lunes, 4 de mayo de 2009

Nota aclaratoria al informe:"pulso entre el presidente Uribe y Colombianos por la paz"

Bogotá DC., mayo 04 de 2009

Señor D. Fidel Cano,
Director de El Espectador

Cordial y grato saludo.

La parte final de la crónica El pulso entre el presidente Uribe y Colombianos por la Paz que trae el Espectador dominical (03-05-09) tiene algunas imprecisiones acerca de "cómo se creó Colombianos/as por la paz”.

El tratamiento de la historia, especialmente la relacionada con el conflicto social y armado colombiano, debiera ser siempre el producto responsable de una rigurosa investigación con elementos propios de esa ciencia la cual entraña la contrastación de fuentes, versiones, actores y, por supuesto, la comprobación de fechas y eventos, así como el examen y el análisis documental, por lo menos.

Este hecho, el de la creación de esa corriente de opinión denominada "Colombianos/as por la paz", tan importante para la búsqueda de la paz nacional, no tuvo un comienzo tan frívolo ni tan feminista ni tan polista ni tan LGBTista (y, mucho menos electorero), como parece deducirse de ese escrito. Fue mucho mejor y más ético y plural: el resultado de una construcción ampliamente discutida en sus antecedentes y perspectivas con actores muy importantes, incluidos algunos -pocos por cierto-, expertos y conocedores del conflicto: historiadores, sociólogos, politólogos mujeres y hombres, etc, con cuyas opiniones y planteamientos se produjo el contexto seminal de esta corriente de opinión.

No obstante que las personas allí mencionadas han desempeñado un papel sobresaliente en el asesoramiento personal a la Senadora Córdoba, existen otras que no aparecen -desconozco el motivo- en la gráfica al lado de la líder indiscutida de ese proceso ni se sentaron a manteles -en esa selección probablemente interesada- a generar la idea “de una carta”, como allí se afirma.

A estos eventos les antecedieron varias iniciativas –por lo menos tres- que buscaban el desbloqueo de conversaciones y que no pudieron concretarse en su oportunidad en virtud de múltiples dificultades, entre ellas la convulsionada situación de las relaciones internacionales de nuestro país con los vecinos a raíz de la ruptura (22-11-07) -determinada por el presidente Uribe- de la mediación y la facilitación que, respectivamente, adelantaban el presidente Chávez y la Senadora Córdoba y del conflicto surgido con Ecuador por la invasión militar (1-03-08) del gobierno colombiano a ese hermano país para dar de baja al segundo comandante de las Farc Raúl Reyes.

Me hubiera ahorrado la anterior aclaración si no fuera porque en sus declaraciones el Presidente Uribe desconoce la diversidad filosófica y política de CCP. Y ha querido aprisionar a esa corriente de opinión en unos cauces estrechos asociados a intereses políticos mezquinos. Desde las reuniones iniciales el espectro de los participantes tuvo una amplitud que es preciso reiterar, así sea por el simple ejercicio de decir la verdad.

Alpher rojas carvajal

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