miércoles, 5 de agosto de 2009

El “Salto Estratégico” Otro proyecto made in USA


VOZ 2503 6 al 11 de agosto de 2009

*Gobierno de Uribe prolonga la confrontación armada de manera indefinida con la ayuda del imperialismo yanqui. Fue elaborado por el Pentágono al igual que el Plan Colombia

*Unidad Investigativa

Para algunos especialistas estadounidenses en política latinoamericana, no es casual el convenio de la instalación de las bases militares en territorio colombiano, pues a pesar del cambio de inquilino en la Casa Blanca y de los nuevos matices en la política exterior, la política del Pentágono continúa siendo la misma de utilizar la alianza estrecha con el gobierno de Uribe Vélez en los propósitos expansionistas y sobre todo de recuperar la presencia en el continente americano, en la actualidad disminuida debido a los cambios democráticos en varios países. Es muy difícil considerar ahora a América Latina como el patio trasero gringo, como lo era antes, en los tiempos de la guerra fría y de la bipolaridad en la arena internacional.

La instalación de bases militares de los Estados Unidos en tres antiguas bases colombianas, que seguramente serán dos o tres más, modernizadas y actualizadas con tecnología militar de última generación, es el paso más atrevido y provocador, pero no el único que viene dando el Pentágono gringo, en el afán de liquidar el conflicto interno en Colombia por “vía rápida”, para atender la “indisciplina que cunde en la región”. No es gratuito, entonces, el malestar hasta ahora demostrado por Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, que también existe en otros países que hasta ahora prefieren hacerlo con discreción.

Las bases militares gringas permitirán mayor injerencia en los operativos contrainsurgentes, aunque también una mayor capacidad de control y espionaje en América Latina y el Caribe, en particular sobre los “incómodos” vecinos colombianos, como Venezuela y Ecuador, aunque también Brasil, considerado potencia militar continental y mundial. El rechazo en América Latina a las bases militares estadounidenses apenas comienza, más adelante se sentirá nuevas expresiones de descontento con el “Caín de América” como se le conoce al gobierno de Álvaro Uribe Vélez, que con desespero busca el respaldo de la Casa Blanca a la reelección.

Desprestigio del Plan Colombia

El Pentágono ha venido trabajando en los planes intervencionistas desde hace varios meses, a partir del desprestigio del Plan Colombia y de su debilitamiento económico. Como plan antidroga, basado única y exclusivamente, en la aspersión de los cultivos de uso ilícito en zonas de presencia insurgente, el Plan Colombia fracasó, como que las estadísticas del Departamento de Estado y de la ONU revelan el incremento de los mismos y no la disminución como aseguran las autoridades colombianas.

Por esta razón, el Pentágono, centro estratégico del complejo militar industrial de los Estados Unidos, donde se diseñan los planes para Colombia, como ocurrió con el Plan Laso, en 1964 y el Plan Colombia, en 1998, precisamente cuando el entonces presidente Andrés Pastrana empezaba los diálogos de paz con la guerrilla de las FARC, desde el año pasado diseñó uno nuevo, prolongación del Plan Colombia, que compartió al comienzo del presente año con los enviados del Ministerio de Defensa de Colombia y que recibió el nombre de “Salto Estratégico”, después adoptado de manera sumisa en la directiva presidencial No. 01 del 20 de marzo de 2009 y dirigido a varias oficinas y dependencias nacionales que estarán involucrados en el mismo.

La directiva de marras lo define así: “Con el propósito de cumplir con los objetivos de la Política de Consolidación de la Seguridad Democrática, mantener la confianza inversionista y avanzar en la política social efectiva, el Gobierno Nacional, se ha concentrado en diseñar un mecanismo que permita fortalecer la alienación de los esfuerzos militar, policial y antinarcóticos y los esfuerzos en el área social, de justicia, desarrollo económico e institucional del Estado en zonas estratégicas del territorio nacional, denominado SALTO ESTRATÉGICO”.

