ciudadanos, intelectuales y periodistas demócratas a cerrar filas frente a todos estos personajes que sostienen ideológicamente el funesto "Uribato", un régimen con una mentalidad arcaica, excluyente, arrogante, cruel, injusta, huróna, hipócrita, canalla, cobarde y criminal. Es un deber denunciar a estos siniestros personajes -supuestamente intocables- para que la sociedad sea regida, algún día, por unos mínimos principios de decencia, dignidad y democracia.
EL COLOMBIANO parece ser una sucursal de la Santa Sede en Medellin (Colombia), pues son constantes sus cruzadas en pro de causas anacrónicas. Desde sus páginas ha pretendido desprestigiar la Clínica de la Mujer, una iniciativa de la Alcaldía de Medellín para acompañar y proteger la integridad de las adolescentes embarazadas. También ha hecho cruzadas para penalizar la dosis mínima de consumo de droga, para sancionar los abortos, para justificar el linchamiento de violadores, enfermos mentales y "desadaptados". Su actual Gran Cruzada se desarrolla contra la pelicula "Rosario Tijeras" que recrea desde la ficción la violencia criminal de la ciudad, debida a la exclusión social, la falta de oportunidades, el negocio del narcotráfico, la deslegitimación de las instituciones (corrupción, clientelismo y favoritismo) que conducen a la justicia por mano propia. Pretende tapar el sol con una mano, maquillar los problemas estructurales de una sociedad tercermundista.
Pero, es que esa empresa vendedora de "noticias", también parece un apéndice de la embajada de EEUU, pues usa el mismo lenguaje descalificador de aquel pais contra sus opositores. Ríos de tinta corren allí contra las personas que piensen distinto; pero lo censurable es la manera como lo hacen, usando un lenguaje insultante, recurriendo a la calumnia, al chisme y a lo anodino. Uno de sus columnistas estrella, Raúl Tamayo, (cuñado de la directora) es una de las mentes más fascistas de Colombia junto con otras enquistadas allí. El señor Tamayo llama "terroristas" y "auxiliadores de la guerrilla" a todo aquel que cuestiona las aberraciones de la "Uribe Noche", agrede constantemente a los funcionarios de la Alcaldia de Medellin, defiende a capa y espada a los militares que cometieron la masacre en la Comunidad de Paz San José de Apartadó, idolatra al Mesias, destila odio e intolerancia en sus escritos. También la han emprendido allí contra la Feria del Libro de la ciudad, organizada por prestigiosas instituciones culturales como Comfenalco, Corporación Otraparte, Tetro Matacandelas, Cooperativa Confiar, Secretaría de Cultura, Red de Bibliotecas, entre otras. Argumenta que en una feria del libro no deben tener cabida homenajes a la República de Cuba, casi que prohiben que leamos a los escritores cubanos.
La señora Gomez se siente poderosa. No es de despreciar. Tiene tentáculos en el Ministerio de Justicia e Interior, pues el Señor Ministro Valencia Cossio, es satélite de esa casa editorial. Tiene también un procurador afín ideológicamente; tiene influencia en los cuerpos armados del Estado pues los adula con lambonería chocante; tiene influencia en Radio Super, emisora antioqueña que en sintonia con EL COLOMBIANO agrede campañas civicas alentadas por la Alcaldia de Medellin y magnifica acontecimientos triviales. La directora tiene, también, resonancia en la Fiscalía General de la Nación, pues con una velocidad que brilla por su ausencia en denuncias que si ameritan, el encargado de esa rama anunció investigación contra NTC. O sea, ya empezó una intimidación contra el ejercicio de la profesión de Daniel Coronell, empieza a limitarse su libertad de desplazamiento, también se pone en riesgo su seguridad personal.
No dejemos solo al independiente y valeroso periodista Daniel Coronell. Exijamos a EL COLOMBIANO el derecho a réplica que le negó al denunciante, ahora acorralado por difamación e investigación.Defendamos el derecho a ser informados veraz e imparcialmente, el derecho a la libertad de pensamiento, el derecho a la libre expresión, el derecho a disentir, el derecho a la diferencia.
Ciudadanos por la decencia en los medios de comunicación
Marzo de 2010
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