miércoles, 25 de noviembre de 2009

La ciudad

Por: Carlos A. Lozano Guillén

Edición 2519 Voz
A partir de distintas experiencias de gobiernos de izquierda o centro izquierda en América Latina, hay un debate, no sólo académico sino también en lo concreto de la praxis, sobre cuál es la mejor forma de administrar la ciudad, partiendo de la realidad de la política neoliberal en boga y del poder del capital que regula la economía y la política.

Lo cierto es que en el pasado, apenas comenzando el paso de la “desruralización” de América Latina, la ciudad estuvo apresada por los caciques politiqueros tradicionales y por el clientelismo que se apoderó del presupuesto de las mismas como un botín preciado. Pero con el tiempo, por la fuerza de la industrialización y el progreso, las ciudades convertidas en metrópolis, no estuvieron exentas del alcance de la izquierda, en particular en los últimos veinte años en que avanzaron procesos democráticos y la construcción de partidos fuertes en varios países del continente.

“Las ciudades latinoamericanas están cambiando. De la ‘ciudad frontera’ con una lógica de urbanización basada en la expansión de las periferias y la metropolización industrial, se ha pasado a una ‘ciudad en red’, resultado de la globalización, la reforma del Estado y los cambios demográficos. En este nuevo contexto, se perciben en la región dos modelos políticos de gobierno de ciudad: el de la ciudad empresarial privada que recurre al mercado para inyectarle eficiencia a la gestión urbana, y el de la ciudad inclusiva, basada en una revalorización del espacio público y la promoción de derechos. La exitosa experiencia de algunas fuerzas de izquierda demuestra que es posible una perspectiva distinta de gestión de ciudad”, dice Fernando Carrión, académico ecuatoriano.

Y es así, porque como dice el mismo Carrión, “la ciudad fue la primera forma de participación ciudadana y es el espacio público por excelencia”. El concepto de ciudad, desde una posición progresista, está determinado por la asociación de la ciudad moderna y la ciudad incluyente, con el objetivo de brindarle dignidad al ser humano, de mejorar la calidad de vida. La experiencia brasileña al parecer no es muy buena, porque “se estima que los trabajadores de baja escolaridad que viven en favelas obtienen una renta inferior a la que perciben los trabajadores de igual condición social que habitan en barrios no considerados como favelas”, explica Luiz César Queiroz Ribeiro, urbanista brasileño.

La experiencia de la izquierda en las ciudades brasileñas es similar a la de Colombia, en las llamadas alcaldías alternativas o en el caso de Bogotá, con dos administraciones del PDA, porque en definitiva no rompen con la política neoliberal y la ciudad incluyente cede a la ciudad moderna, atractiva para la inversión extranjera pero a un costo social enorme.

carloslozanogui@etb.net.co

Volver a la página principal

No hay comentarios: