viernes, 9 de octubre de 2009

Obama, Premio Nobel de Paz

Designar a Barack Obama Premio Nobel de Paz de 2009 es un despropósito inmenso del Comité Noruego que adjudica este importante y prestigioso reconocimiento mundial. Sólo puede entenderse como el resultado de enormes presiones para que este Premio no se le otorgara a la senadora Piedad Córdoba de tan destacada actuación en la liberación de retenidos en Colombia por razones del conflicto y por abrir caminos de intercambio humanitario y de paz en medio del fragor y la barbarie de la confrontación armada en Colombia. Son hechos concretos y aportes a la paz en Colombia y en el mundo, debido a la trascendencia que tienen en todas las latitudes.

Obama no ha hecho nada por la paz mundial. El conflicto en el Medio Oriente y en Asia se recrudece, al contrario de lo que prometió al asumir la presidencia de la principal potencia imperialista mundial. Al tiempo, su Gobierno pretende recobrar el papel hegemónico imperial en América Latina con la instalación de siete o más bases agresivas en territorio colombiano, gracias a la actitud indigna y antipatriótica del señor Uribe Vélez. De la misma manera amenaza a Irán y a otros países que no se someten a la férula yanqui. ¿De que paz estamos hablando, entonces, señores del Premio Nobel de Oslo? Convertir a Obama en adalid de la paz, es tanto como avalar las aventuras belicistas que su país adelanta en todas las latitudes, incluyendo a Colombia, en donde las bases militares con presencia y control gringo, prolongarán de manera indefinida la guerra y el conflicto interno y amenazarán la tranquilidad del continente, como lo advirtieron los presidentes en Unasur. la presidencia de Obama no ha sido capaz de desmontar la política belicista de los halcones del Pentágono y mucho menos el control de los complejos militar industriales en el manejo de la política exterior de los Estados Unidos.

En estas condiciones, la designación de Obama es un total desacierto.

Los méritos de Piedad Córdoba son otros con Premio Nobel de la Paz y sin él. Causa desconcierto, pero para nada disminuirá el entusiasmo de ella como líder de un proceso y de "Colombianos y Colombianas por la Paz". La lucha por el intercambio humanitario y por la paz con democracia y justicia social, continúa sin tregua y sin descanso.

Carlos A. Lozano Guillén
Paipa (Boyacá) 9 de octubre de 2009

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