martes, 13 de octubre de 2009

Intervención de Carlos Lozano, director de VOZ, miembro de la dirección nacional del Partido Comunista y candidato a la Cámara de Representantes



Gracias camaradas. Gabriel Becerra en el informe del Comité Ejecutivo Distrital del Partido, plantea las líneas gruesas del balance de los resultados electorales de la consulta del 27 de septiembre, que obedecen al intercambio de opiniones en las direcciones nacional y distrital al respecto. Solo quiero, en consecuencia, resaltar algunos puntos y comentar otros aspectos de los resultados de la consulta, adversos a la izquierda que acompañó al maestro Carlos Gaviria. Sufrimos una derrota y así debemos reconocerlo.

Lo primero que quiero decir es que es importante hacer el balance crítico y autocrítico en las direcciones y organismos del Partido, sin tenerle temor a las diferencias y a los distintos enfoques. Eso está bien que se discuta. De hecho, he estado en varias reuniones en Bogotá, a las cuales he sido invitado, y además de las diversas lecturas, que a la hora de la verdad no son tantas, lo que percibo es bastante pesimismo, percibo una especie de frustración que puede llevar a la pasividad y a la incomprensión de la complejidad del momento político. Hay que saber explicar el tema y por eso es importante la discusión.

Hay diversas opiniones. Inclusive hay “cartas desde lejos”. Alguna no deja títere con cabeza, como suele decirse. Bueno, eso está bien. Es parte del debate democrático. Pero lo que está claro es que es aquí donde sacaremos las conclusiones, trazaremos las orientaciones y adoptaremos las decisiones que sean menester, porque somos los que le estamos poniendo el pecho a la brisa, aquí está la dirección revolucionaria y en el terreno trabajamos en la difícil realidad de los acontecimientos. No los observamos desde la distancia. Lo que haya que rectificar se hace, pero también tenemos el mérito de ser los protagonistas de primera línea en el sitio de los acontecimientos.

Decía que debemos explicar los resultados electorales en función de la perspectiva, qué es lo que debemos hacer, para ganar un mayor espacio político, avanzar en medio de las dificultades, superando el pesimismo, venciendo el negativismo y mirando el porvenir con otra mirada, realista pero revolucionaria. Ya no hay marcha atrás y somos protagonistas de este proceso de unidad en el Polo Democrático Alternativo, que debemos defender y profundizar. Lo más importante es la unidad, pero sin ceder en los principios.

Lo primero que debemos reconocer es que el compañero Gustavo Petro ganó la consulta. Más allá de las consideraciones que se tengan sobre el desarrollo de la consulta y hasta de sus resultados, Petro fue el ganador por veinte mil votos. Eso no tiene ninguna duda. Así lo reconoció la dirección nacional del partido. En ningún momento ponemos en entredicho la calidad de Gustavo Petro como candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo. Y en esa dirección debemos actuar, asumiendo las tareas de la campaña electoral presidencial del Polo Democrático Alternativo.

Pero, eso sí, decimos de forma tajante, que en la consulta se decidió única y exclusivamente, el candidato presidencial. Allí no se decidió para nada quién es el presidente del Polo o quién su Secretario General, menos aún el Ideario de Unidad y el programa de Gobierno o se le introdujeron cambios a las resoluciones del II Congreso del Polo Democrático Alternativo. Estos son temas que deben resolverse de común acuerdo en la dirección del Polo o a través de los compromisarios que fueron designados, uno de ellos es la camarada Gloria Inés Ramírez. En el caso de los comunistas, los aceptaremos colocando por delante la unidad, siempre y cuando no se quebranten nuestros principios que son esenciales e inalienables.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que los resultados favorables a Petro inciden de alguna manera en el Polo Democrático Alternativo, pues él representa un proyecto político distinto al de la llamada izquierda radical que acompañó a Carlos Gaviria. Esto hace complejo el debate y debemos tener en cuenta los nuevos factores. No podemos arrollar a Petro, aunque tampoco podemos doblegarnos a quien no tiene la mayoría en las estructuras del Polo. Así que estos problemas deben resolverse de común acuerdo, los compromisarios y las direcciones tendrán que hacerlo a su buen saber y entender. Es claro que el presidente debe ser de la izquierda y el Secretario General de los amigos de Petro o viceversa. Todas las decisiones deben ser de consenso, sin vulnerar las decisiones adoptadas en los congresos como el Ideario de Unidad y otras resoluciones. Lo primero es la unidad pero en el espíritu democrático de lo que representa la diversidad que integra el Polo Democrático Alternativo.

