El 12 de noviembre de 2002, dos semanas antes de que las Autodefensas Unidas de Colombia le anunciaran al país su cese al fuego y empezaran a negociar con el gobierno las condiciones para desmovilizar a sus tropas, el ex comisionado de paz Luis Carlos Restrepo se reunió en secreto con la plana mayor de ese grupo armado en un finca en Córdoba. A esta reunión fueron Carlos Castaño, Salvatore Mancuso, quien era entonces el jefe del Bloque Catatumbo; Ramón Isaza de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio y algunos paramilitares más.
También asistieron los sacerdotes Julio César Vidal, obispo de Montería, y Germán García, de la Diócesis de Apartadó, quienes junto a varios representantes de la Iglesia Católica, buscando frenar el terror paramilitar que estaba dejando un reguero de víctimas, ya habían establecido contactos con los paramilitares antes de que asumiera el gobierno Uribe. Esta reunión, en la que se cocinó el primer borrador de acuerdo de cómo sería el desmonte del aparato militar de las Auc, fue grabada por los jefes 'paras'. VerdadAbierta.com encontró una transcripción de esta grabación en un expediente judicial y revela en exclusiva su contenido, que arroja muchas luces acerca de qué y cómo se negoció. (Ver transcripición de la reunión de los 'paras' y el comisionado).
El documento, una transcripción que los paramilitares hicieron de la reunión después de haberla grabado, fue hallada en una caleta de Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’ y reposa en varias investigaciones judiciales sobre parapolítica.
“Hay una diferenciación de dos tipos de zonas, unas zonas que ustedes tienen control, donde no tendrían mayor dificultad para el cese de hostilidades y otras zonas de frontera podríamos decir”, dijo Restrepo.
“Como es un cese unilateral y como todavía no hemos tenido supuestamente contactos con el gobierno, todas las agresiones que suframos de la subversión estamos en pleno derecho de responderlas, en caso de que nos ataque, que con seguridad nos van a seguir atacando”, advirtió Mancuso.
A lo que Restrepo les respondió: “Ese es un derecho que no les podemos quitar. Lo dejo claro. Yo como representante del gobierno no puedo quitarles a ustedes ese derecho”.
Y tanto el comisionado Restrepo como el paramilitar Mancuso estuvieron de acuerdo en que en estas “zonas de frontera”, el gobierno dejaría a los paramilitares "operar defensivamente" allí, mientras llegaba la Seguridad Democrática, que el Comisionado definió allí como redes de informantes, soldados campesinos, aumento de la Fuerza Pública y el retorno de la institucionalidad.
Así, dijo el Comisionado de Paz, el gobierno garantizaría que la guerrilla no se fuera a aprovechar del cese al fuego para volver a tomarse "las zonas controladas por las Auc", que era una preocupación mayor que los jefes ‘paras’ negociadores dijeron tener.
El proceso, según Restrepo, se haría en tres etapas. Primero el cese de hostilidades, segundo la entrada de la fuerza pública a las zonas controladas por los ‘paras’, y tercero, la desmovilización y el desarme de las Auc. También propuso delimitar zonas para concentrar las tropas paramilitares.
Se ve que las conversaciones entre gobierno y paramilitarismo ya venían de tiempo atrás, pues los paramilitares llevaron a la reunión un borrador del comunicado que iban a emitir para anunciar su cese al fuego. El primer punto del borrador era reconocer las Auc como un actor armado del conflicto político y social, y que fueran tratados como tal (ver documento borrador). Y aunque el gobierno no reconoció el estatus político que pedían las Auc, cómo se deduce de las conversaciones, les reconoció ser el Estado de facto en varias regiones y les permitió mantenerlo como una salvaguarda con el posible regreso de la guerrilla.
Al no admitir el gobierno que se les daría estatus político, acordaron que era necesario buscar un mecanismo jurídico alternativo que les permitiera negociar con las Auc.
El Comisionado habló de reformar la Ley 418, con la que el gobierno podía iniciar conversaciones con un grupo armado ilegal, si tenía voluntad de negociar la paz. Así, el Gobierno podía suspender las órdenes de capturan en contra de los voceros del grupo y pactar unos territorios de negociación. Dos semanas después, en efecto, el Congreso aprobó la reforma a esta Ley que presentó el gobierno.
