lunes, 24 de agosto de 2009

Paramilitar "El Aleman" confiesa vinculos con Pacho Santos, "País Libre", Yamhure, Ejército y el DAS



Ante la notificación de extradición a Estados Unidos, el jefe paramilitar del Urabá ataca al gobierno y salpica a nuevos personajes con las autodefensas.

Por: Fernando Cárdenas / Especial para El Espectador
Hasta que los extraditaron, en mayo de 2008, el patio uno de la cárcel de alta seguridad de Itagüí albergaba a casi todos los jefes paramilitares del país. Pero hoy, esa parte del penal parece un hueco sombrío con apenas 34 internos. A veces pasa por el comedor un Ernesto Báez bien decaído o Julián Bolívar, ambos del célebre Bloque Central Bolívar. En la chancha de micro conversa Botalón, otro de los comandantes que operaba en el Magdalena Medio. En realidad, quedan pocos comandantes de los que se desmovilizaron en Ralito y rinden versiones bajo la ley 975 de Justicia y Paz.

Entre esas celdas también está Freddy Rendón Herrera, alias el Alemán, quién dominó a sangre y fuego la región de Urabá durante una década y que se desmovilizó en 2006 por su cuenta con 1.538 hombres. Dicen que él era del ala “pura” de Carlos Castaño y no del lado más “narco” de las autodefensas, el de su hermano Vicente o “el profe”.

Pero más allá de esas distinciones que en realidad son difusas, hace pocos días al Alemán le llegó la notificación de extradición a Estados Unidos por delitos de narcotráfico. No se sorprendió demasiado. Sostiene que está tranquilo, “no soy narcotraficante”, y sustenta que si extraditan a los pocos jefes que quedan en Colombia, la información de los últimos 10 años de guerra en el país quedaría en el olvido y todo el proceso quedaría en un tarro de basura. Del derecho de las víctimas ni hablar. Por eso afila sus baterías contra el comisionado de paz, contra el gobierno y denuncia a varios colaboradores de las autodefensas.
- ¿No le extrañó que a su hermano, “Don Mario”, lo pidieran en extradición por creación de grupos de autodefensas y a usted por narcotráfico?

- Me sorprendió que en indictment diga que Freddy Rendón tenía un grupo de Autodefensas que se llamaba Elmer Cárdenas y que lo desmovilicé en el 2006 en unos acuerdos con el gobierno; que después de eso me vine para acá (cárcel de Itagüí) y le entregué la zona a mi hermano Daniel, al que llaman “don Mario”, y que entonces yo lo alenté a armar esa banda emergente. Yo desmovilicé a Daniel Rendón, que no era parte de mi bloque, hacía parte de uno en los Llanos Orientales con autorización de Luis Carlos Restrepo. Yo lo postulé a Justicia y Paz y lo iba a presentar pero como el gobierno tomó la decisión de capturarlo, yo me entregué voluntariamente y él no se quiso entregar. Y muchos de los comandantes que eran en una época del EPL, posteriormente se convirtieron en comandantes de autodefensas en los Llanos regresaron a Urabá, porque eran de esa zona, y se lo advertimos al gobierno: “mire, si a estos desmovilizados le damos un cheque mensual sin que les garantizamos proyectos productivos, que trabajen, que lleven el pan a sus mesas”, pero el gobierno no quiso y ahí tiene: unos hombres rearmados. Pero él es una ficha más de un gran ajedrez, y hoy me quieren poner a mí como el gran orquestador de esas nuevas bandas.

- ¿Qué hay detrás de su pedido de extradición?

- Una estrategia oscura por parte de sectores del establecimiento colombiano, de poderosos con gran influencia en Estados Unidos para callar la verdad de lo que pasó en el decurso de la guerra. Ya se llevaron trece compañeros que están siendo condenados en Estados Unidos por narcotráfico, mientras en Colombia miles de víctimas del conflicto esperan una respuesta por delitos de lesa humanidad, y usted sabe que esos delitos no prescriben. ¿Estos compañeros será que van a poder venir a Colombia a responder por delitos de lesa humanidad? Yo lo veo muy difícil.

