Mirador Edición 2517 11 al 17 de noviembre de 2007
Aunque algunos analistas económicos burgueses sostienen que la crisis coyuntural del capitalismo ya pasó, al menos en los Estados Unidos, los bancos continúan quebrándose en el país del norte y la “burbuja hipotecaria” aún no desaparece del todo, porque quedan algunos coletazos. En Colombia, país anexado al imperio como lo dice el comandante en Jefe Fidel Castro, también el Gobierno Nacional, para no quedarse atrás, repite que la crisis es cosa del pasado y lo sostiene con base en algunos cálculos y estadísticas oficiales.
Según esas cuentas gubernamentales, lanzadas para la galería en plena campaña reeleccionista, la inflación de octubre fue de –O.13 por ciento, al tiempo que en los diez meses transcurridos del presente año está por debajo del 2 por ciento y en los últimos doce meses apenas es de 2.72 por ciento. Cifras increíbles porque en realidad no se refleja en las plazas de mercado y mucho menos en los supermercados de las cadenas comerciales. Los precios están por las nubes, repiten con desespero los consumidores. Sin embargo, la jugada siendo electorera en el propósito reeleccionista, también busca desarmar a los sindicalistas, que se aprestan a enfrentar la flamante concertación del salario mínimo, que siempre terminan imponiéndolo los patronos y el Gobierno. Si nos atenemos a las cifras uribistas pues habría que bajar el salario en la lógica absurda gubernamental, porque “la inflación está cediendo”.
Pero las cifras del comportamiento económico contradicen la alegre afirmación del Gobierno de Colombia en el sentido que la crisis es cosa del pasado. El crecimiento previsto para 2009 en los cálculos más optimistas será de 0.5 por ciento, aunque los analistas más realistas lo dan negativo. Para 2010 según la versión oficial será de 2.7 por ciento, muy por debajo de las expectativas en la mayoría de los países de América Latina. Mientras que el desempleo se mantiene en 12 por ciento (cifra oficial) con la aclaración que la mayoría del empleo está en la informalidad y el trabajo temporal. En Cúcuta es del 75 por ciento, en Montería del 71.4 por ciento, en Ibagué del 68.5 por ciento y en las 13 áreas metropolitanas de 57.7 promedio, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo y la Organización Mundial del Comercio.
El optimismo de la “Casa de Nari” no es compartido por los empresarios, que se quejan y se quejan. La industria y el comercio no logran recuperarse y el sector agropecuario está más estancado que nunca y con una profunda crisis cafetera. Con el agravante que la piñata de Agro Ingreso Seguro se les dañó a los ricos inescrupulosos por la oportuna denuncia del negociado. Así, el fantasma de la crisis está presente.
carloslozanogui@etb.net.co
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