El e mail del día anterior
Un día antes de esta reunión secreta, Carlos Castaño, forjador de la alianza de diferentes grupos de autodefensa del país bajo la sombrilla de las Auc, le había enviado un correo electrónico a los jefes de todos los diferentes bloques de la organización ilegal. VerdadAbierta.com hace su contenido público, pues contribuye a poner en contexto en qué estaban pensando los paramilitares en la víspera de ese día clave de negociación.
“La salida deberá ser política”, dijo Castaño, aconsejó presionar para que el gobierno los considerara un actor político del conflicto y esforzarse para "no despolitizar la negociación”.
Pero el correo electrónico de Castaño muestra que su mayor preocupación para enfrentar las negociaciones con el gobierno era la infiltración del narcotráfico en las Auc. Con pragmatismo expuso que “el tema de la extradición, es inconveniente incluirlo en la agenda de trabajo con el gobierno. Debemos (…) prepararnos para hacer nuestra defensa individual ante los EU”. Dos meses antes el Departamento de Estado de Estados Unidos había solicitado en extradición a Carlos Castaño, Salvatore Mancuso y Juan Carlos Sierra Ramírez, alias ‘El Tuso’ para ser juzgados por narcotráfico en ese país.
Castaño reiteró que “el gobierno y la comunidad internacional estarán atentos de quienes en las AUC impulsen la lucha contra la extradición; yo a esto no le caminaré jamás, por ahí van los capos y yo al lado de ellos no voy; ya sabemos que ‘Los narcos sólo se unen para matar o traicionar a un amigo’”.
“A decir verdad, yo creo que a los Gringos les importa un carajo lo que pase en el futuro con Mancuso o Castaño (…); tal vez seamos considerados por ellos, como instrumentos desechables. Ellos le apuntan a intereses grandes; Petróleo, capos narcos y territorio estratégico en Colombia (Sic)”, dijo Castaño en el correo.
Castaño estaba en contra de que grandes narcotraficantes se camuflaran de paramilitares para ser cobijados con los acuerdos de la negociación política con las Auc. A pesar de la oposición del menor de la poderosa familia fundadora del paramilitarismo en Córdoba y Urabá, varios narcotraficantes ya habían "comprado" bloques de las Auc y habían adquirido mucho peso en la organización paramilitar. Así que lograron quedar incluidos en los tratos de paz de Santa Fe de Ralito, entre ellos, Francisco Javier Lindo, alias 'Gordolindo', ‘Los Mellizos’ Mejía Múnera y Miguel Arroyave.
Es más, los contactos de Carlos Castaño con la DEA en 2004 para comenzar a negociar directamente la colaboración con la justicia estadounidense, puso a los narcotraficantes "purasangre" a sospechar que éste tejía una traición contra ellos. Así que presionaron a su hermano Vicente, para que les probara su lealtad, enviando a sus hombres a matar a su hermano menor. Y así fue, en abril de 2004, Castaño cayó abaleado por los hombres de su hermano.
Luis Carlos Restrepo era consciente del problema que representaba firmar un acuerdo de paz con una organización permeada por el negocio ilícito de traficar narcóticos. En la reunión en la finca de Córdoba el ex Comisionado de Paz dijo que “lo que se busca es que el Ejecutivo no negocie con el narcotráfico...(...)... hay temor de que se use la ley nueva para negociar con narcotraficantes y delincuentes comunes”.
Lo que salió de la reunión
Después de la reunión del 12 de noviembre, el ex comisionado Restrepo consiguió que los paramilitares salieran de la reunión a anunciar cese de hostilidades, la entrega de menores combatientes y a colaborar en el retorno de los desplazados. El compromiso del gobierno de dejarlos "defenderse" en zonas que aún no controlaban del todo, no se hizo explícito al país, y hubiera sido difícil de explicarle.
El gobierno además se comprometió con los paramilitares a darles todas las garantías para la desmovilización. Y dar un “debate más profundo, dentro del Congreso o una nueva reforma constitucional, o una constituyente” para negociar la descentralización del Estado, uno de los puntos que los ‘paras’ pidieron antes de firmar un pacto.
Restrepo logró que los ‘paras’ confiaran en él y en las promesas de Uribe. Dijo que no llevaban un plan predeterminado y explicó que el Presidente era “un amansador de caballos, él va sobre el potro, él va ir ajustando las cosas en detalle”.
