martes, 17 de junio de 2008

"Mis manos están limpias y sin sangre, algo que Uribe no puede decir"


En una entrevista con Público, el jefe de Estado ecuatoriano acusa al Gobierno colombiano de mentir y a su presidente, Álvaro Uribe, de tener vínculos con paramilitares.
GORKA CASTILLO, enviado especial - Quito - 18/04/2008 20:45
El presidente de Ecuador no tiene pelos en la lengua. Durante una hora analiza la situación de la política latinoamericana y no esconde que la herida abierta por Colombia tardará en curarse.
El escritor británico Richard Gott considera que Colombia es el principal elemento de inestabilidad en la región. ¿Comparte su opinión?

No es de ahora, sino de mucho antes. Colombia es el único el país que tiene paramilitares, tiene guerrilla, tiene narcotráfico, tiene extensos cultivos de coca y tiene amplias zonas del país que no controla el Estado. El paramilitarismo y la narcopolítica no existe en Ecuador. Tampoco cultivamos coca. Esos son términos exclusivamente colombianos. Lo digo con pesar porque es un pueblo hermano, pero Colombia es hoy el foco de inestabilidad más grande que existe en América Latina y nos perjudica a todos.

¿Quiere decir que la imagen del Gobierno colombiano en Latinoamérica no es buena?

El Gobierno de Uribe está totalmente desprestigiado. Ya hemos demostrado sus mentiras, ya nadie le cree.

En Europa no piensan así.

Es cierto que tanto en la UE como en EEUU el respaldo de algunos poderes mediáticos a sus falacias nos ha hecho daño y por eso, próximamente, emprenderé una gira por Europa para dar a conocer el Ecuador y demostrar que somos un Gobierno decente y un territorio de paz. Que el problema está en el otro lado de la frontera. Que nosotros somos víctimas del conflicto colombiano. No somos ni autores ni cómplices.

Da la sensación de que se ha desatado una guerra mediática.

No es que da la sensación sino que es un hecho real. Sabemos con quien nos enfrentamos. Con un país militarista, con un presidente con un pasado imperfecto, con un enorme respaldo de agencias de inteligencia extraregionales y con una maquinaria propagandística impresionante. Tenemos fe en que la verdad y la justicia triunfarán. Ya lo hemos logrado en América Latina donde Colombia ha sido contundentemente derrotada en lo político, en lo diplomático y en lo informativo.

¿Qué persigue Colombia acusando a los países vecinos de colaborar con las FARC?

La política militarista de Uribe comenzó desde que llegó a la presidencia. Primero contradiciendo la estrategia de su antecesor, Andrés Pastrana, quien llegó a abrazarse con Manuel Marulanda. Pero llega Uribe con la línea dura y quiere que todos hagamos lo mismo. Es como un emperadorcito que sigue el dictado de su patrono. Es obvio que su poder político y económico se basa en esta lucha contra las FARC. A Uribe no le conviene la paz porque combatiendo a la guerrilla da una sensación de seguridad al electorado colombiano. Lo preocupante es que ese conflicto se está desbordando.

Pero antes del bombardeo del 1 de marzo el respeto presidía las relaciones entre los dos países.

Uribe siempre ha mostrado falta de respeto por Ecuador. Esto es así hasta el punto de que sigue fumigando con glifosato nuestro territorio y hasta el punto de que sus aviones violan frecuentemente nuestro espacio aéreo. De todas formas, sobre el bombardeo del 1 de marzo existe una pregunta sin respuesta.

¿Cuál?

Al grupo de Raúl Reyes lo tenían controlado cuando aún se encontraba en suelo colombiano. ¿Por qué esperan a que pase a Ecuador para masacrarlo?

¿Por qué?

¿Acaso no lo hicieron para involucrar al Ecuador en un conflicto que no es suyo? ¿Acaso no lo hicieron para amedrentarlos? ¿Acaso no lo hicieron para forzarnos a participar en el Plan Colombia? Lo que no contaba Uribe era con nuestra respuesta ni con la condena que recibió de los países de la OEA. Le falló el plan porque no caímos en su trampa.

