domingo, 12 de octubre de 2008

Relato de un soldado profesional de Colombia

"NO LOS PERSEGUIMOS PORQUE ELLOS NOS AYUDAN A COMBATIR LA GUERRILLA"

Por Nelson Lombana Silva

Reintegrado a las fuerzas armadas como soldado profesional ante la imposibilidad de conseguir un trabajo digno una vez pagó el servicio militar, William [i] fue enviado hace seis meses a San José Del Guaviare, un mundo totalmente diferente para él, lleno de dificultades, violencia y descomposición social, donde la pobreza, el abandono del Estado es el pan nuestro de cada día.


Un mes de vacaciones las aprovecha para descansar y meditar su desgracia de tener que conseguirse la vida trillando monte, incluso, cometiendo cosas que no debe hacer, ante la presión de los generales y del gobierno que buscan por todos los medios, resultados sin importar cómo y a qué precio.


En el área de operaciones hay tres compañías: Bronco, Aquile y Ciclón. Dice que cada compañía está integrada por tres pelotones y cada pelotón por 36 unidades. Son comandados por un capitán y un teniente.


Reflexiona sobre la violencia y dice sin rodeos que es un negocio suculento para los grandes de este país. "Mire, dice, un sargento del ejército duró 15 años infiltrado en la guerrilla, nos combatía como cualquier guerrillero; ahora patrulla con nosotros y combate a sus antiguos amigos. Es un tipo alto, barbado y obeso. Por eso digo que la guerra es un negocio".


Caminar y caminar por la extensa selva tumbando rastrojo es la tarea permanente de William, cruzando ríos, riachuelos y quebradas, durmiendo a la intemperie, colgado en hamaca o en el piso cuando entra a sabana abierta.


"Los ABN nocturnos permiten detectar a gran distancia la luz de un cigarrillo, que se presenta en mis ojos como un bombillo", afirma.


¿Sustos? Le preguntamos. Sonríe y afirma sin ambages: "Claro, muchos. Pero no es cierto que todos los días estamos combatiendo, lo que pasa es que los medios hablan mucha mierda. Una vez, agrega, íbamos más de cien en un Bongo, propio de la infantería de marina, navegando en aguas del río Guaviare, cuando la guerrilla nos atacó, desde la orilla. Afortunadamente las lanchas veloces respondieron y los contuvieron. Me dio mucho susto".


"El clima es duro, los bichos nos atacan sin piedad alguna, pero lo que más pánico le tenemos es a las minas quiebrapatas. Yo vi un sargento y varios soldados volar por los aires por efectos de estas minas". Agrega: "Siempre va con nosotros un perro experto en detectarlas, y cuando las encuentra se echa a cierta distancia. Es una ayuda extraordinaria".


William recorre poblaciones pequeñas y abandonadas, algunas de ellas, al notar la presencia de los uniformados huyen por temor a las presiones de los militares. Evoca Puerto Elvira, un caserío de tres calles terrosas a la orilla del río Guaviare; Macuare, más pequeño aún del anterior, también a orillas del mismo río; El Olvido, son cinco casitas en límites con el departamento de Vichada. "Uno, dice William, camina como un caballo".


"La guerrilla, dice, ataca por lo general después de las cuatro de la mañana y antes de oscurecer, porque la inmensidad de la llanura es intrincada y fácil para uno perderse. Uno no puede separarse mucho del lanza porque puede perderse".
"Caminar con temperatura a la sombra de 40 grados centígrados no es sencillo, como encontrar tanta miseria, tanto abandono, tanta soledad. La fumigación de los cocales acaba también con los cultivos de pan coger".


El batallón Joaquín Paris de San José del Guaviare controla todas las operaciones militares del llano. Hasta allí llegan el presidente Uribe, el ministro de defensa y uno que otro general.
"Hay mucho zancudo, el pito, la hormiga conga y otros bichos que producen enfermedades mortales", afirma.


¿Hay mucho paraco en la zona? "Claro, mucho, pero nosotros no los perseguimos porque ellos ayudan a combatir la guerrilla", dice con absoluta certeza, sin emocionarse.
"En uno de esos extensos recorridos llegamos a una casa abandonada, la requisamos y encontramos un libro grande del Che Guevara, lo leímos y nos dimos cuenta que era un médico que luchó mucho por los pobres, pero que el gobierno de otro país lo mató".


"Claro, un teniente y sus soldados robaron a un campesino todas sus cositas, hasta los cigarrillos, el ofendido colocó el denuncio y sus cosas fueron devueltas, pero el teniente, que también robó, no recibió ningún tipo de castigo. Es que la ley es para los de ruana".


