Carlos Lozano, director de Voz, es uno de los candidatos que no logró la elección a la Cámara de Representantes por Bogotá como era su aspiración.
¿Qué pasó?
“Bueno, hay que hacer el balance, lo cierto es que sufrí una estruendosa derrota. Ni siquiera logré la votación histórica del Partido Comunista en Bogotá. Si acaso la mitad. No fue por falta de trabajo, la campaña fue intensa, tuve el apoyo del Partido Comunista y la JUCO que trabajaron a todo vapor. Me apoyaron organizaciones de izquierda como la Constituyente Popular y Presentes por el Socialismo; organizaciones sindicales como Sintradistritales, Sintrateléfonos y Sintrabancol; la Coordinadora de Víctimas de la Unión Patriótica y varias organizaciones de desplazados”.
Pero entonces ¿qué sucedió?
“No lo tengo todavía muy claro pero la expectativa y la esperanza eran otras, existía confianza en la victoria por los apoyos recibidos, además de cierta imagen en los medios y en la opinión pública que me he ganado en la lucha por la paz y como director de Voz. La campaña fue larga y muy activa. Todos trabajamos bien, fueron centenares los actos en que participamos en barrios, sindicatos, sectores democráticos y organizaciones populares. Era previsible un buen apoyo popular. En varias encuestas y cábalas de analistas se daba por segura mi elección”.
¿Pecó de excesiva confianza?
“Siempre dije que era optimista pero no triunfalista. Pero hay razones de la derrota, incluyendo la posibilidad que el candidato no haya sido el adecuado para una campaña tan especial como esta en medio del dinero que corrió en cantidades, de la guerra sucia mediática contra el Polo Democrático Alternativo y de tantas deformaciones a la expresión democrática. Creo que muchos votos que tradicionalmente son de la izquierda y en particular del Partido Comunista se desviaron a Iván Cepeda que fue una de las revelaciones en la votación de Cámara en Bogotá. Quizás fue una candidatura más fresca, una figura de la izquierda más joven y con crecido prestigio por su lucha por la memoria histórica y las víctimas. Con buena prensa e imagen. Si es así, me siento más tranquilo, porque Iván, con toda seguridad, será un excelente parlamentario, audaz e insobornable como es la izquierda”.
¿Los errores de la Alcaldía de Bogotá no influyeron en el resultado?
“No le voy a endilgar a otros mis insuficiencias. Y no creo que sea así, porque al Polo le fue bien en Bogotá y conservó las tres posiciones en la Cámara”.
¿Su discurso no es muy radical? Algunos lo asocian cercano a las Farc.
No soy de las Farc ni cercano a ellas, esa especie calumniosa la fomentan el Gobierno y algunos de sus voceros; también algunos altos mandos militares y los organismos de seguridad del Estado. Una fiscal de la Unidad contra el Terrorismo me exoneró de todo vínculo con la guerrilla, pero hay mentes perversas, intolerantes que mantienen el infundio, peligroso por cierto, porque estoy sometido a las amenazas y a la intimidación de los paramilitares y de los agentes de la ultraderecha que alimentan la furia criminal contra la izquierda con las gratuitas acusaciones del uribismo.
Ahora, radical quizás lo soy, porque defiendo y difundo mis ideas revolucionarias sin el más mínimo temor, ni la mínima vacilación. No me han callado ni las amenazas de muerte, ni la persecución gubernamental que me ha querido meter a la cárcel, menos lo voy a hacer en una campaña electoral que es un escenario de ideas, por lo menos para la izquierda, porque la derecha lo centra en el clientelismo, la compra de votos y en la presión al elector. Adelanté la campaña con el argumento de que el Partido Comunista representa la izquierda revolucionaria del Polo y así es. Si eso me quita los votos de los timoratos y pusilánimes, pues lo siento mucho, pero no hago la concesión. Los que han creído que la izquierda debe ocultar sus principios o tranzarlos están en otros proyectos neutros o en el uribismo, allá terminan. Soy respetuoso de las ideas de los demás, pero igual tratamiento demando para las mías. ‘Sin sectarismo pero sin ambigüedades’, dice ese hombre extraordinario que es el maestro Carlos Gaviria.
¿Cómo se siente ahora?
“El sabor de la derrota es amargo, no lo puedo negar. Pero hay que saber ganar y perder. Al fin y al cabo se perdió una posibilidad, pero no quedó cerrado el espacio de la lucha política revolucionaria y democrática, este existe en múltiples escenarios y no necesariamente en el Congreso solamente. Aunque éste es importante, pero lo fundamental es la acción de masas, la movilización social y popular y para ello no se requiere ser elegido sino la decisión de estar allí, en el centro de los acontecimientos que pueden cambiar la historia. No puedo negar que estoy un tanto apenado con el Partido Comunista y la JUCO, que tenían demasiadas esperanzas en el candidato, fundadas o no. Y quedaron frustrados. De alguna manera siento que no di la talla. Pero como decía Agostino Neto: ‘La lucha continúa, la victoria es cierta’”.
