viernes, 27 de marzo de 2009

GOBIERNU DEL PRINCIPÁU D’ASTURIES CONSEYERÍA DE BIENESTAR SOCIAL Y VIVIENDA

Axencia Asturiana de
Cooperación al Desarrollu

INTERVENCIÓN DEL DIRECTOR DE LA AXENCIA ASTURIANA DE COOPERACIÓN AL DESARROLLU DEL GOBIERNO DEL PRINCIPÁU D´ASTURIES, RAFAEL PALACIOS, EN EL SEMINARIO INTERNACIONAL: “COLOMBIA: CONFLICTO Y DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO”

UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID

GETAFE – MADRID 25 A 27 DE MARZO DE 2009

Buenas tardes a todos y a todas:

Quiero transmitirles un afectuoso saludo del Gobierno del Principado de Asturias y nuestro sincero agradecimiento por invitarnos a participar en la inauguración de este Seminario Internacional.

En Colombia existe un conflicto político, social y armado, que enfrenta en el plano militar al Estado y a las organizaciones insurgentes, teniendo estas últimas un carácter político, abiertamente reconocido hasta hace muy poco tiempo, por la llamada comunidad internacional y por el propio Estado colombiano.

El conflicto no ha cambiado sustancialmente. Las causas de este conflicto iniciado hace décadas son diversas, fundamentalmente la desigualdad y la injusticia social, que ha supuesto el despojo de tierras de los campesinos, sumado al papel de las multinacionales y a la eliminación física de los adversarios políticos y sociales.

Su prolongación en el tiempo ha permitido la presencia de otros factores como el narcotráfico y se ha visto agravado por el paramilitarismo auspiciado por el propio Estado. En este agravamiento hay que reconocer la responsabilidad y el papel lamentable de los Estados Unidos.

El conflicto ha sufrido una progresiva degradación: desplazamientos de población, secuestros, torturas, ejecuciones extrajudiciales, uso de minas antipersonas, bombardeos indiscriminados sobre población civil, masacres, desapariciones, criminalización de movimientos y activistas sociales,…

Desde la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo del Gobierno del Principado de Asturias, consideramos urgente e indispensable humanizar el conflicto. Para ello, el primer paso es que de forma inmediata se produzca el intercambio humanitario. Ningún acto violento por parte de los actores enfrentados debe ser un obstáculo ni justificación para dilatar e impedir su realización.

Rechazamos cualquier tipo de acción militar que ponga en peligro la vida de las personas privadas de libertad.
Desde la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo del Gobierno del Principado de Asturias, hacemos un llamamiento a las partes a que den los pasos necesarios para posibilitar el intercambio humanitario que también puede abrir la puerta para acuerdos humanitarios más amplios que tengan como base el respeto integral al Derecho Internacional Humanitario.

La llamada comunidad internacional y los Gobiernos europeos en particular, deben implicarse en el acompañamiento coherente en la búsqueda de la humanización del conflicto y de la solución política al mismo, y no intervenir bajo ningún concepto en alimentar la espiral de violencia que supondría un mayor sufrimiento de la población.

Les pongo un ejemplo de lo que no se debe hacer. Mientras aquí en Madrid, personas colombianas y europeas, nos reunimos con el objetivo de buscar salidas negociadas a la guerra en Colombia, un expresidente español llega a Colombia y se declara partidario de continuar la guerra a cualquier precio. Así lo expreso en El Tiempo, único diario colombiano propiedad mayoritaria de la editorial española Planeta.

Está claro, que este expresidente español tiene como objetivo impulsar guerras en las que él no va a luchar, como hizo con la guerra de Iraq, guerras en las que no van a morir sus familiares, amigos o compañeros, como ocurre en el campo de batalla de la guerra colombiana, donde hace casi 50 años la mayoría de los muertos los pone la población civil.
Este expresidente, además, viaja para atizar la confrontación entre pueblos hermanos, como es el caso de Colombia y Venezuela.

Este es un ejemplo evidente del camino que no debemos recorrer si queremos una paz con justicia social en Colombia.
No hay una solución militar para este conflicto. Es necesaria una salida política dialogada y negociada, que propicie la superación de las causas estructurales del conflicto y el establecimiento de un nuevo orden social.

La búsqueda de una salida política negociada al conflicto social y armado colombiano es un propósito de amplios sectores sociales y políticos dentro y fuera del país. Sin embargo, por las propias dinámicas del conflicto y, sobre todo, por los intereses en juego no ha sido posible.

No se puede negar la existencia del conflicto y sus causas estructurales, ni se puede apostar por una salida militar.
Después de años de aplicación y ejecución de Planes Colombia y de Planes Patriota, los grupos guerrilleros no han sido derrotados.

Los movimientos sociales y la sociedad civil colombiana, que siguen expresándose valientemente, vienen pagando un enorme precio en vida, pobreza, injusticia social y recorte de libertades básicas y se han convertido en objetivo prioritario de la represión oficial y paramilitar.

El Estado colombiano pierde su legitimidad al desatender la inversión social, destinando ingentes recursos al aparato militar y represivo, deteniendo masivamente a militantes y dirigentes de organizaciones sociales y ONGD, asumiendo la ejecución extrajudicial de civiles por la policía y el ejército, imponiendo castigos económicos a los sectores sociales más pobres para financiar la guerra, confinando a Comunidades Indígenas y Campesinas y, sobre todo, aceptando el copamiento y control de los poderes públicos por parte de los grupos narcoparamilitares, que no sólo no se han desmovilizado sino que consiguieron la legalización de gran parte de las tierras que robaron con violencia a los campesinos e indígenas, a través de la llamada Ley de Justicia y Paz, que no trajo ni la justicia, ni la paz, ni la verdad, ni la reparación.

El Estado colombiano se encuentra debilitado, inmerso en continuos casos de corrupción, sometido a un desgaste que podría ser aprovechado para explorar caminos de solución política, en una situación en la que el crecimiento de la izquierda civil resta razones a la lucha armada y ha perdido toda credibilidad el supuesto consenso social en torno a las propuestas represivas del Gobierno colombiano.

Cada vez es mayor el respaldo social y político favorable a una salida negociada, en contraposición al discurso de guerra y violencia.

Es un buen momento. Es un momento crucial para emprender caminos que nos acerquen a una solución política negociada.
Estos caminos necesitan el máximo apoyo y solidaridad en Europa, donde muchos Gobiernos de la UE apoyan iniciativas como la injusta Ley de Justicia y Paz, venden armamento al Estado colombiano y protegen por encima de los derechos humanos los intereses de grandes empresas multinacionales. Pero donde también hay Gobiernos y movimientos sociales de solidaridad con el pueblo colombiano que rechazamos los terribles costos humanos y ambientales de la guerra en Colombia.

Por todo esto, la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo del Gobierno del Principado de Asturias apoyará todos los esfuerzos que se hagan para encontrar la paz con justicia social en Colombia y contribuirá a crear espacios de diálogo y debate para encontrar una salida negociada al largo conflicto político, económico, social y armado que vive el Pueblo colombiano.

Salud y muchas gracias.


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