Al final de la reunión, Mancuso reconoció que el grupo de jefes de las Auc llegó “con cara de incertidumbre, de preocupación”, pero después de la reunión dijo: “Ahora veo caras de felicidad, los veo muy sonrientes, la verdad es que es muy bueno”.¨
Al final de la reunión los ‘paras’ se comprometieron a decretar un cese al fuego unilateral el primero de diciembre de 2002 y emitir un comunicado donde dejarían claro que su compromiso es a largo plazo.
Los e mail del día después
Pocos días después de la cumbre entre jefes de las Auc y el gobierno, Carlos Castaño empezó a redactar el comunicado final, donde las Auc iban a anunciar el cese al fuego unilateral. Así se deduce de un segundo correo electrónico al que tuvo acceso VerdadAbierta.com, que también hace parte del material de la Usb de alias ‘HH’.
Se trata de un e mail que le envió Carlos a su hermano Vicente, en el que le informó que “la reunión con el Comisionado de Paz fue muy satisfactoria” (Ver el correo de Carlos a Vicente Castaño).
Según Castaño, el principal logro del encuentro fue que Restrepo les hizo “un claro reconocimiento político”. Castaño le comentó a su hermano que parte del compromiso era decretar a partir del primero de diciembre el cese de hostilidades y que sólo lo iban a anunciar hasta el 29 de noviembre “pues hacerlo desde ahora sería alertar a las Farc para que preparen su arremetida a nuestras zonas”. En efecto el 29 de noviembre las Auc anunciaron el cese de hostilidades.
Sin embargo, en el correo a su hermano, Carlos Castaño se refierió a apartes de la reunión que no fueron transcritas en el documento al que VerdadAbierta.com tuvo acceso. Dijo que Mancuso y Hernán (alias ‘HH’) denunciaron el Frente Talibán y sus dueños y que se enfrentaron a Alfonso (Diego Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’), que “se mueve en dos aguas -el narcotráfico y las autodefensas-”.
Según Castaño el Frente Talibán era un intento de los narcotraficantes para infiltrar las autodefensas. ‘Don Berna’ fue un gran narcotraficante, que luego de traicionar a Pablo Escobar, consiguió dominar su tenebroso imperio de sicariato y crimen organizado en Medellín, y convertirse en aliado principal del paramilitarismo.
Y existe además un tercer correo que pone en contexto esta reunión clave. Días después, el 18 de noviembre de 2002, Carlos Castaño recibió un correo de Ernesto Yamhure, columnista, ex primer secretario de la embajada de Colombia en Suecia. (Ver correo de Ernesto Yamhure a Carlos Castaño).
En su correo, también salido de la memoria Usb de alias ‘HH’, titulado “Consideraciones sobre el primero de diciembre” Yamhure le dice a Castaño que “es recomendable que el comunicado vaya acompañado por manifiesto de buena voluntad de todos y cada uno de los comandantes de los diferentes bloques”, también aconsejó que los ‘paras’ tenían que explicar que el cese al fuego “no se trata de un gesto político de corto plazo” y que "hay que hacer énfasis en el tema del acompañamiento y la veeduría internacional".
Finalmente, el 29 de noviembre de 2002, es decir dos semanas después de la reunión, el país conoció un comunicado de las Autodefensas Unidas de Colombia en la que decretaban unilateralmente a partir del primero de diciembre un cese de hostilidades contra la guerrilla. El texto de este comunicado tendría varias diferencias con el borrador discutido el 12 de noviembre (Ver comunicado final de las AUC).
Días después, los bloques Central Bolívar y Vencedores de Arauca, que habían estado al margen de estas reuniones con la Casa Castaño, hicieron público su anuncio de cese de hostilidades y su intención de iniciar un proceso de paz con el gobierno (ver documento).
Así mismo el 23 de diciembre de 2002 el presidente Uribe firmó la Ley 782 (ver), con la cual se prorrogaba y se hacían cambios a la Ley 418 de 1997, el más importante de ellos era que no era necesario reconocer el estatus político a los grupos armados ilegales, y de esa forma quedaba abierto el camino para una negociación con las Auc. Ese mismo día, con la Resolución 185 de 2002 (ver) el Presidente de la República ordenó “integrar una Comisión Exploratoria de Paz para propiciar acercamientos y establecer contactos con los Grupos de Autodefensas”.
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