Las andanzas del Senador Petro
Especial para Un Pasquín
Especial para Un Pasquín
Por: Ricardo Sánchez Ángel
Profesor Universidad Nacional
Profesor Universidad Externado
El proceso político de consulta interna del Polo Democrático Alternativo, confirmó que la democracia en este partido permitía mostrar y demostrar las fuerzas en disputa, y así fue. El Senador Petro levantó la bandera de la amorfidad política, de hacer del Polo una organización de pasarela, de contrabandear con las ideas políticas, y amenazó de ganar, el MOIR, el Partido Comunista y todos los que fueran señalados de izquierda radical, no cabrían en esta colectividad.
El Senador Petro se exhibió como un camaleón, de acuerdo a la afortunada caracterización que de sus actuaciones hizo el maestro Fals Borda. De izquierda, pero de centro, y de allí hacia la derecha. Todo posible en su gaseosa postura de ideas anacrónicas en lo económico: populismo, alianzas con el gran capital -el legal que es el bueno-, de más impuestos a la gran propiedad, pero no de reforma agraria. De defensa de la libertad económica, que sabemos bien es la de los explotadores y opresores. Este personaje pregonó mejorar el Tratado de Libre Comercio, mientras las mayorías aquí y Estados Unidos se oponían a ello.
Petro goza de la complacencia de los grandes medios, la prensa lo entrevista por doquier, la televisión lo promociona. Es un actor mediático, y en la ola de esta popularidad virtual, se atrinchera para dividir al Polo, usurpa su representación y calumnia a su presidente y demás miembros que estamos identificados en el ideario de Unidad.
La consulta interna del Polo la ganó el partido, que salió fortalecido, practicando el pluralismo. Y su inmensa mayoría rodeó el liderazgo de Carlos Gaviria, quien es el arquitecto principal de la unidad. El Senador Petro confunde el divisionismo con el pluralismo, el libre examen con la capitulación ideológica, el insulto con la lucha ideológica.
Ahora, el Senador Petro decidió promover el apoyo y la apología al doctor Alejandro Ordóñez, como nuevo Procurador General de la Nación, y consiguió el apoyo de seis senadores más en una decisión lamentable, que quieren encubrir como de tolerancia y apertura. El doctor Ordóñez es un católico, apostólico y romano. Su soberanía está en la Santa Sede, y tiene el derecho a serlo. Lo que no es serio es promoverlo como respetuoso del Estado laico de la Constitución de 1991.
Lo primero que hizo este Procurador inquisidor, fue atacar la libre postura del director legítimo del Polo, Carlos Gaviria, y a renglón seguido dijo a El Tiempo: “Pero si usted me pregunta en materias de aborto, eutanasia, matrimonio homosexual, son claras mis posiciones, las tengo escritas (en sentencias). No soy partidario de ello.”1 Pero para el Senador Petro y sus otros seis colegas que lo acompañaron, esto no les mereció ninguna consideración. En reportaje a El Espectador el doctor Ordóñez, al defender la conducta criminal (cosa juzgada) del senador William Montes, en el sentido de que no debía perder su investidura dijo, frente a la pregunta sobre el pacto de Ralito: “… que no se configuró un conflicto de intereses y que actuó en derecho porque en su criterio, que acogió la mayoría, no puede colegirse per se que los “paras” se beneficiaron directamente de un acuerdo suscrito cuatro años atrás.”2 ¡Qué tal el sofisma! ¡Qué inmoralidad a la luz de la doctrina de Cristo!!!
El Senador Petro en forma irresponsable proclama su actuación como una alianza de dos extremismos, el suyo, como supérstite del grupo M-19, que tiene en su haber el ser responsable del crimen de Estado del Palacio de Justicia, el otro responsable fue el Estado colombiano. El otro extremista, según Petro sería el magistrado Ordóñez.
La gran mayoría del Polo no procedemos del M-19, no apoyamos sus actuaciones y menos lo ocurrido en el Palacio de Justicia, cuyo significado negativo constituye la mayor desgracia nacional desde el 9 de abril de 1948. Ni la herencia del secuestro, que fue inaugurada por el M-19, y adoptada luego por las FARC y el ELN.
El Senador Petro necesita abrazarse con la ultraderecha, tomarse una botella de Whisky con el embajador de Estados Unidos, algo absolutamente inadmisible para un jefe político de oposición, para que le perdonen por esta vía lo que de forma insultante pretende que olvidemos.
La izquierda radical pacifista no olvida, y está totalmente con las víctimas, los muertos del Palacio de Justicia y sus familiares. Al igual que con todas las víctimas del paramilitarismo y la derecha económica y política. El Polo debe habilitar los espacios para que debatamos el balance de la Violencia en Colombia, de toda la violencia: la de las FARC, el ELN, el M-19. La de los paramilitares y el Estado.
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