Proyecto militar

De la definición se desprende que es un proyecto estratégico militar de gran alcance, con apoyo de los Estados Unidos, para ganar la guerra y aplastar a la insurgencia, como tantas veces lo han intentado. El esfuerzo principal es militar, policial y antinarcóticos, entendiendo el marco de este último el campo donde están los cultivos de uso ilícito, acompañado de “esfuerzos en el área social”. El consejo yanqui es penetrar territorio insurgente, sacar a los guerrilleros, seguramente junto con sus “aliados”, dirigentes y activistas de partidos de oposición, organizaciones agrarias, populares y comunales, como suele ocurrir en la práctica, para hacer presencia en inversión social y atraer a la comunidad. Así de sencilla es la parábola. “Con esta propuesta se pretende reafirmar la generación de condiciones necesarias para lograr la consolidación sostenible del Estado de acuerdo con las particularidades territoriales”, dice la directiva presidencial.

El Salto Estratégico es un plan guerrerista, no cabe la menor duda, a su cabeza están el Ministro de Defensa y los mandos militares y aunque se adelantará en regiones del país, en el control, orientación y diseño para nada tienen que ver los gobernadores y alcaldes elegidos por el pueblo. Según la directiva presidencial, El Consejo Directivo del Centro de Coordinación de Acción Integral, que tiene a su cargo la orientación del plan, está integrado por el Ministro de Defensa, el Comandante de las Fuerzas Militares, el Director General de la Policía Nacional, el Alto Consejero de la agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, el Director del DAS y el Fiscal General de la Nación. En el Comité Ejecutivo, organismo que aplicará las orientaciones, están otras dependencias nacionales, como ministerios, Sena, Incoder, Bienestar Familiar.

Gobernadores y alcaldes out

En ninguna parte aparecen los gobernadores y alcaldes que serán invitados de piedras a la ejecución en sus jurisdicciones de este plan, que incrementará el conflicto con el canto de sirena que después llegará la asistencia social. “Seguramente sobre un número indeterminado de cadáveres” le dijo un gobernador a este semanario. La participación regional se reduce según la directiva a “definir con los gobiernos locales el ejercicio de priorización de cada uno de los componentes de intervención planteados en el SALTO ESTRATÉGICO”. En las prácticas los deja out de la planificación y ejecución del despropósito belicista.
Las áreas de ejecución del Salto Estratégico, la mayoría en el alcance de las tres bases militares yanquis anunciadas son:

Áreas principales para iniciar la consolidación: Zona Macarena y Río Caguán, Zona Pacífico (Nariño, Cauca, Buenaventura, Sur del Chocó), Zona Bajo Cauca Antioqueño y Sur de Córdoba, Zona Sur del Tolima y Sur del Valle del Cauca.

Áreas de Transición hacia la consolidación: Zona Montes de María, Zona Sierra Nevada de Santa Marta y Zona Oriente Antioqueño.

Áreas Complementarias: Zona Arauca, Zona Putumayo, Zona Catatumbo y Zona Bajo Atrato.

Buen parte del territorio nacional está comprendida en la geopolítica del Salto Estratégico, proyecto bélico y militar, que se encuentra con los propósitos de las bases militares. Por esta razón, su conducción es militar y el apoyo social es accesorio. La “acción civil” está orientada, según la directiva especial, (para) “incrementar la confianza y la credibilidad de los ciudadanos en el Estado(…)”.

Para que conozcan los aportantes de la cooperación internacional que sus dineros serán destinados en objetivos de guerra, disfrazados de inversión social, la directiva presidencial dice: “Las fuentes principales derivadas de la Cooperación Internacional serán coordinadas por la agencia presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional – ACCIÓN SOCIAL, a través de la Dirección de Cooperación Internacional, teniendo en cuenta las prioridades definidas en la Estrategia Nacional de Cooperación 2007-2010 y con el propósito de fortalecer la capacidad regional de gestión de cooperación internacional”. De hecho convierte la cooperación internacional, en instrumento exclusivo y de control del Gobierno Nacional, canalizada hacia el salto Estratégico en su versión militarista y guerrerista.

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