- ¿Usted dijo en una reciente entrevista que la verdad se la iba a llevar los gringos?

- Hoy vuelvo y lo digo. A estos señores no sólo les están preguntando por esta situación, además por todo lo que ellos conocen. Ellos ahí confesaron todo lo que habían venido confesando en Colombia, incluso las reservas de algún tipo de información frente a un personaje, un militar, un político. Yo pienso que todo lo están diciendo en Estados Unidos.

- ¿Alguna vez discutieron en la mesa de negociación con el comisionado de paz de esa época, Luis Carlos Restrepo, el tema de la extradición?
- No, porque yo nunca me esperé tener un requerimiento de extradición, y menos por narcotráfico. Y le dije a Restrepo: “en el golfo de Urabá se necesita una base antinarcóticos, por ahí salen las lanchas con narcotráfico, hay que poner puestos de policía, pero hoy todos esos policías son socios de los narcotraficantes de la zona”. Eso no pasó con nosotros pues luchábamos por salvar esta democracia de que se la tomaran el poder la izquierda radical, como son las guerrillas marxistas leninistas.

- En la revista Cambio Alfonso Cano dijo que los jefes paramilitares eran unos delincuentes ingenuos que le habían creído a este gobierno?¿Qué opina?

- Digamos que ellos nos consideran delincuentes porque fuimos apéndices del Estado, y en esa parte tiene algo de razón. Nosotros no actuamos solos, no fue que de la noche a la mañana nos disfrazamos de soldados o policías y nos montamos equipos y armas. Muchas de nuestras armas salieron de guarniciones militares, los instructores de las autodefensas eran miembros del ejército retirados, los camuflados y chalecos salían de la industria militar. Pero cuando se refiere a que el gobierno nos traicionó, pues sí hombre, nos sentimos traicionados, porque nos invitaban a hacer un proceso hacia la civilidad, con una ley donde sí íbamos a pagar unas sanciones penales que nosotros ya la entendíamos que no había posibilidad de hacer un proceso de paz sin que los comandantes y los responsables vayan a la cárcel por delitos de lesa humanidad. Y El gobierno nos dijo van a estar en colonias penales, ustedes van a decir la verdad, ustedes van a estar entre cinco y ocho años. Pero sabe una cosa, yo llevo tres años acá y no me han imputado un solo hecho y hemos confesado más de 2.000 hechos. La justicia no avanza, la Fiscalía aparentemente no tiene presupuesto, no tiene equipo de trabajo, entonces ¿cuántos años estaré en la cárcel para ser condenado en Justicia y Paz?

-Un momento, ¿los otros jefes paramilitares sólo empezaron a confesar una vez los extraditaron, antes ellos confesaron verdades a medias?

-Ellos tenían una presión muy fuerte de sectores muy poderosos en este país. Si me preguntas hoy, Freddy en sus versiones libres, yo soy categórico. He ido contando todo, todo, pero me voy encontrando con que a mis abogados los abordan y los han ido amenazando.

¿Quiénes los amenazan?

- Agentes que les muestran armas y placas que dicen ser del DAS. Los llaman por teléfono y les dicen que es mejor que no hablen. Y lo más delicado, compran los testigos. Por ejemplo, si a nosotros en una relatoría se nos pregunta por temas políticos de la región: senadores, representantes, que fueron donde nosotros, que eran militantes de las autodefensas, nosotros los apoyábamos económicamente, con el trabajo social para que salieran elegidos y ellos tenían una misión en el congreso de la república. Y hoy cuando nos toca decir que ellos hicieron parte de ese trabajo, hoy dicen que somos bandidos, delincuentes y compran testigos.
- ¿Pero con quién está dolido de los congresistas?
- Yo no estoy dolido como persona con ellos, yo estoy dolido porque ellos tienen la responsabilidad de decirle la verdad a la sociedad.