El debate no será fácil. Se engañan los que creen que las diferencias son mínimas. Hay dos visiones diferentes. Petro cree que la izquierda se agota en el Polo Democrático Alternativo y que por eso es indispensable ganar al centro y hasta al centro derecha, para lograr el Gobierno. Se puede ser Gobierno a cualquier precio. Hasta como cola de los uribistas no comprometidos con el paramilitarismo, según él, aunque no sé si los hay, o de otros partidos o candidatos que no representan la línea política del Polo. De ahí su propuesta de la consulta interpartidista en el “arco iris de la política”, que colocaría al Polo de furgón de cola de otros proyectos que no son los nuestros y a contentarnos con un ministerio o unos puesticos en un gobierno de Vargas Lleras, Rafael Pardo, Fajardo o Mockus como premio de consolación. Todo con el cuento que lo principal es derrotar a Uribe Vélez en su aspiración reeleccionista.

Con los opositores al referendo reeleccionista podemos llegar a acuerdos para derrotar el referendo, pero es difícil llegar a acuerdos programáticos con ellos con temas esenciales como el neoliberalismo, las privatizaciones, la seguridad democrática, la solución política del conflicto, las reformas sociales, la defensa de la soberanía nacional, las bases gringas, entre otras.

Nuestro proyecto es otro. Es ganar el poder para adelantar las transformaciones democráticas y sociales que el país requiere. Queremos el poder para cambiar el régimen imperante. Necesitamos un Gobierno avanzado y progresista en la línea de los vientos de cambio que hoy predominan en América Latina. La candidatura del Polo Democrático Alternativo es amplia en la medida que busca incorporar a los sectores sindicales, sociales y populares, nutrirla en la lucha de masas, con la Minga indígena y otras expresiones de la resistencia popular al neoliberalismo y a la guerra uribista. Ello es posible con iniciativas concretas, como la que propone el camarada Jaime Caycedo del Congreso del Pueblo con la participación de estos destacamentos de vanguardia social.

En este debate es donde se va a poner a prueba la unidad del Polo. ¿Hasta dónde podemos llegar en las concesiones? Esta es la pregunta que debemos respondernos. Porque hay principios inquebrantables. Esos son los que la razón de ser del Partido Comunista y justifican su existencia. Defendemos nuestra presencia en el Polo, defendemos la unidad del Polo, pero jamás renunciando a nuestros principios revolucionarios. En el Polo hemos encontrado unas formas de entendernos sobre la base de acuerdos como el Ideario de Unidad. Ese es el camino de la unidad. Llegar a acuerdos satisfactorios y aceptables para todos. La unidad tiene un precio y es ese, nada más. Así que vamos a defender la unidad del Polo, nuestra presencia en el Polo, pero en medio de un debate muy complejo.

Este debate no está claro ni siquiera en el Partido Comunista. Hay camaradas que plantean el tema de la amplitud del Polo casi que acercándose a la posición de Petro, con el argumento que lo fundamental es derrotar la reelección uribista. Apoyan su discurso en la alianza soviética en la Segunda Guerra Mundial para derrotar al nazifascismo y en la política de Frente Popular que surgió en la postguerra, que se mantuvo hasta cuando hicieron crisis por las diferencias profundas y las contradicciones que hicieron insoportable esa unidad. No son puntos de comparación aceptables. Nuestra amplitud, ya lo dije, está marcada porque la candidatura del Polo Democrático Alternativo está abierta al movimiento sindical, democrático, social y popular. Es una candidatura política y social, enriquecida y construida al calor de la lucha de masas y de la resistencia popular.

