Por: Carlos A. Lozano Guillén
Con el acostumbrado estilo mediático del presidente Álvaro Uribe Vélez, el jueves 8 de octubre pasado hizo declaraciones en las que se rasgó las vestiduras, porque, “al parecer”, algunas familias “bien” del Magdalena engañaron al programa “Agro Ingreso Seguro”, para cobrar dineros destinados a inversiones en el campo. Uribe Vélez, quien tres días antes defendió las donaciones o subsidios, en cuantiosas cantidades, a ricos latifundistas, reinas de belleza e influyentes amigos del Gobierno, de la noche a la mañana, tan pronto se desató el escándalo, cuando se conocieron dudosos procedimientos y sobre todo formas engañosas para burlar la ley sin que el Ministerio de Agricultura desde la época de Uribito los detectara, apareció de víctima, anunciando la rigurosa investigación de siempre que nunca termina en nada.
De inmediato, Andrés Felipe Arias, orgulloso de que le digan “Uribito”, saltó a respaldar a su fotocopia mayor e hizo idéntico pronunciamiento. Sin embargo, Arias, ese mismo día, en el diario El Tiempo, publicó una larga columna en las páginas editoriales, en las que no sólo defendió el Programa Agro Ingreso Seguro y a los ricos beneficiados con las multimillonarias partidas asignadas, sino que escribió lo siguiente: “AIS fue diseñado con paredes de cristal; es transparente y blindado de presiones políticas o electorales(…) El que varias personas pertenecientes a ciertas familias del Magdalena hayan recibido incentivos de riego quiere decir que cada una de esas personas presentó un proyecto diferente, en un predio diferente, con fuente hídrica independiente, que cumplió todos los requisitos, todas las condiciones(…)”. Y con el descaro que caracteriza a los altos funcionarios de este Gobierno, dispuestos a mentir si es el caso, Andrés Felipe Arias sostuvo que el AIS bajó el desempleo rural “a niveles que no veíamos hace muchos años”.
Hacia el mediodía del miércoles 8 de octubre, horas después de que se conociera la circulación impresa de El Tiempo que de forma generosa le abrió sus páginas editoriales al encartado ex ministro y ahora precandidato conservador, Arias cambió el libreto y asumió la misma posición de Uribe Vélez, quien dio el viraje ante la magnitud del escándalo. Para el ex ministro, con carita de yo no fui, los señores del Magdalena, hasta pocas horas antes, ciudadanos ejemplares para él, debían ser investigados “por si cometieron alguna irregularidad”.
Es la acostumbrada demagogia uribista, lavarse las manos, mientras la “gran prensa” les otorga la condición ventajosa del efecto teflón. Muy difícil que Uribe, Uribito y sus secuaces puedan defender su inocencia en este asunto que huele a feo. Es la misma corrupción que los llevó a tapar los negociados de los hijos del Ejecutivo y a tanto chanchullero en las alturas del poder.
carloslozanogui@etb.net.co
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De inmediato, Andrés Felipe Arias, orgulloso de que le digan “Uribito”, saltó a respaldar a su fotocopia mayor e hizo idéntico pronunciamiento. Sin embargo, Arias, ese mismo día, en el diario El Tiempo, publicó una larga columna en las páginas editoriales, en las que no sólo defendió el Programa Agro Ingreso Seguro y a los ricos beneficiados con las multimillonarias partidas asignadas, sino que escribió lo siguiente: “AIS fue diseñado con paredes de cristal; es transparente y blindado de presiones políticas o electorales(…) El que varias personas pertenecientes a ciertas familias del Magdalena hayan recibido incentivos de riego quiere decir que cada una de esas personas presentó un proyecto diferente, en un predio diferente, con fuente hídrica independiente, que cumplió todos los requisitos, todas las condiciones(…)”. Y con el descaro que caracteriza a los altos funcionarios de este Gobierno, dispuestos a mentir si es el caso, Andrés Felipe Arias sostuvo que el AIS bajó el desempleo rural “a niveles que no veíamos hace muchos años”.
Hacia el mediodía del miércoles 8 de octubre, horas después de que se conociera la circulación impresa de El Tiempo que de forma generosa le abrió sus páginas editoriales al encartado ex ministro y ahora precandidato conservador, Arias cambió el libreto y asumió la misma posición de Uribe Vélez, quien dio el viraje ante la magnitud del escándalo. Para el ex ministro, con carita de yo no fui, los señores del Magdalena, hasta pocas horas antes, ciudadanos ejemplares para él, debían ser investigados “por si cometieron alguna irregularidad”.
Es la acostumbrada demagogia uribista, lavarse las manos, mientras la “gran prensa” les otorga la condición ventajosa del efecto teflón. Muy difícil que Uribe, Uribito y sus secuaces puedan defender su inocencia en este asunto que huele a feo. Es la misma corrupción que los llevó a tapar los negociados de los hijos del Ejecutivo y a tanto chanchullero en las alturas del poder.
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