miércoles, 27 de febrero de 2008

No están invitados


No están invitados

Durante los meses de aplicación de la ley de justicia y paz han sido asesinados más de 20 víctimas y testigos de crímenes cometidos por los grupos paramilitares investigados por esa jurisdicción. Con dolor muchas personas han asistido a las audiencias que se realizan en las fiscalías de la Unidad de Justicia y Paz para escuchar las justificaciones de los autores confesos de miles de crímenes cometidos contra sus familiares y amigos. Permanentemente han tenido que soportar el cinismo de sus agresores que se han atrevido incluso a comparecer ante los fiscales con comparsas vallenatas. En vez de reparar, los jefes paramilitares han entregado unos pocos bienes al Fondo de Reparación, y se han dedicado a esconder los millones de hectáreas de tierras y los capitales robados a las comunidades que han atacado y sometido. Lejos de desactivar las estructuras armadas, persisten en muchos departamentos del país grupos paramilitares que con diversos nombres continúan ejerciendo presiones y cometiendo toda clase de crímenes. Como si esto fuera poco, en los años de desmovilización se ha evidenciado un inmenso poder de sus aliados políticos.

En todos los actos públicos y privados, durante estos años los líderes de las AUC han demostrado un soberbio desprecio por sus víctimas. Ninguna de sus acciones denota un auténtico arrepentimiento por el sufrimiento y la destrucción que han sembrado en la sociedad colombiana.

El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado ha afirmado que rechaza cualquier convocatoria de personas de grupos armados a los actos del 6 de marzo de 2008. El jefe paramilitar Salvatore Mancuso ha anunciado en un comunicado su “respaldo” a estos actos. Ni Mancuso ni los otros jefes paramilitares son bienvenidos en estos homenajes. Los victimarios no están invitados a sumarse a esta jornada. Su deber es decir la verdad, desmantelar los grupos paramilitares vigentes, denunciar a sus jefes y aliados políticos, entregar las tierras a los desplazados, y garantizar que sus crímenes contra la humanidad nunca más volverán a repetirse.
Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado

26 de febrero de 2008

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