lunes, 4 de mayo de 2009

“Hay que recuperar el tiempo perdido”, dice el director de Voz



.Cómo será el próximo Congreso de la República
.Propuestas para un cambio y renovación política
.El “humanismo revolucionario”
.Las posibilidades del Polo
.La paz y el intercambio humanitario
.El mejor candidato presidencial de la izquierda

*Jairo Alvarez P.

-¿Por qué presentó su nombre para la consulta interna del PC en la selección del candidato a la Cámara de Representantes? ¿No contradice esa decisión su postura de no aprovechar en beneficio político personal las causas de la paz y del intercambio humanitario?

-Bueno, la aspiración a la Cámara de Representantes es una nueva experiencia política. En realidad, varios dirigentes y militantes comunistas de Bogotá, promovieron mi candidatura, como ya lo habían hecho en el pasado, aunque con resistencia mía porque a la sazón otras eran mis perspectivas y metas políticas, siempre, por supuesto, desde la lucha democrática y popular. Que recuerde nunca señalé una supuesta contradicción entre candidaturas políticas y la lucha por la paz, aunque sí creo –y mantengo ese concepto- que actividades en pro del acuerdo humanitario y la solución política negociada no deben aprovecharse en beneficio de aspiraciones partidistas, deben estar despojadas de ello. Por lo tanto, el escenario de mi campaña no será “Colombianos y Colombianas por la Paz”, de ello debe existir plena certeza.

-¿Será mejor el Congreso del próximo año, que este tan desgastado y desprestigiado por la “parapolítica”, entre otros factores de descomposición política?

-No sé si será mejor. No lo puedo adivinar, aunque espero que el pueblo colombiano tenga la capacidad y el arrojo de votar de otra manera, al margen de las presiones armadas del paramilitarismo y de los ofrecimientos clientelistas de los politiqueros regionales, que están ahí, vivitos y coleando, por cuenta de la politiquería tradicional y del uribismo que corrompió más la política nacional y local. De lo que sí estoy seguro, es que la bancada del Polo Democrático Alternativo, de la cual aspiro a hacer parte, actuará bajo otros principios, con otra ética y con un compromiso real con la defensa y profundización de los intereses de los trabajadores y del pueblo. Es otra manera de entender y hacer la política, sin politiquería y corrupción. En Colombia están madurando las condiciones a favor de la izquierda; el tradicionalismo bipartidista y el uribismo, parte de él, pero con el agravante violento y ultraderechista, fracasaron históricamente. El país debe recuperar el tiempo perdido, para que predomine la izquierda, que es un proyecto democrático y ético superior al status quo dominante.

-¿Cree que vale la pena para un hombre reconocido por su posición de izquierda, casi que admirado y respetado por tirios y troyanos, llegar a una institución tan desprestigiada como el Congreso colombiano?

-Vale la pena, porque es un escenario de la lucha democrática, política y social, que debe conjugarse con la acción de masas, con la lucha popular por las transformaciones en la vida nacional, que es lo fundamental.

-¿Cuáles serán sus temas si llega a la Cámara?

-No le quepa la menor duda que la lucha por la paz y la justicia social, incluyendo el intercambio humanitario. Seré consecuente con mi lucha de siempre. Pero también otros temas que son prioridades de hoy: la verdadera seguridad urbana y rural, que riñe con la “seguridad democrática” militarista y agresiva del uribismo; la seguridad es un concepto integral, incluye soluciones sociales, atacar el hambre y la miseria, la defensa del trabajo, el medio ambiente y la prosperidad de un país que tiene tantos recursos y potencialidades, dilapidados a través de la política neoliberal, de la apertura a favor del gran capital y las transnacionales. No descuidaré temas como los derechos humanos y la soberanía nacional. Hay que recuperar derechos sindicales perdidos mediante la flexibilización laboral, así como los derechos a la igualdad de la mujer, de los niños y la protección de la cultura.

-Parece que a algunos no les gustó el reportaje que publicó El Tiempo hace unas semanas en que usted le hace críticas a la guerrilla. ¿Qué dice al respecto?

-Bueno, la entrevista no fue de críticas a la guerrilla. Se plantearon otros temas que tienen que ver con el fracaso de la salida militarista y el concepto de bilateralidad para la solución política negociada. Creo que fueron elementos muy importantes de esa entrevista que usted menciona, pero como hay más papistas que el papa, a algunos no les gustó que mencionara el hecho de que hay que ser también incisivos con la guerrilla a la hora de exigir respeto a la población civil y al derecho internacional humanitario. El Estado burgués violento y reaccionario es el principal responsable de la degradación del conflicto colombiano: el paramilitarismo, criatura del mismo Estado, es la principal expresión de este fenómeno escandaloso, como también los ‘falsos positivos’, las ejecuciones extrajudiciales y la desaparición forzada, entre otros. Pero los revolucionarios debemos tener una ética ejemplar. No podemos avalar el secuestro como una forma de lucha política o el atentado personal u otras formas que afectan a la población civil. Es parte del abc del marxismo revolucionario. Así que es un punto de vista inmodificable. Los comunistas siempre hemos defendido el humanismo como factor fundamental de la lucha revolucionaria y esas deformaciones afectan esos principios. Lo lamento si algunos no lo entienden.

-¿El Polo si es a tierra? ¿Es alternativo o está desenchufado?

-El Polo es una realidad en este país. Opción de poder, pero a la izquierda, sin atenuantes. Hay quienes sienten vergüenza de llamarse de izquierda. O creen que excluyendo esta caracterización ideológica esencial va a ser más fácil el camino a ser Gobierno, porque lograrán apoyo del centro y hasta de la derecha. Es una vieja y conocida posición oportunista de derecha, que conduce a claudicaciones y a renunciar a lo fundamental, que son las ideas y el proyecto político. El Polo tiene un Ideario de Unidad, definitivamente a la izquierda, es lo que une al partido, a sus dirigentes y militantes, lo cual no es óbice para el debate político y la confrontación ideológica, propia de una organización que es una coalición de matices de izquierda. Los del centro, ‘asexuados’ como les dice Lucho Garzón, no tienen cabida en un proyecto de esta naturaleza, porque son cantos de sirena para llegar sin pena ni gloria a la connivencia con la derecha. El mérito del Polo es que es un proyecto político de transformación democrática y social, de ruptura con el status quo, con los que han conducido este país por el sendero de la horrible noche. Nada parecido con los partidos del Establecimiento que fracasaron en la conducción del Estado. El Estado colombiano actual es inviable y no se puede corregir de la mano de los que lo han conducido a esa situación.

-¿A quién prefiere como candidato de la izquierda: Lucho, Petro o Gaviria?

-Carlos Gaviria Díaz es el mejor candidato de la izquierda. No me cabe la menor duda.

-¿Y Piedad Córdoba?
-Piedad ha dicho que no quiere ser candidata por ahora, pero es una opción también de la izquierda. Tenemos que encontrar el camino de la unidad de la izquierda en la perspectiva del poder. Será inexorable. Colombia se colocará en dirección a los vientos políticos que corren en América Latina.
-¿“Colombianos y Colombianas por la Paz” tiene futuro?

-Tiene futuro así como es. Un movimiento heterogéneo, plural, de intelectuales, hombres y mujeres, que se unen en la causa del intercambio humanitario y de la paz. Esta ha sido la clave de su éxito y no debe modificarse. Precisamente por eso Uribe Vélez trata de descalificarlo, desmoralizarlo y dividirlo. No lo ha logrado. Tampoco lo logrará.

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