miércoles, 2 de septiembre de 2009

En UNASUR: Uribe se quedó solo


Editorial voz
La Cumbre de Unasur, en Bariloche, Argentina, el viernes 28 de agosto pasado, demostró la soledad del presidente Álvaro Uribe Vélez en la defensa de la instalación de las bases militares de Estados Unidos en territorio colombiano, porque se quedó solo, sin aliados, inclusive, Alán García, el mandatario peruano, marcó cierta distancia de la posición del mandatario de Colombia y al final no metió las manos al fuego por éste, como lo esperaban en Bogotá. Uno a uno, a su manera y en su estilo particular, los presidentes y jefes de Estado de América del Sur, intervinieron para exponer su malestar por las bases militares extranjeras y en abierta discrepancia con la posición de Uribe Vélez.

El Presidente de Colombia fue y no convenció. Su discurso lleno de generalidades y falacias, desató más de una ironía entre los colegas. Todo el problema de Colombia, según Uribe Vélez, se debe a la existencia de las FARC. Hasta la guerra sucia y el asesinato de sindicalistas, muchos en sus siete años de Gobierno, son responsabilidad de la insurgencia. Mientras atenuó los crímenes de los paramilitares porque fue la respuesta a la combinación de las formas de lucha. Para nada mencionó la desaparición forzada, el desplazamiento (Colombia es el país de mayor desplazamiento en el mundo. Comparte el récord con Sudán, según Naciones Unidas), las ejecuciones extrajudiciales llamadas “falsos positivos”, la parapolítica, la yidispolítica, la corrupción, incluyendo los negociados de sus hijos, el espionaje y las chuzadas del DAS, los crímenes de Estado y el vacío de poder de un Gobierno dedicado hace meses a la búsqueda del referendo reeleccionista, entre otras cosas.

Todo ocurrió antes de su Gobierno. “Uribe en el país de las maravillas”, dijeron algunos periodistas extranjeros que conocen a Colombia y que cubrieron la Cumbre y se sorprendieron de su tranquilidad para eludir sus propias responsabilidades y la profunda crisis del país. Sin ninguna vergüenza y dignidad, ante un auditorio que reclamó soberanía e independencia de Washington, defendió la “ayuda” económica y militar de los Estados Unidos, al tiempo que igual cosa hizo con el Plan Colombia, el mismo que con la aspersión letal envenenó las fronteras con los países vecinos.

Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales le demostraron que Estados Unidos necesita de esas bases para espiar al Continente y atentar contra los procesos democráticos y soberanos que se adelantan. Chávez leyó apartes del Libro Blanco del Pentágono en donde reconoce sus intenciones estratégicas y define muy bien la movilidad que se va a desplegar a partir de su presencia en las bases colombianas, en particular la de Palanquero. Uribe, después alegaría, que ese texto no es oficial, aunque está claro que es un documento del pentágono, revelador de los alcances estratégicos y de los propósitos intervencionistas y hegemónicos de Washington.

Uribe quedó al descubierto. Como un peón del Pentágono, como un pobre gobernante sin independencia ni carácter, al servicio del imperio y en contra de los intereses de los países hermanos de América Latina y El Caribe. Tavaré Vásquez, Lula, Cristina Kitchner y los demás, también así lo reconocieron. Si alguien perdió más en este debate fue el papel de Estados Unidos en el continente. Los países lo ven con desconfianza, no reconocen ser el “patio trasero”, ni siquiera su desinteresada amistad, en la geopolítica de hoy lo ven mal, como un peligro para la estabilidad democrática. Nadie olvida el apoyo gringo a las dictaduras militaristas del pasado y tampoco el papel reciente en Honduras, de doble moral y de ninguna ayuda en la defensa de la legalidad institucional del gobierno de Zelaya. Lo mismo podría ocurrir en otros países.

Pero los que se llevaron el récord de la infamia y la mentira fueron los grandes medios de comunicación, en especial El Tiempo, algunos diarios regionales y las cadenas privadas de radio y televisión, que declararon la victoria total y apabullante de Uribe Vélez. Según ellos, en el colmo de la falsificación de la realidad, en la lona quedaron Chávez, Correa y Evo, porque kid Uribe los noqueó con facilidad. Es una prensa sin ninguna vergüenza, acostumbrada a mentir, siempre puesta al servicio de los intereses del capital y del imperio. Se convierten en el hazmerreír de América Latina y el mundo. Como dijo alguien, pareciera que sus enviados especiales llegaron a una Cumbre distinta a la de Unasur y en lugar de estar en Bariloche se afectaron con las gélidas temperaturas del Polo Sur, tal vez a donde llegaron sin darse cuenta.
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