Los indígenas son constantemente hostigados por la fuerte presencia militar. Los bombardeos son indiscriminados y acaban con los cultivos lícitos, los animales domésticos, la fauna, la flora, contamina las aguas y aumenta la miseria, reconoce el soldado profesional.


¿Qué tal, la economía? "Bueno, durante algún tiempo el dinero no circulaba en la región, circulaba la coca. O sea, los alimentos, los pagos, la ropa, los negocios, hasta el polvo que se le echaba a la mujer, se pagaba con gramos de coca. Con la presencia del ejército vuelve el dinero a circular. Un gramo costaba $1800,oo, un kilo $2.300.000,oo. Había plata en forma, hoy hay miseria galopante".


¿Por qué vacaciones a estas horas? "Bueno, en diciembre le dan vacaciones exclusivamente a la compañía o al pelotón que más bajas produzca. Es un premio que se gana uno durante el año. Por eso, muchos matan a campesinos e indígenas que encuentran a su paso, ganar ese "premio" tan deseado de estar en casa con los suyos es una preocupación casi de todos. Nosotros no fuimos favorecidos en esta oportunidad", afirma.


William es un joven atlético de 23 años, alto, de mirada triste, quiso ser feliz al lado de sus amigos y tener muchas novias, pero la pobreza lo llevó a empuñar las armas y jugarse la vida a cada paso que da. Se anima él mismo al afirmar: "De algo tendrá que morir uno".
Es uno de esos cientos y cientos de jóvenes colombianos que no tienen posibilidades de vivir la juventud con donaire, el sistema capitalista, el modelo neoliberal y la "seguridad democrática", lo impiden. Sabe perfectamente que la única posibilidad que ofrece el Estado es la guerra. "No hay otra alternativa", afirma masticando se destino.

Ibagué, octubre 12 de 2008
[i] Nombre imaginario por solicitud expresa del soldado profesional.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Fui Soldados de las fuerzas militares de colombia, con un timepo de 21 año consecutivo, hoy medio puedo disfrutar de una pension no digna, porque dentro el estatuto y los lideres de las fuerzas armadas como generales quisieron que el soldado no devengara una buena asignación de retiro, no fuimos tenidos encuenta para que esto fuera mejor, desgraciadamente los soldados profesionales no cuenta con comandantes justos y aun menos honestos, ellos dicen que son el pilar o eslabon, pero de lo dicen de boca hacía afuera.


Tambien cuando un soldado profesional es retirado del servicio y sale con alguna incapacidad en muchos casos no son tenidos encuenta para que se le valore esta incapacidad, pero una cosa, el señor General Ospina Ovalle antiguo comandante de las fuerzas armadas realizó Junta medico y obtuvo una suma de 1.000.000.000 (MIL MILLONES DE PESOS) a este señor fue revisado en su totalidad y al colmo de todo le pagaron hasta las canas y las uñas de los pies.

Tambien es verse, en los grados militares llamése Oficiales, Suboficiales y Soldados Profesionales, la diferencia es poca pero el trabajo lo hace el peon en su totalidad.

Sueldos, un oficial de grado Subteniente con 3 días se gana 1.800.000 pesos; un Suboficiales con 3 días en el grado 1.100.000 un soldado profesional con 20 años de servicio 1.063.000 pesos, como lo pueden notar la diferencia entre los grados.


En cuanto el servicio de salud para los soldados profesionales es regular, pero vaya un oficial, suboficial o la esposa de uno de ellos para que vea como son atendidos hasta el medico los visita y aun mas los medicamentos se lo llevan a la casa.


La alimentación, esto viene desde hace muchos años, ahora en los ultimos cinco años lo tiene el fondo rotatorio, lo peor que pueda haber tenido las fuerzas armadas, donde la alimentación es de baja calidad, los alimentos no son bien confesinados, el estado envia una partida de alimentación donde ellos se quedan con el 40% de esta, pero como los señores oficiales son complices de estas falencias, si un general dice, hoy me tienes que colocar un carro en mi casa, el administrador en menos de un abrir y cerra de ojos se lo tiene, y vaya que no lo haga por al día siguiente es despedido.


Por ultimos en estos tiempos modernos se visualiza que en los rangos se encuentras algunos lideres donde piden que se les de importancia como si ellos fueran algunos dioses, sacando el máximo provecho y en algunos anuncian que es el momento de aprovechar esta oportunidad porque en cualquier momentos son retirados.


COMO VE NUESTRAS FUERZAS ARMADAS DE COLOMBIA. esto es lo que se ve adentro quien sabe lo de afuera.



muchas gracias.




Sebastian Torres.








os errores,