¿El Partido Comunista quedó por fuera del Polo?
Jamás. Gloria Inés Ramírez quedó en el senado en el que ha hecho una positiva labor junto a la bancada del Polo Democrático Alternativo. Además, otros candidatos que no salieron elegidos, tuvieron tal vez un mejor resultado que el mío, como Jorge Gómez en Arauca, Nelson Lombana en Tolima, Ismael Ortega en Bolívar, William González en Meta, Hernando Hernández en la circunscripción indígena, Luz Dary Molina en Boyacá, José Heberth Rodríguez en Cundinamarca, Rodrigo López en Risaralda. El Partido Comunista es una fuerza integrante del Polo Democrático y factor dinámico de su unidad.
¿Y ahora qué viene para usted?
Lo mismo de siempre. Luchar, luchar y luchar hasta la victoria final. Nuestra lucha es de largo aliento: por la paz, la democracia, la revolución y el socialismo. En estos propósitos hay escalones, pero no cansancio y menos claudicaciones. Trabajo es lo que hay. Es una espiral dialéctica en la cual hay momentos de retroceso y hasta de derrotas temporales. Un paso adelante y dos pasos atrás. Lo más positivo es que regreso a la dirección de Voz que es una pasión revolucionaria, periodismo de compromiso, la verdad del pueblo. Y, por supuesto, las tareas políticas, la unidad del Polo, forjar un verdadero proyecto de transformación de la sociedad. En lo inmediato vamos con todo a la campaña presidencial, apoyando la fórmula presidencial de Gustavo Petro y Clarita López Obregón.
¿Qué pasó?
“Bueno, hay que hacer el balance, lo cierto es que sufrí una estruendosa derrota. Ni siquiera logré la votación histórica del Partido Comunista en Bogotá. Si acaso la mitad. No fue por falta de trabajo, la campaña fue intensa, tuve el apoyo del Partido Comunista y la JUCO que trabajaron a todo vapor. Me apoyaron organizaciones de izquierda como la Constituyente Popular y Presentes por el Socialismo; organizaciones sindicales como Sintradistritales, Sintrateléfonos y Sintrabancol; la Coordinadora de Víctimas de la Unión Patriótica y varias organizaciones de desplazados”.
Pero entonces ¿qué sucedió?
“No lo tengo todavía muy claro pero la expectativa y la esperanza eran otras, existía confianza en la victoria por los apoyos recibidos, además de cierta imagen en los medios y en la opinión pública que me he ganado en la lucha por la paz y como director de Voz. La campaña fue larga y muy activa. Todos trabajamos bien, fueron centenares los actos en que participamos en barrios, sindicatos, sectores democráticos y organizaciones populares. Era previsible un buen apoyo popular. En varias encuestas y cábalas de analistas se daba por segura mi elección”.
¿Pecó de excesiva confianza?
“Siempre dije que era optimista pero no triunfalista. Pero hay razones de la derrota, incluyendo la posibilidad que el candidato no haya sido el adecuado para una campaña tan especial como esta en medio del dinero que corrió en cantidades, de la guerra sucia mediática contra el Polo Democrático Alternativo y de tantas deformaciones a la expresión democrática. Creo que muchos votos que tradicionalmente son de la izquierda y en particular del Partido Comunista se desviaron a Iván Cepeda que fue una de las revelaciones en la votación de Cámara en Bogotá. Quizás fue una candidatura más fresca, una figura de la izquierda más joven y con crecido prestigio por su lucha por la memoria histórica y las víctimas. Con buena prensa e imagen. Si es así, me siento más tranquilo, porque Iván, con toda seguridad, será un excelente parlamentario, audaz e insobornable como es la izquierda”.
¿Los errores de la Alcaldía de Bogotá no influyeron en el resultado?
“No le voy a endilgar a otros mis insuficiencias. Y no creo que sea así, porque al Polo le fue bien en Bogotá y conservó las tres posiciones en la Cámara”.
¿Su discurso no es muy radical? Algunos lo asocian cercano a las Farc.
No soy de las Farc ni cercano a ellas, esa especie calumniosa la fomentan el Gobierno y algunos de sus voceros; también algunos altos mandos militares y los organismos de seguridad del Estado. Una fiscal de la Unidad contra el Terrorismo me exoneró de todo vínculo con la guerrilla, pero hay mentes perversas, intolerantes que mantienen el infundio, peligroso por cierto, porque estoy sometido a las amenazas y a la intimidación de los paramilitares y de los agentes de la ultraderecha que alimentan la furia criminal contra la izquierda con las gratuitas acusaciones del uribismo.