- ¿Usted ya entregó una lista de 23 políticos con relaciones con las autodefensas?

- De esa lista que me pidió la justicia que entregara son los del proyecto político de Urabá, relación con algunos representantes en Córdoba y otros en el Chocó donde el bloque tuvo presencia. Desde hace un año los políticos me mandaban razones de que me van a pedir en extradición. Y ahora me mandan a decir: “sí vio, pero le podemos evitar la extradición si usted se calla y calla a los testigos”. Cómo le puedo pedir a un desmovilizado que me vio en reuniones con ellos todo el tiempo, que ahorita mienta ante la justicia y diga que no me reuní con ellos. Pero los están comprando, amenazando y si a uno de ellos en Urabá le amenazan a la mujer y los hijos, ¿será que va a declaran contra un señor de eso?, pues no.

- En las declaraciones ante Justicia y Paz llegó a declarar contra empresarios o justo cuando iba a hablar de ellos le llegó la extradición?¿Seguirá en esa tónica de denuncias?

- Digamos que si hubieran condiciones de seguridad reales para nosotros y para nuestras familias la autodefensa pudiera esclarecer muchas de las cosas que han pasado en el país. Pero mire, el señor Salvatore Mancuso cuánto denunció de proteger a su familia, nadie lo protegió. Los Estados Unidos pidieron que se la protegieran, y creo que se tuvieron que ir, porque este señor empezó a contar muchas relaciones con sectores poderosos. Y cuando se habla de ellos, un ministro sale a decir: “quién le va a creer a un bandido o delincuente”.

- ¿Qué le parece el papel de Luis Carlos Restrepo como comisionado de paz en esta negociación?
- Me parece un personaje nefasto, mentiroso, desleal. Nos dijo muchas cosas como que íbamos a estar en colonias penales y nos tienen en una cárcel de alta seguridad. Nos dijo que no nos tratarían como delincuentes con esposas y grilletas y hoy nos ponen esposas; que íbamos a tener medios de comunicación que les permita trabajar con los desmovilizados para reconstruir la verdad y nos tienen incomunicados, y esta entrevista es una prueba. Luis Carlos nos dijo bienvenido a la civilidad, este proceso hay que mostrarlo a la sociedad, que nos iban a llevar a encuentros, que participen, y en Cartagena hace poco se llevó a cabo el primer encuentro internacional de procesos de desmovilización y no nos invitó. Le enviamos una carta y después nos dijo que se le olvidó. A quien se le olvida invitar a la contraparte con quien acordé y firmé acuerdos y que se desmovilizó de manera voluntaria. Y hoy funcionarios del gobierno colombiano viajan a Europa y Estados Unidos y dicen que nos vencieron, que nos obligaron, y eso nunca pasó, lo hicimos de manera voluntaria. Por eso digo que Luis Carlos es un personaje que hoy está haciendo un papel que sabe hacer como director de la U y por eso tiene problemas con todos porque hoy dice una cosa, después otra.

- ¿Qué piensa del presidente Uribe?

- Es un gran compatriota, que ha hecho un trabajo que el país necesitaba, que era retomar la soberanía del estado sobre muchos territorios donde no hacía presencia , y uno de ellos fue el que nosotros le entregamos sin pelear porque nuestra lucha no era contra el Estado, contra un soldado o un policía, eran nuestros primos, trabajábamos en conjunto. Pero hoy, esa relación está siendo criminalizada y cuando lo decimos, ¡imagínese nuestras familias! Uribe hizo mucho por el país, pero ya es el momento de entregarle el poder a otras personas.

- Pero se lo pregunto con relación al proceso de paz con su bloque, ya que él era gobernador de Antioquia cuando ustedes entraron al Urabá con la casa Castaño y, ahora, como presidente fue él quien los llevó a una mesa de negociación?