No pretendemos que el Polo sea el Partido Comunista o tenga idéntica política a éste. Eso debemos entenderlo. El Polo es una convergencia de organizaciones de izquierda y de sectores democráticos. Así que no podemos con sectarismo pretender que piense igual a nosotros. Pero sí tenemos unos principios que deben prevalecer a la hora de la unidad. El acuerdo es sobre lo fundamental como lo hemos hecho en el Ideario de Unidad. En este Ideario de Unidad hay cosas que no se corresponden con la política de los comunistas, pero que no son substanciales, que no riñen con nuestros principios.

En nuestros principios no está el de gobernar este país a cualquier precio y a la cola de no sé quién que no se identifique con la izquierda. Nosotros lo que queremos es el poder para transformar la sociedad en ruptura con la política neoliberal y con la clase dominante que siempre ha detentado el poder mediante la violencia y los privilegios oligárquicos y proyanquis. Los comunistas podemos existir dentro del Polo o por fuera del Polo, mejor dentro del Polo, así lo creo. Por eso nuestra presencia en él no debemos feriarla ni regalarla. Debemos defender nuestra presencia en el Polo Democrático Alternativo.

Nuestra política esencial es la lucha por la revolución y el socialismo. A eso no vamos a renunciar jamás! Nuestro espacio político hoy está en el Polo Democrático Alternativo, porque nos hemos comprometido en la unidad para lograr una democracia avanzada, lo que algunos llaman Estado Social de Derecho. En ese objetivo actuamos con lealtad y consecuencia, privilegiando la lucha popular y de masas, en el espacio de la democracia y de la lucha social. Hemos contribuido a la construcción del Polo Democrático Alternativo y lo seguiremos haciendo. Estamos por un proyecto de unidad amplio, pero a la izquierda, a favor de los intereses populares.

Vamos a ir con Petro a la campaña electoral, es el candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo y debemos ayudar en los actos y la propaganda electoral. Aunque en esta próxima etapa, hasta marzo, lo principal es adelantar la campaña electoral para el Senado de la República y la Cámara de Representantes. Hay que volcar con optimismo al partido en la campaña, sí podemos lograr la elección y eso dependerá de nosotros, del partido y de la capacidad de trabajo que despleguemos.

Unas palabras sobre los resultados electorales. La abstención afectó los resultados electorales. En buena medida porque hay una tendencia a la derechización en Colombia. Eso no lo podemos soslayar. No hay una derechización del país, pero sí una tendencia predominante. Es lo que le ha permitido al gobierno de Uribe Vélez reelegirse hace tres años y mantenerse en medio de la crisis, la corrupción, la parapolítica, la yidispolítica, los negociados de sus hijos y demás actos propios de un gobierno indecente e inmoral. También influyó nuestro pesimismo. En el discurso ya se da por descontada la reelección de Uribe. Se cree que es un hecho porque la impuso en el Congreso mediante todo tipo de maquinaciones, fraudes, cohechos y otras irregularidades. Ya se anuncia que la Corte Constitucional, porque es de mayoría uribista la aprobará y que el refrendo será aprobado por la mayoría de los votantes. No lo sé porque no soy adivino. Los comunistas no tenemos una bola mágica para saberlo, pero hay quienes creen que la tienen y ya lo dan por un hecho. Eso creó desconcierto y dudas, porque para qué votar en una consulta si Uribe ya está elegido.

Ese estilo pesimista debemos modificarlo. Ver la perspectiva de otra manera y avizorando todos los caminos y alternativas. Es lo correcto. Yo soy optimista, irremediablemente optimista, y así actúo, poniendo por delante las tareas que nos permiten avanzar. Lo otro es esperar a que pase la horrible noche del uribismo, para ver si nos llegó la hora. Eso no es correcto. Desmoviliza. Baja el entusiasmo. Tenemos es que denunciar el referendo reeleccionista. Es lo real. Su carácter ilegal y tramposo. Exigir que la Corte no avale semejante adefesio. Advertir de su ilegalidad, de la forma tramposa e irregular hasta como recogieron las firmas. Todo eso deslegitima el mecanismo de participación y la decisión popular. Está viciado por la corrupción uribista. Lo demás son cábalas. Adivinanzas. Un juego que no debemos hacer. Los resultados concretos definirán esta situación, porque si lo avala la Corte Constitucional pues queda el camino de la abstención en lo cual debemos hacer causa común con todos los que se oponen al referendo reeleccionista, es una coincidencia posible y necesaria.