Durante la cumbre del Grupo de Río, en Santo Domingo, usted le muestra sus manos a Uribe y le dice que las mire bien porque están limpias y sin sangre. ¿A qué se refería?

Uribe ha intentado involucrarnos, no sólo a mi Gobierno sino también a las Fuerzas Armadas, de apoyar a las FARC. Luego sacó que mi campaña presidencial había sido financiada por la guerrilla. Es que es indigno. Que venga este señor, después de haber violado todo el derecho internacional acusándonos de apoyar a los grupos guerrilleros cuyas acciones hemos dicho unas mil veces que rechazamos, es indigno. Por eso dije lo de los manos. Precisamente para resaltar la contradicción con la posición de Uribe que ha tenido tantos escándalos por su relación con el narcotráfico. Hay muchos libros que lo explican. Hay videos en los que aparece reunido con paramilitares. Su política guerrerista no va acabar con el conflicto sino que lo va exacerbar y va a dejar como saldo miles de muertos. Mis manos están limpias y sin sangre. Eso no lo puede decir el presidente Uribe.

Sin embargo siguen denunciando que usted conocía las actividades de las FARC en su territorio. Aseguran que hasta en 16 ocasiones le advirtieron de la presencia de bases guerrilleras en su territorio y que hizo caso omiso. ¿Es cierto?

Es una infamia increíble. Todas mis órdenes están registradas. Es todo tan burdo y ridículo que hemos decidido no contestarle. Es que no sabemos bien por qué lo hace. Cuando mejor están las relaciones con él, ocurre algo extraño y te mete por la espalda. Hay algo que no funciona bien en su cabeza.

¿Cómo es posible que se haya alcanzado este clima de tensión si al final de la Cumbre de Río acabaron estrechándose la mano?

Ése es Álvaro Uribe Vélez. Algo le falla. Tiene un comportamiento psicótico terrible.

¿Es cierto que Reyes había contactado con los franceses para negociar la liberación de Ingrid Betancourt cuando fue bombardeado?

Uribe no quiere la paz y ni siquiera la liberación de rehenes porque Betancourt es una potencial candidata a la presidencia. Es cierto que teníamos conocimiento de que iba a producirse un contacto en un tercer país neutral para liberarlos luego en suelo ecuatoriano. El presidente Chávez también me preguntó si podíamos acoger rehenes en nuestro territorio porque la entrega en la frontera colombo-venezolana se ha vuelto muy peligrosa. Estábamos en ese proceso. Esos movimientos para liberar rehenes de la guerrilla lo encabezaba Reyes y es precisamente a Reyes a quien destrozan.

Ecuador acaba de denunciar a Colombia ante el Tribunal de La Haya por fumigaciones ilegales en su territorio.

La sentencia tardará aún muchos años pero esperamos que se dicte una pena cautelar que obligue a Bogotá a suspender las aspersiones aéreas con glifosato que ha realizado hasta 2006. Estas fumigaciones provocan que campesinos ecuatorianos de la frontera abandonen sus casas, pierdan sus cosechas, el ganado y provoque graves patologías, incluso la muerte. Sin embargo, ¿sabe usted cuál ha sido la reacción de Colombia a fecha de hoy? Pues decir que nuestra exigencia de que cesen las fumigaciones coincide con la petición de las FARC. Es infame.

La crisis ha revelado enormes grietas en el sistema de inteligencia ecuatoriano que he provocado el relevo de la cúpula militar. ¿Qué reformas deben acometer?

Algo grave pasa en nuestros servicios de inteligencia. Todavía no tenemos datos concretos pero sí podemos decir que sufrimos infiltraciones de la CIA y esta agencia trabaja para Colombia.

Hay quien le critica de ingenuidad por haber esperado tanto tiempo para cambiar a su cúpula militar, fiel al régimen anterior.

Probablemente tengan razón. Y también por haber confiado en Bogotá. Si usted quiere decirlo, subestimamos la amenaza de un ataque externo ya que con Perú las cosas se han solucionado y con Colombia teníamos buenas relaciones. Pero subestimamos que allá está Uribe.

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