"La Unión Europea tiene una posición hipócrita sobre la paz en Colombia"
Harald Neuber
*Jungle Belt de Alemania y corresposnald e Prensa Latina
¿La liberación del sargento Emilio Moncayo podría facilitar un acuerdo humanitario entre el estado colombiano y la guerrilla?
-La liberación del sargento Pablo Emilio Moncayo es muy importante, fue la decisión unilateral de las FARC a petición de “Colombianos y Colombianas por la Paz”. Es el reconocimiento a la persistente y heroica campaña de su padre, el profesor Gustavo Montoya, quien inclusive se enfrentó al Gobierno por la indiferencia ante el dolor de los familiares de los rehenes en poder de las FARC y buscó con sus caminatas y marchas por la paz despertar la solidaridad nacional e internacional.
Se podría decir que la liberación de Moncayo fue posible a pesar de la resistencia del gobierno de Uribe Vélez, que desde hace 11 meses, cuando las FARC anunciaron su liberación, se dedicó a interponer todo tipo de obstáculos.
La liberación del sargento Moncayo no implica, de suyo, el intercambio humanitario, pero si genera confianza en el país de que éste es posible por vía pacífica y negociada. Es un golpe a las medidas militaristas y de fuerza y coloca el tema del “canje humanitario” de nuevo en el primer plano político en la campaña electoral. Es inevitable que así sea, porque fracasó la orden uribista de los operativos militares y por ende también fracasó la “seguridad democrática” después de ocho años de vigencia en el entendido que es el instrumento autoritario y de salida militar del conflicto.
¿Por qué es tan importante un tal acuerdo?
-Porque es la única vía para obtengan la libertad, tanto los rehenes en poder de las FARC como los guerrilleros combatientes hacinados y violentados en las cárceles gubernamentales.
¿Cómo afectarán las elecciones presidenciales en el mes de mayo al conflicto social y armado en Colombia?
-Como lo dijo recién su liberación el sargento Pablo Emilio Moncayo las guerrillas colombianas son una realidad en el país, no se pueden ignorar. A pesar de la promesa de Uribe Vélez de acabarlas en estos últimos ocho años, ahí están y son un factor político-militar que incide en la vida nacional. Casi toda la política gubernamental va al ritmo del conflicto colombiano y de la actividad política y militar de las FARC. De hecho es así. Ante el fracaso de la guerra uribista y la inviabilidad de las salidas de fuerza del conflicto, la única vía posible es la solución política negociada. No hay otra y así deben entenderlo el Estado y la guerrilla, persistir en la confrontación armada es prolongar la barbarie y el terror de la guerra, degrada por muchos factores. No me cabe la menor duda, que el tema de la paz o la guerra volverá a ocupar el primer plano de la campaña electoral presidencial que está en marcha.
¿Crees que la oligarquía colombiana está realmente interesada en una solución de este conflicto histórico?
-Realmente la oligarquía no tiene interés, hasta el momento no lo ha tenido, de una paz negociada. Quiere la paz de los sepulcros, sin cambios en la vida nacional, ni siquiera en aquellos aspectos que originaron el conflicto. Es la principal causa, tal vez no la única, de que hayan fracasado los distintos intentos de establecer diálogos de paz.
¿Y las FARC, (cómo) deberían cambiar su política?
-Las FARC deben abrirse a la política en definitiva. Hacer una propuesta de paz concreta para la actualidad y, quizás, promover más y nuevos hechos de paz. La salida política negociada es una bandera revolucionaria y humanista.
¿Países extranjeros podrían ayudar lograr una solución pacífica?
-Creo que sí como lo han hecho en el pasado.
¿Qué papel juega la UE en este contexto, tomando en cuenta los planes de libre comercio?
-La Unión Europea juega un papel mediocre respecto de la paz. Porque se pronuncia en general a favor de las salidas democráticas y pacíficas, pero siempre termina avalando las políticas uribistas, reivindicando la “seguridad democrática” e ignorando realidades aberrantes como la violación de los derechos humanos, las ejecuciones extrajudiciales (llamadas “falsos positivos”), el asesinato de dirigentes de izquierda y sindicales y las chuzadas y seguimientos arbitrarios del DAS, la policía política del régimen. Por decir lo menos, la Unión Europea, aunque no igual en todos los países, asume una posición hipócrita respecto de la paz de Colombia. Ahora promueve el TLC con el gobierno de Uribe, que favorece a las transnacionales y a la gran oligarquía colombiana.