Ahora, radical quizás lo soy, porque defiendo y difundo mis ideas revolucionarias sin el más mínimo temor, ni la mínima vacilación. No me han callado ni las amenazas de muerte, ni la persecución gubernamental que me ha querido meter a la cárcel, menos lo voy a hacer en una campaña electoral que es un escenario de ideas, por lo menos para la izquierda, porque la derecha lo centra en el clientelismo, la compra de votos y en la presión al elector. Adelanté la campaña con el argumento de que el Partido Comunista representa la izquierda revolucionaria del Polo y así es. Si eso me quita los votos de los timoratos y pusilánimes, pues lo siento mucho, pero no hago la concesión. Los que han creído que la izquierda debe ocultar sus principios o tranzarlos están en otros proyectos neutros o en el uribismo, allá terminan. Soy respetuoso de las ideas de los demás, pero igual tratamiento demando para las mías. ‘Sin sectarismo pero sin ambigüedades’, dice ese hombre extraordinario que es el maestro Carlos Gaviria.
¿Cómo se siente ahora?
“El sabor de la derrota es amargo, no lo puedo negar. Pero hay que saber ganar y perder. Al fin y al cabo se perdió una posibilidad, pero no quedó cerrado el espacio de la lucha política revolucionaria y democrática, este existe en múltiples escenarios y no necesariamente en el Congreso solamente. Aunque éste es importante, pero lo fundamental es la acción de masas, la movilización social y popular y para ello no se requiere ser elegido sino la decisión de estar allí, en el centro de los acontecimientos que pueden cambiar la historia. No puedo negar que estoy un tanto apenado con el Partido Comunista y la JUCO, que tenían demasiadas esperanzas en el candidato, fundadas o no. Y quedaron frustrados. De alguna manera siento que no di la talla. Pero como decía Agostino Neto: ‘La lucha continúa, la victoria es cierta’”.
¿El Partido Comunista quedó por fuera del Polo?
Jamás. Gloria Inés Ramírez quedó en el senado en el que ha hecho una positiva labor junto a la bancada del Polo Democrático Alternativo. Además, otros candidatos que no salieron elegidos, tuvieron tal vez un mejor resultado que el mío, como Jorge Gómez en Arauca, Nelson Lombana en Tolima, Ismael Ortega en Bolívar, William González en Meta, Hernando Hernández en la circunscripción indígena, Luz Dary Molina en Boyacá, José Heberth Rodríguez en Cundinamarca, Rodrigo López en Risaralda. El Partido Comunista es una fuerza integrante del Polo Democrático y factor dinámico de su unidad.
¿Y ahora qué viene para usted?
Lo mismo de siempre. Luchar, luchar y luchar hasta la victoria final. Nuestra lucha es de largo aliento: por la paz, la democracia, la revolución y el socialismo. En estos propósitos hay escalones, pero no cansancio y menos claudicaciones. Trabajo es lo que hay. Es una espiral dialéctica en la cual hay momentos de retroceso y hasta de derrotas temporales. Un paso adelante y dos pasos atrás. Lo más positivo es que regreso a la dirección de Voz que es una pasión revolucionaria, periodismo de compromiso, la verdad del pueblo. Y, por supuesto, las tareas políticas, la unidad del Polo, forjar un verdadero proyecto de transformación de la sociedad. En lo inmediato vamos con todo a la campaña presidencial, apoyando la fórmula presidencial de Gustavo Petro y Clarita López Obregón.
Gracias doctor Lozano. Gracias a ustedes.
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1 comentario:
Seguros de la honestidad y firmeza del PCC, del trabajo sencillo pero con altura que realizaron los del POLO..... Seguramente no solo eran votos los que estaban en juego en las elecciones, sino cientos y miles de corazones que todavia creen en los cambios sociales...
EL balance de las elecciones debe incluir el roll negativo de tantos invisibles que al parecer militan en el POLO, pero que en la cotidianadad no han estado conectados con las realidades urgentes de las comunidades....
Sigamos con las campañas detràs de la TV y el microfono, y los impases de Don Petro hace unos meses.... y por lo menos podemos decir que al igual de ud. amigo Gillen, los compañeros de vuelo que caminaron el Tolima.....tambièn hicieron una campaña de dignidad y honestidad, y eso no se mide con votos, sino con la pràctica cotidiana....
(Pd. Por favor hay muchas conversaciones postergadas desde el año pasado sobre el roll del POLO y de sus integrantes...)
Saludes....
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