- Pero nos engañan. Nos tienden la mano pero cuando tenían nuestros fusiles todo cambió, todo lo que se habló y se acordó en la mesa, porque nos dijeron: “ustedes creen que este gobierno amigo miente. No hay necesidad de firmar esto”, y nosotros cometimos el error de no firmar nada de estos acuerdos, sino que ya estaba la ley y entonces muy pocos acuerdos se firmaron en Ralito. Y nosotros, ninguno.

- Usted era muy cercano de Carlos Castaño, ¿qué le decía él sobre Álvaro Uribe?

- Castaño siempre fue muy godo. Cuando la campaña Serpa- Pastrana a nosotros se nos ordenó hacer campaña por Pastrana, y al final luego de una reunión con unos personajes de Bogotá que yo no estuve, él recibe luces que había que votar por Serpa. Y ahí mismo, votemos por Serpa y eso fue el acabose en la región, mucha gente no quiso. Cuando aparece Uribe con ese discurso, Carlos decía: “Uribe es el hombre con el que nosotros vamos a hacer la negociación, porque es antioqueño, porque es cercano a amigos nuestros, porque fue quien impulsó las Convivir y todas se convirtieron en autodefensas, porque Pedro Juan Moreno era cercanísimo a Carlos, yo lo vi muchas veces reunido con él. Y además surge con un discurso igualito al de Carlos.

- ¿En que sentido?

- Recogía ese ideal de la autodefensa, que había que tener una mano fuerte contra la guerrilla, que había que liberar los territorios para que el Estado entrara a ejercer soberanía. Que el monopolio de las armas tenía que estar en manos del Estado. Entonces, nosotros nos identificamos en ese momento y además cuando ese hombre surge como candidato presidencial, todo se volcó a un apoyo irrestricto en las regiones.

- ¿Hubo una conversación de Castaño con los jefes paramilitares para votar por Uribe en las regiones que dominaban?

- Las Autodefensas Unidas de Colombia como organización eran solo una estrategia de comunicación y política, pero los comandantes podían hacer lo que querían en sus regiones. Carlos dejó libre ese tema porque sabía que muchos comandantes estaban de acuerdo con el discurso de Uribe porque les llegaba al alma y porque sectores poderosos de esas zonas apoyaban a las autodefensas, y les decían hay que votar por Uribe.

Justicia y Paz

- Hablemos un poco de sus declaraciones en la ley de Justicia y Paz, en las que ha salpicado a varios personajes…

- Yo he hablado de muchísimos temas. ¿Cómo quién?

- ¿José Miguel Narváez (ex subdirector del DAS detenido por el tema de las chuzadas), por ejemplo?

- A nosotros se nos pidió por parte de los fiscales las relaciones de los políticos y militares. En el caso de José Miguel Narváez, yo estuve entre 97 al 99 en una capacitación con la mayoría de los comandantes de todas las regiones del país. Hubo delegados de los llanos orientales con un delegado de Víctor Carranza, de César, de la Sierra de Hernán Giraldo, de Antioquia, de Sucre, del Magdalena Medio. Y ahí estuvo dándonos capacitación Narváez.

- ¿Y por qué él no está entonces dentro del proceso de Justicia y Paz?

- No sé porque no está como miembro, pero yo diría que era muy activo, muy cercano y que era el asesor número uno de Castaño.

- ¿Conoció a otros asesores de Castaño?

- A Ernesto Yamhure lo vi unas dos veces donde Carlos, como haciendo un trabajo académico, trabajando en una oficina de Carlos escribiendo allí, además le pagaba por el trabajo que hacía. Pero después me sorprendió cuando lo vi como una de las personas que acompañaban el proceso de negociación como parte de la delegación del gobierno. Cuando lo vi como miembro del gobierno, yo dije: “lo infiltraron primero donde Carlos y después salió e hizo un mapa conceptual de lo que había visto y de pronto cuáles eran sus debilidades para el proceso”.

