lunes, 23 de marzo de 2009

La liberación de 'Karina' y 'Olivo', oscura maniobra


El Tiempo
Me parece muy grave lo que revelaron, en la grabación del programa Veredicto, de Canal Capital, que se emitirá este domingo, los desmovilizados de las Farc Felipe Salazar y Álvaro Agudelo. Dejaron ver que la liberación de 'Karina' y de 'Olivo Saldaña' obedecía a un plan del gobierno del presidente Uribe para acabar con el Movimiento de Colombianos por la Paz, que lidera Piedad Córdoba.

Cuando se produjo la noticia de la liberación de estos dos ex guerrilleros por decisión presidencial y se dijo que tenían la misión de ser gestores de paz, saqué la conclusión de que se trataba de colocar en el escenario público a dos desertores para que llamaran a la deserción de sus antiguos compañeros de armas.

Tenían para mostrar que el presidente Uribe estaba dispuesto a saltar por encima de la justicia concediendo por mano propia grandes beneficios jurídicos y recompensas económicas cuantiosas a personas acusadas de crímenes de lesa humanidad con tal de que los beneficiados se dedicaran a atacar y a debilitar a la guerrilla.

No veía allí ningún acto de reconciliación y de paz; al contrario, era claro que se trataba de una acción de guerra, pero pensé que esto tenía cierta lógica en medio de la aguda degradación de nuestro conflicto armado. La guerrilla también llama de cuando en cuando a la deserción de los soldados del Ejército y no desperdiciaría la oportunidad de que algún miembro de la Fuerza Pública se colocara abiertamente en contra de su propia institución.

Pero me quedé de una sola pieza cuando les oí a los dos desmovilizados que, además de buscar la deserción de guerrilleros, pretendían comprometer a Piedad Córdoba y a otros miembros de Colombianos por la Paz con un plan de las Farc orientado a la constitución de un nuevo gobierno.

Acudiendo a su pasado de miembros de las Farc, pretenden hacerle creer al país que la lucha de Piedad y sus compañeros por el intercambio humanitario y por la paz no es más que un sofisticado plan concertado con la guerrilla para engañar a la nación.

Felipe Salazar y Álvaro Agudelo, al igual que 'Olivo Saldaña', pertenecen al movimiento Manos por la Paz, que orienta mi amiga Liduine Zumpolle, una holandesa con una gran vocación humanitaria que ha desarrollado una dura batalla contra el secuestro.

Le he oído decir siempre a Liduine que esta organización tiene el propósito de integrar a la sociedad a cientos de presos de las Farc, buscar que estas personas renuncien a la acción armada definitivamente y se comprometan a buscar la reconciliación. A cambio de ello, Manos por la Paz buscaría su libertad o su inclusión en la Ley de Justicia y Paz.

Esos objetivos me parecen sensatos y nobles y no tengo la menor duda en apoyarlos. Para mi sorpresa, no fue eso lo que escuché en las intervenciones de los participantes del programa televisivo que dirigen Daniel Coronell y Néstor Morales. Allí se hacía un énfasis especial en la confrontación con las Farc y se planteaba que su propósito era servir de ariete en contra de Colombianos por la Paz.

Seguramente Liduine no está de acuerdo con este giro de la organización que dirige y menos que se mezcle su trabajo con el que debe desarrollar 'Karina' en los próximos meses y no me cabe la menor duda de que ello se aclarará en los días que vienen.

Pero el presidente Uribe debería reflexionar sobre los métodos y procedimientos que utiliza para combatir a la guerrilla y también para disputar con sus contradictores políticos. No puede ser que para cerrarle el paso al intercambio humanitario y para debilitar a las Farc se disponga a echar por la borda principios elementales de justicia, al dar al traste con el trabajo paciente que ha realizado la señora Zumpolle y a urdir una maniobra de tan baja condición para golpear a Piedad Córdoba.

lvalencia@nuevoarcoiris.org.co
León Valencia

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