Lázaro Vivero Paniza
Volvemos a escuchar los gritos del ejecutivo señalando y pidiendo cadena perpetua o en el mejor de los casos pena de muerte contra los que hemos sido señalados por la fiscalía de tener nexos o, ser miembros de la guerrilla colombiana supuestamente por aparecer nuestros nombres en los documentos de work que aparecieron en los computadores blindados de Edgar Devia, “Raúl Reyes”.
Lo escuche en el “consejo comunal” último en Facatativa que entre otras, no se llevó acabo en Mosquera por lo que sabemos de lo que allí sucede con los terrenos que todos a una como en Fuenteovejuna, aprobaron rapidito el cambio de destinación colocando a hijos, ministros, alcaldes y ex alcaldes, en la cuerda floja del tráfico de influencias.
El presidente Álvaro Uribe al igual que su ministro de defensa Juan Manuel Santos en meses anteriores, se refieren a este episodio de los computadores de “Reyes” que mal llaman “farc política”, pidiendo que sean encarcelados los señalados y sindicados pero no como resultado de las investigaciones judiciales y los procesos a que se tienen derecho por la Constitución y las Leyes, sino por su apasionamiento y problemas que salen a luz pública en cualquier momento. Cada vez que algo sucede se va lanza en ristre a pedir la condena y hoguera, como en la época de la inquisición.
Ahora con el pronunciamiento de la guerrilla de las farc de querer hacer entrega del cabo Moncayo unilateralmente, vuelve y juegan las palabras descalificadoras y tendenciosas para que utilizando la justicia, la posible acción no sea bien vista y el regreso de este secuestrado se ponga en riesgo. Como él lo dice y nosotros lo gritamos, nunca ha debido sufrir semejante afrenta, pero ahora, debemos es buscar su regreso a través de una acción humanitaria producto del trabajo de “colombianos y Colombianas por la paz”, sin que ello sea una acción de la subversión. No señores, no podemos seguir escuchando semejantes discursos tendenciosos que solo ayudan a los del ejecutivo a sacar de sus almas el rencor y molestia por lo que sucede a su alrededor y que, los señala directamente de actos que entre otras no son de la comunidad general sino personal de los involucrados. No hay que seguir revolviendo las cosas y utilizándolas para hacer aparecer a los demás como los malos de paseo, como se dice popularmente. Hay que manejar estos temas con la única intensión de que regresen los secuestrados sanos y salvos porque ellos, los plagiados, han sufrido demasiado y solo de tristeza se llenan los hogares colombianos.
No podemos seguir aceptando que el jefe del Estado siga pidiendo cabezas por encima de los procesos que entre otras cosas, los ponen en duda por lo que sus palabras producen y que se convierten en sentencias ante la opinión pública, por venir de quien vienen.
No señor presidente Uribe, se equivoca usted porque he estado y estoy atento al llamado de la autoridad para lo que a bien tenga con relación a los señalamientos que han hecho, pero no acepto más sus palabras temerarias y que solo dicen del interés político que usted tienen de que seamos condenados para poder posar de determinador de las sentencias judiciales y meterle miedo a la sociedad en general para que no hable, diga o denuncie.
Como respeto la Constitución , la Ley , me someto a la justicia en cabeza no de la rama ejecutiva, sino de la rama judicial.
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Volvemos a escuchar los gritos del ejecutivo señalando y pidiendo cadena perpetua o en el mejor de los casos pena de muerte contra los que hemos sido señalados por la fiscalía de tener nexos o, ser miembros de la guerrilla colombiana supuestamente por aparecer nuestros nombres en los documentos de work que aparecieron en los computadores blindados de Edgar Devia, “Raúl Reyes”.
Lo escuche en el “consejo comunal” último en Facatativa que entre otras, no se llevó acabo en Mosquera por lo que sabemos de lo que allí sucede con los terrenos que todos a una como en Fuenteovejuna, aprobaron rapidito el cambio de destinación colocando a hijos, ministros, alcaldes y ex alcaldes, en la cuerda floja del tráfico de influencias.
El presidente Álvaro Uribe al igual que su ministro de defensa Juan Manuel Santos en meses anteriores, se refieren a este episodio de los computadores de “Reyes” que mal llaman “farc política”, pidiendo que sean encarcelados los señalados y sindicados pero no como resultado de las investigaciones judiciales y los procesos a que se tienen derecho por la Constitución y las Leyes, sino por su apasionamiento y problemas que salen a luz pública en cualquier momento. Cada vez que algo sucede se va lanza en ristre a pedir la condena y hoguera, como en la época de la inquisición.
Ahora con el pronunciamiento de la guerrilla de las farc de querer hacer entrega del cabo Moncayo unilateralmente, vuelve y juegan las palabras descalificadoras y tendenciosas para que utilizando la justicia, la posible acción no sea bien vista y el regreso de este secuestrado se ponga en riesgo. Como él lo dice y nosotros lo gritamos, nunca ha debido sufrir semejante afrenta, pero ahora, debemos es buscar su regreso a través de una acción humanitaria producto del trabajo de “colombianos y Colombianas por la paz”, sin que ello sea una acción de la subversión. No señores, no podemos seguir escuchando semejantes discursos tendenciosos que solo ayudan a los del ejecutivo a sacar de sus almas el rencor y molestia por lo que sucede a su alrededor y que, los señala directamente de actos que entre otras no son de la comunidad general sino personal de los involucrados. No hay que seguir revolviendo las cosas y utilizándolas para hacer aparecer a los demás como los malos de paseo, como se dice popularmente. Hay que manejar estos temas con la única intensión de que regresen los secuestrados sanos y salvos porque ellos, los plagiados, han sufrido demasiado y solo de tristeza se llenan los hogares colombianos.
No podemos seguir aceptando que el jefe del Estado siga pidiendo cabezas por encima de los procesos que entre otras cosas, los ponen en duda por lo que sus palabras producen y que se convierten en sentencias ante la opinión pública, por venir de quien vienen.
No señor presidente Uribe, se equivoca usted porque he estado y estoy atento al llamado de la autoridad para lo que a bien tenga con relación a los señalamientos que han hecho, pero no acepto más sus palabras temerarias y que solo dicen del interés político que usted tienen de que seamos condenados para poder posar de determinador de las sentencias judiciales y meterle miedo a la sociedad en general para que no hable, diga o denuncie.
Como respeto la Constitución , la Ley , me someto a la justicia en cabeza no de la rama ejecutiva, sino de la rama judicial.
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