- ¿Usted también acusó a Víctor Carranza?

Lo que pasa es que muchos jefes de grupos paramilitares, cuando vino el proceso de desmovilización, nunca aparecieron. Es el caso de Víctor Carranza. Pablo Elías Delgadillo era la persona que iba en representación de Carranza, y hoy veo que en los llanos orientales se desmoviliza el señor Guillermo Torres como jefe de la autodefensa Los Carranceros, cuando quien debería haber estado allí era Víctor Carranza. Yo me reuní en Boyacá con Carranza para un grupo de autodefensa que se iba a crear ahí. Hoy sale a decir que es mentira, que a don Adolfo nunca lo conoció, cuando yo estuve con Adolfo Paz ahí.

- En una declaración que hizo otro jefe de autodefensas mencionó que usted había estado en reuniones con Francisco Santos y usted lo desmintió?

- Yo no dije eso. Yo sí estuve en esa reunión con Carlos Castaño y el vicepresidente de la República, cuando era director de la Fundación País Libre. Y lo vi en un sitio donde Carlos recibía algunas visitas que le traían de Montería, que se llama Los Guayabos, camino a Paramillo. Ahí lo vi hablando frente al tema de País Libre y una cantidad de situaciones frente a los secuestrados. Luego me preguntaron si escuché al vicepresidente hablar de montar grupos de autodefensas, y yo no escuché eso. Como también vi a Serpa, al ex ministro de defensa y hoy precandidato Juan Manuel Santos, reunirse con Carlos en Paramillo. Mire, en el aeropuerto de Montería había dos carros con conductores a disposición de Castaño que llevaba gente que iba y venía del campamento a aeropuerto.

- ¿Pero le pueden decir que ellos iban por asuntos de paz?

- Digamos que algunos pueden decir eso. Y hoy todos dicen: “ellos son delincuentes y nosotros somos trabajadores por la paz”. Por la posición de ellos hay que creerles y a nosotros no.

- ¿Viajaron también grandes empresarios colombianos?

- Le digo una cosa. Yo no estuve en ninguna. No, sí estuve en una cuando yo salía y llegaban los empresarios del banano en Urabá a reunirse con Carlos Castaño en compañía del señor Raúl Hasbún (jefe del Bloque Bananero de las autodefensas), pero eso será Hasbún el que deberá responder esa pregunta, porque yo no estuve en esa conversación. Del Valle del Cauca, claro que llegaban muchos, de la Costa, del centro del país, y eso lo sabe cada comandante. Unos llegaban de manera directa y otros los traían los comandantes de esas zonas.
- ¿Usted ha aportado elementos sobre el caso de Jaime Garzón?

- Eso es muy triste porque a Carlos Castaño le llenaron la cabeza, lo engañaron, le dijeron que era un enemigo de la democracia en Colombia y que había que matarlo, y le trajeron información altos personajes del gobierno o de organismos de seguridad del Estado y lo hicieron matar.

- ¿Castaño lo mandó matar?

- Castaño lo mandó matar. La orden se la dio a Adolfo Paz (alias don Berna, hoy extraditado a Estados Unidos). Él ha dicho que la banda La Terraza era de Castaño y no, era de Adolfo Paz y él ordenó a la banda que diera muerte a Garzón, y después mataron a esos muchachos de La Terraza pero no fue Carlos quien los mandó matar, sino Adolfo Paz, quien ordenó matarlos porque eran los encargados de hacer acciones especiales para él. Carlos me lo dijo: “primo, cometí este hecho”. Y a Carlos le dolió mucho porque había sido utilizado.

- ¿Hubo militares implicados’

- Lo que le puedo decir es que José Miguel Narváez después de la muerte de Garzón, Carlos no volvió a ser el mismo con él.

Crímenes de guerra

¿Cómo ha sido el proceso donde han reconocido más de 3.200 hechos y más de 20.000 desplazados en su zona?

- No ha sido nada fácil, porque para reconstruir la historia de 10 años de una fuerza que no era institucional, usted no maneja datos ni archivos. Tenemos muchas acciones y yo diría que hace siete meses el gobierno me juntó con los desmovilizados y entonces comenzamos a reconstruir y ya llevamos 1.200 acciones esclarecidas, pero enunciadas más de 2.000. Pero las denuncias que hay de personas que se sienten lesionadas hay 20.000 querellas y nosotros estamos dando respuesta. Hace poco le entregamos a la fiscalía un CD con otros dos mil hechos.

- ¿Cuando va a las versiones libres siente el peso de las miradas de las víctimas?

- Uno siente que lo están observando pero uno no los ve. Uno trata de coger fuerzas porque no es nada fácil ir a reconocer que usted mató el esposo de una señora porque lo consideraba militante, pero que para esa esposa él nunca fue malo.

- ¿Hay arrepentimiento?

- Yo digo que nunca debí hacer parte de una fuerza irregular porque siempre quise ser policía, pero las condiciones de mi país en ese momento me llevaron a eso. Y si volviese a nacer, no lo volvería a hacer.

- ¿Es que este proceso, además de la reparación, implica el arrepentimiento ante las víctimas?

- Y claro, trabajamos muy crudamente para esclarecer todos los hechos, y sí le pedimos a Dios y a las víctimas que nos perdonen.

- Hace unos meses, hubo un proceso con las víctimas de la masacre de Bojayá, y ellas no reaccionaron bien ante sus declaraciones…

- Sí, porque nosotros hemos dicho, por ejemplo, que el padre echó candado por fuera a la iglesia y ellos dicen que no fue así, que se metieron a refugiarse. Y ellos no van a decir que el padre es malo, van a decir que el Alemán es un mentiroso, que no lo vamos a perdonar. Pero yo les he pedido perdón, les he mandado cartas, he reconocido mi coparticipación en ese hecho.

- ¿Por qué atacaron ese pueblo?

- Nosotros no atacamos, fuimos a liberar esa zona de la presencia de la guerrilla que tenía secuestrada esas poblaciones, y cinco o seis días después de entrar, la guerrilla ataca porque eso era un corredor estratégico y habían asesinado todos los policías de ese pueblo y al alcalde. Vamos de norte a sur avanzando con 200 hombres.

- Cuándo ocurre el ataque, ¿cuánta gente movilizó de otras zonas?

- Unos 800 hombres a pelear con nosotros.

- ¿Y la fuerza pública?

- La fuerza pública peleó en la retoma por la orden que había recibido del gobierno nacional. Sólo llegaron cinco o seis días después del enfrentamiento por la muerte de 100 civiles, producto de la pipeta que mandó las Farc a esa iglesia. Coordinamos con la armada y el ejército para entregarles los guías y la comunicación para llevarlos en los barcos de ellos. Y además montamos algunas personas en los aviones de la Fuerza Aérea para hacer unos bombardeos, unos ablandamientos y otras cosas.

- Eso ocurrió ya hace unos años, ¿Hoy se podría decir que se acabaron los paramilitares en Colombia?

- Nunca, eso sigue vivito y coleando, ya que dependen de sectores muy poderosos. La autodefensa sí se acabó.

“Muerte de Carlos Castaño fue crimen de Estado”

¿Cómo conoció a Carlos Castaño?

