jueves, 2 de abril de 2009

Tín marín de dopín gue……


Lázaro Vivero Paniza

No sabe uno que pensar con todo lo que viene sucediendo en el país, el manejo que de los hechos se hacen y la incredulidad que hizo carrera, precisamente por la manera como se trata de manipular como en el caso de lo que sucede con el cadáver de Edgar Devia, “Raúl Reyes”.

Lo repito nuevamente: no se puede actuar igual a lo que supuestamente se combate, porque es mucho más grave no respetar las leyes, no actuar con lo que se predica según la religión que se profesa y, mucho menos, terminar aceptando que en alguna parte de la cadena oficial alguien termina engañando al pueblo en general.

Recuerdo cuando la entrega de los restos mortales de “Reyes”, que se informó en los medios el nombramiento de una comisión y que ellos, serían los únicos que sabrían del lugar donde serían depositados.

Era a mi modo de ver igualmente nefasto al manejo que se hace de los restos del mayor Luis Ernesto Guevara, por parte de la guerrilla de las FARC

No puede ser que ahora el comandante de la policía nacional, general Oscar Adolfo Naranjo Trujillo, salga en todos los medios de comunicación aseverando que los restos del guerrillero fueron entregados a la familia y que, estos a su vez, afirmen que no les fue entregado por orden superior. Grave por decir lo menos, ya que la credibilidad cada vez que esto sucede se deteriora mucho más. La verdad como en otros casos muy publicitados queda en entredicho y, mucho más grave, que sea en cabeza de quien dirige los destinos de los policías colombianos.

Con esto todos en el país se están creyendo con el derecho a mentir, a acomodar y manipular, lo que les venga en gana.

Aún más grave, que terminemos secuestrando restos mortales ya que, no podemos afirmar por ningún motivo que sus familiares, estuvieran de acuerdo con las actividades de quien fungía como el segundo al mando del grupo alzado en armas y por ello, no poder hacer el duelo que como seres humanos tenemos todos derecho a que suceda.

Hay que respetar el dolor ajeno, los sentimientos de los demás, porque de lo contrario, que se decrete que todos deben pensar y actuar como el ejecutivo quiere y no como reza en la Constitución Nacional.

Que peligro los senderos que se vienen recorriendo en la degradación de la guerra. Nada se respeta, todo es permitido incluso violar las normas y, los ciudadanos en general, temiendo lo que pueda con ellos pasar. Que no se abroguen el derecho las autoridades para hacer lo que a bien tengan y que, se conozca la verdad de lo que en este como en muchos se sabe o por lo menos, se duda de lo que se afirma.

Ahora en todos los hechos terminamos diciendo como en el juego infantil: tín marín de dopín gue, titirimacara titirifué, para poder señalar quien tiene la culpa de tantas mentiras, que solo generan desconcierto y temor.

A las familias del mayor Luis Ernesto Guevara como la de Edgar Devia, respeto, porque ellas no tienen la culpa de lo que acontece en el país y, mucho menos, hacen parte directa del conflicto que se vive. Ellas lo que son es ser dolientes del accionar en este conflicto, que entre todos debemos parar.


lviveropaniza@hotmail.com



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