Por Nelson Lombana Silva
El proceso revolucionario es largo, duro y prolongado, insinuaba el padre Camilo Torres. ¿Quién puede decir lo contrario? Sería ingenuo pensar otra cosa. Lo cierto es que en ese recorrido histórico y dramático muchos ceden, venden sus ideales o sencillamente se rinden, abandonan la lucha sin ningún tipo de vergüenza, dejando abandonada a la suerte a todos y todas que un día creyeron en su liderazgo y don de mando. Eso le pasó a don Angelino Garzón. Por un simple plato de lentejas, digo, una embajada, entrega la lucha del pueblo, la esperanza taciturna de muchos y muchas en Colombia, especialmente del Valle. ¡Qué vergüenza!
Sin embargo, no es el único en la historia revolucionaria del mundo. Siempre han aparecidos "Angelino Garzón" y no por eso los procesos han abortado, por el contrario, en muchos casos el fenómeno se ha presentado a la inversa.
Ferdinand Lassalle, fue otro "Angelino Garzón" de su época. Su ambición personal, su poca concepción filosófica y política traicionó la clase obrera, el proceso revolucionario. Afortunadamente, Carlos Marx y Federico Engels, lo colocaron al descubierto en el momento exacto y oportuno.
La creación del partido revolucionario tuvo su inicio en el centro de la industrial Sajonia, la ciudad de Leipzig, formándose en 1862, la Unión "Adelante", emprendiendo una activa actividad en aras de concretar un congreso obrero Alemán y un partido obrero. La iniciativa fue apoyada por obreros de otros centros industriales.
En su dinámica, se consideró pertinente tener un líder, un representante capaz de formular tareas, capacidad orgánica y entusiasta para echar a caminar la iniciativa. Los obreros designaron al demócrata, publicista pequeño burgués y abogado de profesión, Ferdinand Lassalle.
Era famoso por su documento intitulado: "Programa de los trabajadores", documento que planteaba sin ambages las duras condiciones de vida de los obreros, esclarecía en cierta manera la dinámica de su situación socio-económica. Sin embargo, en su estudio no aparecía por ninguna parte el término "Clase", insistía con vehemencia en la situación especial en la sociedad burguesa y luchaba por la implementación del voto universal. Tuvo acogía entre los obreros Alemanes, lo interpretaban como un llamamiento a la acción. Era magnífico orador.
El 23 de mayo de 1863, fue creada la Asociación General de obreros Alemanes y don "Angelino Garzón", digo, Ferdinand Lassalle, encabezó el movimiento. Su ambición desbordante lo convirtió rápidamente en presidente unipersonal, el culto a la personalidad la impuso sin sonrojarse.
Sus argumentos los expresó como especie de dogma en forma aberrante y vergonzosa, los cuales carecían de cientificidad como Marx y Engels lo demostraron en el documento intitulado "Crítica del programa de Gotha".
El programa de la Asociación General de los Obreros Alemanes, elaborado por F. Lassalle, sostenía que para liberar a los obreros de la explotación bastaba con conquistar el sufragio universal y, con su ayuda supuestamente el Estado Burgués, se transformaría en cierto "Estado Alemán libre".
Se trataba de Prusia, dirigido por el ultrarreaccionario gobierno liderado por Bismarck, que se apoyaba en un ejército fuerte (¿Paramilitar como el gobierno de Uribe?) y el aparato policíaco – burocrático. Era la cruda ilusión de que burgueses y terratenientes entregarían por la vía "pacífica" el poder al pueblo.
Era en realidad un programa que desviaba a los obreros de la lucha de clases, inculcándoles la estúpida idea de que el Socialismo se concretaba sin la conquista revolucionaria del poder. Ferdinand Lassalle colocó con lujos de detalles los nimios cimientos del reformismo y el oportunismo al interior de la clase obrera Alemana, y que ahora practica con amplitud "Angelino Garzón".
Era idealista, ecléctico; interpretaba escolásticamente a Hegel, cuya filosofía aprovechaba para justificar su línea política conciliadora; en el campo sociológico, hacía suyas las concepciones Malthusianas. Además, era uno de los autores de la ley anticientífica y reaccionaria llamada: "Ley de bronce del Salario", según lo cual toda la lucha de los obreros por la elevación de los salarios carece de sentido. Y como si fuera poco, veía al Estado como organización situada por encima de las clases sociales.
Pero claro, a través de la lucha de los pueblos del mundo y del país, han surgido muchos "Angelino Garzón", muchos "Ferdinand Lassalle". ¿No le suena Francisco de Paula Santander? ¿El obispo que en Zipaquirá entregó la hermosa y heroica resistencia de los comuneros? ¿Manuel Antonio Noguera, en Panamá, que ayudó para que la CIA asesinara al general Omar Torrijos?
El proceso revolucionario, que sigue la dinámica de las manecillas del reloj, continuará con o sin "Angelino Garzón" e incluso, muchos otros que subrepticiamente cavilan en las entrañas del Polo Democrático Alternativo o en el mismo Partido Comunista Colombiano. Con ellos o sin ellos, el futuro de la humanidad y concretamente de Colombia será Socialista.
Nota: A manera de Bibliografía: "Acerca de la obra de C. Marx "Crítica del programa de Gotha". Editorial Progreso, Moscú, 1988. Páginas consultadas: 3 - 9. Autor: L. Vasina, YU. Vasin; Diccionario Filosófico Rosental - Iudin. Ediciones los comuneros. Página consultada 263; otros.