- Yo lo conocí cerca de un corregimiento de Necoclí. Fui invitado por Carlos Correa, mi primer comandante en el grupo que arrancó en la zona en 1994. Vi a ese mediano hombre pequeñito uniformado hablando muy duro, y ese hombre me enamoró de esa causa. El discurso era que no se podía entrar en actividades ilícitas, que no al contrabando, al narcotráfico. Al final se vino a saludarnos: “De dónde es usted?, me preguntó y yo le dije: “de su pueblo, Amalfi”. Desde ese momento me llamó “primo”. Fuimos muy buenos amigos. Incluso hablamos dos días antes de que hubiese una gran conspiración de sectores del gobierno interesados en que Castaño no fuese nunca a declarar sobre cómo había surgido el fenómeno paramilitar lo asesinaron utilizando personajes nefastos dentro de la organización…

- ¿Usted dice que a Castaño lo mató el gobierno?

- Yo digo que a Carlos lo ordenó matar Vicente Castaño y algunos señores que estaban en Ralito por orden de sectores políticos, empresarios y militares del país.

- ¿Por qué no estuvo en las mesa de Ralito, Córdoba?

- Porque yo sabía que si estaba en Ralito me hubiesen matado también.

- ¿Por qué?

- Digamos que yo soy de una posición muy radical y a Ralito llegaron muchos personajes que yo desde la primera reunión comencé a ver que llegaban personajes a las autodefensas como dueños de frentes y bloques comprándolos, y yo llevaba 10 años rayándome el cuero por una organización, por unos ideales. Y lo que pasó en Ralito, donde se estuvo negociando temas de extradición y narcotráfico. Y desmovilizaron a esta organización y dejaron a la suerte a casi 30 mil desmovilizados.

- ¿Pero el que vendía los bloques era Carlos Castaño?

- Nunca. Si usted me pregunta quién era Carlos Castaño le puedo decir esto. Carlos no era un hombre amante del dinero, era un hombre de ideales como nosotros. Había otros que eran nefastos, entre ellos Vicente.

- ¿Cuándo matan a Carlos, un comando suyo trató de salvarlo pero no pudo?

- Yo me retiré del tema de Ralito por escrito con cartas al gobierno y a los Castaño, y Carlos duró un año sin hablarme, hasta que se comunicó en pleno proceso: “primito, mire, yo lo quiero mucho, usted por qué se salió”. Y yo le digo que allá están pasando cosas y no se están tratando los problemas de esta organización. Y yo estaba haciendo un proceso paralelo. Pero cuando las autodefensas empezaron a desmovilizarse me dijo dos días antes de que lo mataran: “Alemancito, las cosas están muy difíciles, yo ya no soy la voz cantante en esta organización, en la negociación y Luis Carlos Restrepo lo sabe”. Y comenzaron a relevar a los negociadores y ¿Luis Carlos nunca se dio cuenta que estaban sacando a Carlos?, el gobierno sabía que iban a matar a Carlos y no dijo nada. No lo protegió. Eso fue un crimen de Estado.

- ¿….?

- A los dos días lo matan e inmediatamente Vicente y otros personajes me llaman a visitar al “profe”. Yo no voy porque me iban a matar. Luego me mandan tropas y las repelo.

- ¿Cómo fue eso del movimiento de tropas?

- El día de la muerte de Carlos yo respondí muy rápido. Metieron 100 hombres y yo les doblé con 200 hombres y les dije: “se salen o les doy”. Esa tropa se sale y me envían a “04”, un hombre de confianza de Vicente y me dice que esa tropa no iba para allá, sino que de paso para Turbo. Es que ellos consideraban que yo era el único que podía responder por la muerte de Carlos.

- ¿Eso fue antes del atentado que sufrió?

- Claro, eso fue un año después de ese misterioso atentado en Mutatá (Antioquia), de la policía. Cuando yo me paro muy fuerte, al año de la muerte de Castaño, el profe va y me visita en mi zona acompañado de Iván Roberto Duque, Julián Bolívar, y Vicente me dice: “le voy a dar un consejo, desmovilícese, porque si no estos señores que están en Ralito se unen con el gobierno para matarlo. No haga matar a la gente suya, a su familia”. Y ahí mismo: Luis Carlos Restrepo, cuándo me desmovilizo.

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