Este discurso fatalista, por lo demás, desmotiva a amigos y simpatizantes, que prefieren esperar otras soluciones a largo plazo, quizás insurreccionales y de ese tipo. Quedan a la espera de que el cañón del Aurora anuncie la hora cero o D de la revolución. Eso no es realista, no se corresponde con el proceso político colombiano, que se sustenta en las salidas democráticas y populares de la crisis colombiana.

La derecha le metió la mano a la consulta del Polo. No me cabe la menor duda. No quiero decir que fue la derecha la que eligió a Petro, más allá de la ayuda que le puede haber dado en algunos casos concretos, pero sí lo hicieron la “gran prensa”, los columnistas de la ultraderecha, que descalificaron con insultos y señalamientos al maestro Gaviria mientras llamaban a votar por Petro. Pero más que porque estuvieran por Petro, porque pretendían la división del Polo, su liquidación. Una forma sutil de la guerra sucia mediática. Eso no es democrático, es de la estirpe de una clase dominante que siempre ha gobernado mediante la violencia. ¡Claro que la derecha le metió la mano a la consulta, así lo registramos los que leímos las columnas de reconocidos derechistas y escuchamos las campañas de las cadenas radiales de los grupos económicos!

Otras razones influyeron como la campaña contra la alcaldía de Bogotá. Precisamente en momentos de contradicción con la decisión de Samuel de privatizar la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá y de supuestos asomos de corrupción en la administración. De alguna manera esto nos colocó a la defensiva, como también la campaña contra Carlos Gaviria y la izquierda de que nuestra campaña estaba apoyada por las FARC y el presidente Chávez. No supimos responder de manera enérgica a semejantes provocaciones.

En nuestra acostumbrada autocrítica flagelante, algunos dicen que la responsabilidad la tiene la militancia comunista que no se metió con decisión a la campaña. Tal vez en algunas regiones eso sea así y hay que hacer el balance en cada situación, pero en lo que a Bogotá respecta no es así, aquí la militancia estuvo en la campaña, inclusive en varias localidades se echó sobre los hombros los actos con Gaviria para sacarlos adelante. Lo vi en las localidades porque estuve en casi todas en los actos de campaña. Lo que ocurre es que el partido es muy pequeño para semejante tarea de gran envergadura, es necesario crecer, recuperar militancia y lograr nuevos adherentes. La campaña electoral debe estar ligada al logro de nuevos militantes, de vender más el semanario VOZ, de sentirnos más comprometidos con las tareas del Partido Comunista.

Será una campaña electoral difícil más no imposible. Uribe hará hasta lo imposible por sacar adelante el referendo reeleccionista, incrementando la guerra, abriéndose a las bases militares gringas y con situaciones sociales complicadas. Este tema de Agro Ingreso Seguro nos demuestra hasta donde es capaz de llegar Uribe Vélez para comprometer a los ricos con las donaciones multimillonarias y a los pobres con los chequecitos de pequeños regalos en los consejos comunales. Esto está a favor de la reelección y de la política guerrerista y proimperialista que lo distancia de América latina. Pero hay contradicciones entre ellos mismos, que le afectan los propósitos al señor Uribe Vélez. No la tiene ganada. Hay que actuar en dirección a la movilización popular y social. La agenda está anunciada y el partido debe comprometerse con ella al calor de la lucha electoral. Ese es el camino. El de actuar sin temores, con decisión, firmeza y confianza en nuestra línea política. Todos los comunistas debemos unirnos en estos propósitos en el camino de nuestro accionar revolucionario. Gracias.

Bogotá D.C. 11 de octubre de 2009

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