Ibagué, enero 18 de 2009
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El proceso revolucionario es largo, duro y prolongado, insinuaba el padre Camilo Torres. ¿Quién puede decir lo contrario? Sería ingenuo pensar otra cosa. Lo cierto es que en ese recorrido histórico y dramático muchos ceden, venden sus ideales o sencillamente se rinden, abandonan la lucha sin ningún tipo de vergüenza, dejando abandonada a la suerte a todos y todas que un día creyeron en su liderazgo y don de mando. Eso le pasó a don Angelino Garzón. Por un simple plato de lentejas, digo, una embajada, entrega la lucha del pueblo, la esperanza taciturna de muchos y muchas en Colombia, especialmente del Valle. ¡Qué vergüenza!
Sin embargo, no es el único en la historia revolucionaria del mundo. Siempre han aparecidos "Angelino Garzón" y no por eso los procesos han abortado, por el contrario, en muchos casos el fenómeno se ha presentado a la inversa.
Ferdinand Lassalle, fue otro "Angelino Garzón" de su época. Su ambición personal, su poca concepción filosófica y política traicionó la clase obrera, el proceso revolucionario. Afortunadamente, Carlos Marx y Federico Engels, lo colocaron al descubierto en el momento exacto y oportuno.
La creación del partido revolucionario tuvo su inicio en el centro de la industrial Sajonia, la ciudad de Leipzig, formándose en 1862, la Unión "Adelante", emprendiendo una activa actividad en aras de concretar un congreso obrero Alemán y un partido obrero. La iniciativa fue apoyada por obreros de otros centros industriales.
En su dinámica, se consideró pertinente tener un líder, un representante capaz de formular tareas, capacidad orgánica y entusiasta para echar a caminar la iniciativa. Los obreros designaron al demócrata, publicista pequeño burgués y abogado de profesión, Ferdinand Lassalle.
Era famoso por su documento intitulado: "Programa de los trabajadores", documento que planteaba sin ambages las duras condiciones de vida de los obreros, esclarecía en cierta manera la dinámica de su situación socio-económica. Sin embargo, en su estudio no aparecía por ninguna parte el término "Clase", insistía con vehemencia en la situación especial en la sociedad burguesa y luchaba por la implementación del voto universal. Tuvo acogía entre los obreros Alemanes, lo interpretaban como un llamamiento a la acción. Era magnífico orador.
El 23 de mayo de 1863, fue creada la Asociación General de obreros Alemanes y don "Angelino Garzón", digo, Ferdinand Lassalle, encabezó el movimiento. Su ambición desbordante lo convirtió rápidamente en presidente unipersonal, el culto a la personalidad la impuso sin sonrojarse.
Sus argumentos los expresó como especie de dogma en forma aberrante y vergonzosa, los cuales carecían de cientificidad como Marx y Engels lo demostraron en el documento intitulado "Crítica del programa de Gotha".
El programa de la Asociación General de los Obreros Alemanes, elaborado por F. Lassalle, sostenía que para liberar a los obreros de la explotación bastaba con conquistar el sufragio universal y, con su ayuda supuestamente el Estado Burgués, se transformaría en cierto "Estado Alemán libre".
Se trataba de Prusia, dirigido por el ultrarreaccionario gobierno liderado por Bismarck, que se apoyaba en un ejército fuerte (¿Paramilitar como el gobierno de Uribe?) y el aparato policíaco – burocrático. Era la cruda ilusión de que burgueses y terratenientes entregarían por la vía "pacífica" el poder al pueblo.
Era en realidad un programa que desviaba a los obreros de la lucha de clases, inculcándoles la estúpida idea de que el Socialismo se concretaba sin la conquista revolucionaria del poder. Ferdinand Lassalle colocó con lujos de detalles los nimios cimientos del reformismo y el oportunismo al interior de la clase obrera Alemana, y que ahora practica con amplitud "Angelino Garzón".
Era idealista, ecléctico; interpretaba escolásticamente a Hegel, cuya filosofía aprovechaba para justificar su línea política conciliadora; en el campo sociológico, hacía suyas las concepciones Malthusianas. Además, era uno de los autores de la ley anticientífica y reaccionaria llamada: "Ley de bronce del Salario", según lo cual toda la lucha de los obreros por la elevación de los salarios carece de sentido. Y como si fuera poco, veía al Estado como organización situada por encima de las clases sociales.
Pero claro, a través de la lucha de los pueblos del mundo y del país, han surgido muchos "Angelino Garzón", muchos "Ferdinand Lassalle". ¿No le suena Francisco de Paula Santander? ¿El obispo que en Zipaquirá entregó la hermosa y heroica resistencia de los comuneros? ¿Manuel Antonio Noguera, en Panamá, que ayudó para que la CIA asesinara al general Omar Torrijos?
El proceso revolucionario, que sigue la dinámica de las manecillas del reloj, continuará con o sin "Angelino Garzón" e incluso, muchos otros que subrepticiamente cavilan en las entrañas del Polo Democrático Alternativo o en el mismo Partido Comunista Colombiano. Con ellos o sin ellos, el futuro de la humanidad y concretamente de Colombia será Socialista.
Nota: A manera de Bibliografía: "Acerca de la obra de C. Marx "Crítica del programa de Gotha". Editorial Progreso, Moscú, 1988. Páginas consultadas: 3 - 9. Autor: L. Vasina, YU. Vasin; Diccionario Filosófico Rosental - Iudin. Ediciones los comuneros. Página consultada 263; otros.
Ibagué, enero 18 de 2009
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1 comentario:
Buen articulo compañero lozano, acertado y alentador para todos los que elgun momento votamos y creimos que el gobierno alternativo se construiria con el señor angelino.
AHORA, QUIENES SERÁN LOS QUE CAVILAN EN EL PCC...SERÁ LOS EX ASESORES Y FUNCIONARIOS DE LA GOBERNACIÓN DEL VALLE?
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