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Harald Neuber
*Jungle Belt de Alemania y corresposnald e Prensa Latina
¿La liberación del sargento Emilio Moncayo podría facilitar un acuerdo humanitario entre el estado colombiano y la guerrilla?
-La liberación del sargento Pablo Emilio Moncayo es muy importante, fue la decisión unilateral de las FARC a petición de “Colombianos y Colombianas por la Paz”. Es el reconocimiento a la persistente y heroica campaña de su padre, el profesor Gustavo Montoya, quien inclusive se enfrentó al Gobierno por la indiferencia ante el dolor de los familiares de los rehenes en poder de las FARC y buscó con sus caminatas y marchas por la paz despertar la solidaridad nacional e internacional.
Se podría decir que la liberación de Moncayo fue posible a pesar de la resistencia del gobierno de Uribe Vélez, que desde hace 11 meses, cuando las FARC anunciaron su liberación, se dedicó a interponer todo tipo de obstáculos.
La liberación del sargento Moncayo no implica, de suyo, el intercambio humanitario, pero si genera confianza en el país de que éste es posible por vía pacífica y negociada. Es un golpe a las medidas militaristas y de fuerza y coloca el tema del “canje humanitario” de nuevo en el primer plano político en la campaña electoral. Es inevitable que así sea, porque fracasó la orden uribista de los operativos militares y por ende también fracasó la “seguridad democrática” después de ocho años de vigencia en el entendido que es el instrumento autoritario y de salida militar del conflicto.
¿Por qué es tan importante un tal acuerdo?
-Porque es la única vía para obtengan la libertad, tanto los rehenes en poder de las FARC como los guerrilleros combatientes hacinados y violentados en las cárceles gubernamentales.
¿Cómo afectarán las elecciones presidenciales en el mes de mayo al conflicto social y armado en Colombia?
-Como lo dijo recién su liberación el sargento Pablo Emilio Moncayo las guerrillas colombianas son una realidad en el país, no se pueden ignorar. A pesar de la promesa de Uribe Vélez de acabarlas en estos últimos ocho años, ahí están y son un factor político-militar que incide en la vida nacional. Casi toda la política gubernamental va al ritmo del conflicto colombiano y de la actividad política y militar de las FARC. De hecho es así. Ante el fracaso de la guerra uribista y la inviabilidad de las salidas de fuerza del conflicto, la única vía posible es la solución política negociada. No hay otra y así deben entenderlo el Estado y la guerrilla, persistir en la confrontación armada es prolongar la barbarie y el terror de la guerra, degrada por muchos factores. No me cabe la menor duda, que el tema de la paz o la guerra volverá a ocupar el primer plano de la campaña electoral presidencial que está en marcha.
¿Crees que la oligarquía colombiana está realmente interesada en una solución de este conflicto histórico?
-Realmente la oligarquía no tiene interés, hasta el momento no lo ha tenido, de una paz negociada. Quiere la paz de los sepulcros, sin cambios en la vida nacional, ni siquiera en aquellos aspectos que originaron el conflicto. Es la principal causa, tal vez no la única, de que hayan fracasado los distintos intentos de establecer diálogos de paz.
¿Y las FARC, (cómo) deberían cambiar su política?
-Las FARC deben abrirse a la política en definitiva. Hacer una propuesta de paz concreta para la actualidad y, quizás, promover más y nuevos hechos de paz. La salida política negociada es una bandera revolucionaria y humanista.
¿Países extranjeros podrían ayudar lograr una solución pacífica?
-Creo que sí como lo han hecho en el pasado.
¿Qué papel juega la UE en este contexto, tomando en cuenta los planes de libre comercio?
-La Unión Europea juega un papel mediocre respecto de la paz. Porque se pronuncia en general a favor de las salidas democráticas y pacíficas, pero siempre termina avalando las políticas uribistas, reivindicando la “seguridad democrática” e ignorando realidades aberrantes como la violación de los derechos humanos, las ejecuciones extrajudiciales (llamadas “falsos positivos”), el asesinato de dirigentes de izquierda y sindicales y las chuzadas y seguimientos arbitrarios del DAS, la policía política del régimen. Por decir lo menos, la Unión Europea, aunque no igual en todos los países, asume una posición hipócrita respecto de la paz de Colombia. Ahora promueve el TLC con el gobierno de Uribe, que favorece a las transnacionales y a la gran oligarquía colombiana.
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1 comentario:
Se escribe Junge Welt ("mundo joven"). Saludos, Constanza Vieira
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